ONU amenaza con abandonar Afganistán por veto contra mujeres
11 de abril de 2023
Los talibanes ordenaron que el personal femenino de la misión de Naciones Unidas en el país deje de ejercer sus funciones. Esto podría obligar a la institución a tomar “una terrible decisión”, advirtió.
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La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) instruyó este martes (11.04.2023) a sus empleados a trabajar desde casa en lugar de acudir a las oficinas, en respuesta al reciente veto talibán que impide el trabajo de las mujeres que este organismo emplea en el país, y adelantó que existe la posibilidad de que deba cerrar la misión y abandonar territorio afgano.
A través de un comunicado, UNAMA señaló que este nuevo escenario obliga a tomar "una terrible decisión” sobre si continuar o no sus operaciones. "Con esta prohibición las autoridades talibanas pretenden forzar de facto a la ONU a tomar una decisión terrible entre permanecer y proporcionar asistencia al pueblo afgano o respetar las normas y principios a los que estamos obligados", expresó UNAMA.
La ONU informó el 4 de abril que los talibanes habían prohibido trabajar en la organización a sus empleadas afganas, que hasta ahora se habían librado de las medidas que ya se aplicaban a las ONG. Esto pone en peligro el trabajo de la entidad, que depende de las encuestas en terreno y la entrega de asistencia humanitaria, ambas funciones que sin el personal femenino son inviables.
Será responsabilidad "de las autoridades de facto”
Por todo lo anterior, la directora de la UNAMA, Rosa Otunbayeva, pidió a todo su equipo hacer trabajo desde casa, salvo en casos puntuales, y dijo que se analizará el funcionamiento de la misión "hasta el 5 de mayo”. "Durante este periodo, la ONU en Afganistán llevará a cabo todas las consultas necesarias, hará los ajustes operativos requeridos y acelerará la preparación de alternativas para todos los resultados posibles", indicó.
"Debe quedar claro que cualquier consecuencia negativa de esta crisis para el pueblo afgano será responsabilidad de las autoridades de facto", añade el texto. De las 3.900 personas que trabajan para la ONU en Afganistán, 3.300 son afganos, 400 de los cuales son mujeres.
Desde que retomaron el poder en agosto de 2021, los talibanes han impuesto toda una serie de restricciones a las mujeres, que van desde cubrirse el rostro para salir a la calle, ir acompañadas por un familiar masculino para realizar viajes o la imposibilidad de estudiar o trabajar en ciertos puestos de empleo.
DZC (EFE, AFP)
Las numerosas prohibiciones que los talibanes imponen a las mujeres
Durante el primer gobierno talibán, mostrar los tobillos, reírse o salir solas de casa eran motivo suficiente para que las mujeres fueran castigadas. Los matrimonios forzados son un peligro latente para las niñas.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
Combatientes talibanes en Afganistán
RAWA (Revolutionary Association of the Women of Afghanistan) es una organización fundada en 1977 para promover los derechos de las mujeres en Afganistán. Su papel cobra especial importancia ahora que los talibanes volvieron al poder. Estos reducen el rol de las mujeres hasta casi convertirlas en meros objetos. RAWA recopiló algunas de las prohibiciones impuestas por los radicales.
Imagen: Mohammad Asif Khan/dpa/AP/picture alliance
Borradas de la esfera pública
Esta fotografía se ha convertido en un símbolo del cambio de gobierno. Para los talibanes, las mujeres no juegan ningún rol en la esfera pública. Si bien hoy se presentan como moderados ante los ojos del mundo, la represión contra estudiantes y trabajadoras ha comenzado en algunas provincias. Una de las prohibiciones impuestas es que no puede haber imágenes de mujeres ni en revistas ni en tiendas.
