ONU: alemán deberá lograr unidad del Estado fallido de Libia
31 de octubre de 2015
El secretario de la ONU, Ban Ki-moon, respaldó la labor del enviado especial, el español Bernardino León, a quien el alemán Martin Kobler sustituirá en su labor de lograr una unidad política en Libia.
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Kobler, un veterano con amplia experiencia en Naciones Unidas, fue hasta este mes representante especial de la organización para la República Democrática del Congo (RDC). Ban subrayó además, que "la continuidad del trabajo diplomático de la ONU será primordial en cualquier transición en el liderazgo" de la misión de la ONU en Libia
Tras largas negociaciones, el enviado especial de la ONU en Libia propuso un Gobierno de unidad nacional para cerrar la brecha política abierta tras las elecciones de hace un año. Sin embargo, ese Ejecutivo ha sido rechazado por los dos parlamentos que operan en el país, el de Tobruk, que reconoce la comunidad internacional, y su rival de Trípoli.
Un país, dos Parlamentos
El rechazo ha dejado a Libia sin un gobierno legítimo, ya que el mandato del Ejecutivo de Tobruk, el reconocido internacionalmente, expiró oficialmente el pasado 20 de octubre. Según reveló esta semana un diputado de la cámara de Trípoli, los dos parlamentos están manteniendo contactos directos para tratar de establecer un diálogo de paz al margen de la comunidad internacional.
Libia es un Estado fallido, víctima de la guerra civil y el caos, desde que en 2011 la comunidad internacional apoyara militarmente el alzamiento rebelde contra la dictadura de Muamar el Gadafi.
Desde las últimas elecciones, el poder estaba dividido entre Tobruk y Trípoli, gobiernos a los que apoyan distintos grupos islamistas, señores de la guerra, líderes tribales y contrabandistas de armas, petróleo, personas y drogas.
Del enfrentamiento se aprovechan grupos yihadistas vinculados a la organización Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y el autoproclamado Estado Islámico (EI), que han ganado terreno y extendido su influencia al resto del norte de África.
Lugares en los que el mundo se desangra (2014)
En distintas regiones del planeta, conflictos armados destruyen vidas, infraestructura y el concepto de sana y pacífica convivencia entre seres humanos. (2014)
Imagen: picture-alliance/dpa
Libia: un gobierno que no gobierna
Tras el derrocamiento de Muammar Gaddafi, Libia no ha conseguido retomar el orden. Los distintos grupos que combatieron en esa guerra civil se disgregaron, no responden al gobierno central y combaten por sus propios intereses, generalmente relacionados con diferencias religiosas y la explotación del petróleo.
Imagen: Reuters
Sudán del Sur: lucha de líderes tribales
Sudán del Sur es el Estado más joven del planeta. Pero desde su independencia, en 2011, el país no ha logrado estabilizarse. Buena parte de los problemas responden a diferencias irreconciliables entre el presidente Salva Kiir y el líder rebelde y ex vicepresidente Riek Machar. Pertenecen a etnias distintas y ambos quieren el poder. Nuevamente el petróleo surge como factor de importancia.
Imagen: AFP/Getty Images
Nigeria: entre Boko Haram y el ébola
El grupo islamista radical Boko Haram tiene en serios aprietos al gobierno del presidente Goodluck Jonathan. El mandatario ha sido incapaz de controlar la insurgencia en el norte del país, e incluso Boko Haram ha extendido su influencia a Camerún. El secuestro de más de 200 niñas y los repetidos atentados no han disminuido. A eso se suma ahora el ébola en Nigeria. Problemas y más problemas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Irak: un país dividido en la práctica
Las diferencias entre sunitas, chiitas y kurdos en Irak han existido siempre, pero por las buenas o por las malas se mantuvieron bajo la misma bandera. Sin embargo, ahora el caos político, la insurgencia y el avance de los rebeldes del Estado Islámico tienen al país al borde del colapso. Con el nuevo primer ministro, Haidar al Abadi, y la ayuda internacional, eso podría cambiar. Pero no pronto.
Imagen: Ahmad Al-Rubaye/AFP/Getty Images
Ucrania: los prorrusos tienen en jaque a Kiev
La caída del presidente prorruso Viktor Yanukovich desencadenó una serie de acontecimientos que sumieron a Ucrania en el caos. Primero Rusia tomó Crimea, luego rebeldes prorrusos se alzaron en armas en el este ucraniano, después asumió Petro Poroshenko el poder y lanzó una operación militar y ahora se vive una crisis humanitaria en Lugansk y Donetsk, donde siguen los combates.
Imagen: Reuters
Gaza: operación con cientos de civiles muertos
El secuestro y asesinato de tres jóvenes judíos, que Israel atribuyó a Hamás, comenzó una escalada que terminó con la invasión de la Franja de Gaza, con el objetivo declarado de destruir los túneles que usan los milicianos de Hamás para pasar a Israel. Sin embargo, la operación militar causó numerosas bajas civiles y la comunidad internacional llamó a negociar la paz. Casi 2.000 personas murieron.
Imagen: Reuters
Siria: una gigantesca crisis humanitaria
En marzo de 2011, las protestas contra el régimen de Bashar al Assad se convirtieron en una guerra civil que hasta ahora deja casi 200.000 muertos. Ahí surgió el Estado Islámico, mientras los combates entre el Ejército Libre Sirio y el Ejército de Siria continúan, sumados a enfrentamientos cruzados entre opositores radicales y opositores moderados. Miles de sirios han debido huir de sus hogares.