ONU abre primer albergue para personas refugiadas en México
3 de diciembre de 2020
El albergue recibirá a solicitantes de asilo que salieron de las estaciones migratorias bajo el "Programa Alternativas a la Detención", que les permite buscar refugio en libertad.
Publicidad
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la organización Hospitalidad y Solidaridad abrieron este miércoles (02.12.2020) en la sureña ciudad mexicana de Tapachula -en la frontera con Guatemala- el primer albergue del país dedicado exclusivamente a la atención de personas refugiadas y solicitantes de asilo.
"El incremento del número de personas que llegan a Tapachula en búsqueda de protección como refugiados derivó en la necesidad de fortalecer la capacidad existente en esta ciudad para recibir a las personas en condiciones dignas y seguras", informaron ambas instituciones en un comunicado. Por este motivo, decidieron abrir este albergue, que tiene una capacidad para 300 personas y cuya construcción "fue financiada en su totalidad" por la agencia de Naciones Unidas.
Es "el primer albergue del país dedicado exclusivamente a la atención y acompañamiento de personas refugiadas y solicitantes de asilo (…) El albergue que se inaugura hoy busca prestar servicios mediante un modelo basado en la dignidad, el respeto, la eficiencia, la sustentabilidad y la vinculación con otros actores (sociedad civil, academia, Gobierno e iniciativa privada)", detallaron las entidades.
De acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), en Tapachula, en el suroriental estado de Chiapas, se registran más del 60 por ciento de las 36.000 solicitudes de asilo que ha recibido el país en 2020.
"Los albergues de la sociedad civil constituyen la columna vertebral de la respuesta humanitaria en México. Cada vez más, vemos que incrementan su capacidad para brindar asistencia integral a las personas que han huido de violencia y persecución en sus países y solicitado asilo en este país", afirmó Mark Manly, representante de ACNUR en México.
Además de personas refugiadas, el albergue recibirá a solicitantes de asilo que salieron de las estaciones migratorias del Instituto Nacional de Migración (INM) bajo el Programa Alternativas a la Detención, que les permite buscar refugio en libertad. "En el nuevo escenario propiciado por la pandemia, acciones como esta dejan en claro que la solidaridad es el camino para la construcción de una verdadera y efectiva integración para esta población en situación vulnerable", dijo Alonso Hernández, director de Hospitalidad y Solidaridad.
ama (efe, nvi, Chiapas paralelo, televisa)
Migración México-EE.UU.: ¿por el Río Grande hacia una vida mejor?
Miles de refugiados y migrantes centroamericanos tratan de llegar a EE.UU. desde México a través del fronterizo Río Grande. Por esa ruta, el fotógrafo Adrees Latif pasó un año documentando gente, caminos y peligros.
Imagen: Reuters/A. Latif
El camino largo
Huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen con el anhelo de una vida mejor. Los de la imagen ya caminaron más de mil kilómetros. Ahora, solo el Río Grande separa a estos refugiados y migrantes de su ansiado destino: Estados Unidos.
Imagen: Reuters/A. Latif
Peligro mortal
Ladi, de Honduras, y su sobrino de cuatro años lo lograron. Y subieron la pendiente del lado estadounidense. No todos los inmigrantes tienen tanta suerte. El Río Grande no es muy ancho en muchas partes, pero es traicionero. En junio, la foto de un padre y su hija de dos años ahogados causó conmoción mundial: ambos fueron arrastrados por la corriente.
Imagen: Reuters/A. Latif
Frontera natural
La frontera entre EE.UU. y México se extiende a lo largo del Río Grande por casi 2.020 kilómetros. Esto corresponde a casi dos tercios de la longitud total de la frontera entre los dos países. La embarcación de la imagen cruzó en mayo desde Los Ébanos.
Imagen: Reuters/A. Latif
Métodos extremos
Muchos intentan cruzar hacia Estados Unidos en familia, como la hondureña Gabriela, de 16 años, con su bebé. Los traficantes de personas se aprovechan de la situación, según informan los guardias fronterizos estadounidenses. A veces, los “coyotes” tomaban como rehén a uno de los niños y amenazaban a los policías con tirarlo al río si se acercaban demasiado.
Imagen: Reuters/A. Latif
El otro negocio
También hay otra realidad: a través de la frontera fluvial, los traficantes ingresan drogas a Estados Unidos. Los paquetes en la imagen contienen 63,5 kilos de marihuana con un valor estimado de 112.000 dólares. Los traficantes probablemente dejaron este encargo cuando escucharon que se acercaban autos.
Imagen: Reuters/A. Latif
En fila
En abril de 2019, estos migrantes esperaban juntos para entregarse a los guardias. Querían solicitar asilo. En mayo, la cantidad de cruces fronterizos ilegales alcanzó su punto máximo: casi 133.000 personas fueron detenidas.
Imagen: Reuters/A. Latif
Presión por ayuda
El presidente Trump convenció a México de hacer más esfuerzos para evitar que los migrantes y refugiados centroamericanos llegaran a su país. Trump había amenazado al país vecino con aranceles, entre otras cosas. Las medidas parecen haber funcionado, ya que los cruces ilegales en la frontera disminuyeron. Este joven fue una de las 34.000 personas que fueron detenidas en septiembre de 2019.
Imagen: Reuters/A. Latif
El problema de la "deportación"
¿Hay migrantes escondidos aquí? Testigos informaron que grandes grupos de personas fueron transportados a esta casa en McAllen, Texas, luego deportadas. El acuerdo con el Gobierno mexicano incluye que los solicitantes de asilo tendrán que esperar en México su audiencia, no en territorio estadounidense. Hasta febrero pasado, EE.UU. deportó a unas 57.000 personas a través de la frontera.
Imagen: Reuters/A. Latif
Parte del muro lista
Para parar la inmigración ilegal, una de las promesas electorales centrales de Trump fue construir un muro en la frontera con México. El proyecto sigue estancado. Sin embargo, a principios de 2020, un empresario empezó a construir uno: cerca de la ciudad de Mission, mandó construir una valla alta de metal, financiada con fondos privados, de casi cinco kilómetros a lo largo del Río Grande.