Imagen: Kyodo/dpa/picture alliance
Las mujeres no se educan
En mayo de 2012, los talibanes tirotearon a Malala Yousafzai en Pakistán por pelear por el derecho de las niñas a recibir educación. A estos integristas les parece innecesario que las mujeres se eduquen, y a partir de los 10 años tienen prohibido ir a la escuela. No hablemos ya de la universidad. Durante el primer gobierno talibán (1996-2001), muchas escuelas se convirtieron en seminarios.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
¿Modelos? Ni soñarlo
Los pantalones acampanados o los zapatos con taco alto están vedados, porque un varón no debe oír los pasos de una mujer. Las mujeres tampoco pueden usar vestimentas coloridas, porque para los talibanes los tonos vistosos son "sexualmente atractivos". Es decir, una escena como la de la foto, de un desfile de modas en Kabul en agosto de 2017, sería imposible hoy por hoy en Afganistán.
Imagen: picture-alliance/Photoshot
Nada de uñas pintadas ni maquillaje
Según RAWA, durante el primer gobierno talibán hubo reportes de mujeres a las que les fueron amputados los dedos por haberse pintado las uñas. Ellas tampoco pueden maquillarse o usar cosméticos, y si no se atienen a las estrictas normas de vestir de los talibanes, corren el riesgo de ser azotadas en público, como ocurrió ya en el pasado y como muchas temen que vuelva a ocurrir.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Conway
Nada de TV y nada de tobillos
Todas las prohibiciones descritas fueron impuestas por los talibanes entre 1996 y 2001, y nada hace pensar que eso no volverá a suceder. Según el criterio de los radicales, las mujeres no tienen derecho a tener presencia en radio, TV ni en reuniones públicas. De hecho, no pueden siquiera escuchar música. En la foto, la presentadora Karishma Naz, que comete otro pecado: muestra los tobillos.
Imagen: picture-alliance/AP/R. Maqbool
Adiós a las bicicletas
En el primer régimen talibán, las mujeres tenían prohibido montar en bicicleta o en motocicleta. Si querían viajar en bus, debía ser en buses solo para ellas, pues no tenían permitido mezclarse con varones en el transporte público. Y si por alguna razón necesitaban un taxi, debían tomarlo en compañía de su mahram, una suerte de cuidador que debe ser un familiar cercano (padre, hermano o esposo).
Imagen: DW/A. Akramy
A los talibanes no les gustan las deportistas
Por cierto, las mujeres tampoco tienen derecho a participar en actividades deportivas o pertenecer a un club. Incluso hubo épocas durante el régimen talibán en que las castigaban por asomarse a la ventana o salir al balcón. Actividades como el montañismo practicado por Fatima Sultani (en la foto) probablemente dejarán de ser posibles ahora en Afganistán.
Imagen: Mohammad Ismail/Reuters
¿Podrán seguir trabajando fuera de casa?
Salvo algunas doctoras para atender a mujeres (pues ellas no pueden ser tratadas por médicos varones), los talibanes prefieren no ver a nadie del sexo femenino trabajando. Y si bien el 17 de agosto de 2021 llamaron a las funcionarias a presentarse en sus puestos, está por verse cuántos derechos les van a reconocer en ese campo. En la foto, la periodista Anisa Shaheed.
Imagen: Mortaza Behboudi/DW
Reducidas a la invisibilidad
La lista de prohibiciones es larga y los castigos son palizas públicas. Las mujeres deben usar un velo que las cubra completamente, no pueden salir solas ni estrechar la mano a un varón. Las lapidaciones por adulterio eran pan de cada día. Las mujeres incluso tenían vedado reír fuerte o ser fotografiadas. Además, muchas veces eran forzadas a casarse, incluso siendo niñas.
Imagen: Mary Evans Arichive/imago images
Mujeres de armas tomar
A la luz de la vida miserable a la que se vieron sometidas por los talibanes, muchas mujeres tomaron las armas para enfrentarlos. En la provincia de Ghor se montó una milicia femenina para frenar a los integristas, mientras que en Charkint, la gobernadora (una de las tres de Afganistán) Salima Mazari formó milicias que contuvieron a los talibanes hasta después de la caída de Kabul.
Imagen: Presseabteilung des Gouverneurs der Provinz Ghor