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Consejo de Derechos Humanos bajo control de los abusadores

Michel Penke
4 de octubre de 2023

Las autocracias están usando su mayoría en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para protegerse mutuamente de críticas. China, por ejemplo, recurre para eso a viejos aliados y nuevos socios económicos.

Derechos humanos: imagen simbólica.
El propósito del CDHNU es proteger los derechos humanos en todo el mundo.

"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos", reza el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanosde la ONU(CDHNU). La labor del Consejo de Derechos Humanos de la ONU es supervisar el cumplimiento de este principio fundamental por parte de los países, garantizando que las personas puedan vivir libres de persecución, tortura y discriminación.

Sin embargo, varios de los países que actualmente actúan como guardianes de los derechos humanos en el mundo tienen un pobre historial en su propio suelo. Entre ellos destacan China, Emiratos Árabes Unidos y Eritrea.

A medida que ha crecido el número de regímenes autoritarios en el mundo, ha aumentado su presencia en el Consejo de Derechos Humanos. China, en particular, se ha aprovechado de ello, apoyándose en sus aliados para votar a favor de sus intereses nacionales, o para abstenerse de votar en contra.

Miembros del Consejo, cada vez menos democráticos

En 2023, solo el 30 por ciento de los países del Consejo de Derechos Humanos fueron clasificados como "libres" por el centro de pensamiento estadounidense Freedom House. Para su informe anual sobre Libertad en el Mundo, la organización examina si los Gobiernos ofrecen elecciones libres y cumplen ciertas normas mínimas en materia de derechos políticos y libertades civiles, como garantizar la libertad de reunión. El 70 por ciento de los actuales miembros del Consejo fueron clasificados como "parcialmente libres" (por ejemplo, la India) y "no libres" (Sudán, entre otros países).

Las elecciones para los mandatos de 2024 a 2026 están previstas para octubre. Entre los candidatos figuran Cuba, Kuwait y Rusia, que fue retirada del Consejo en 2022, tras la invasión de Ucrania.

Una consecuencia del auge de los regímenes autocráticos es que las votaciones del Consejo de Derechos Humanos a menudo enfrentan a los bloques entre sí, explica Yaqiu Wang, investigadora principal sobre China en Human Rights Watch. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría durante la Guerra Fría, el factor determinante no es una ideología compartida. "Se basa más en los intereses", afirma Wang.

"Esta indeseable evolución no solo es evidente en el Consejo, sino en todo el mundo", advierte Silke Voss-Kyeck, investigadora del Instituto Alemán de Derechos Humanos. "Muchos miembros están gobernados de forma autoritaria y dictatorial". El cumplimiento de las obligaciones en materia de derechos humanos rara vez influye en la elección de los miembros del Consejo, afirma Voss-Kyeck.

Cultivando alianzas improbables

China ha tenido menos éxito sometiendo a los Gobiernos latinoamericanos a su dominio que a los africanos. Países como Costa Rica son económicamente más autosuficientes que muchos países africanos. Además, los Gobiernos sudamericanos son más democráticos, según el índice de libertad global de Freedom House, y por tanto menos susceptibles a la influencia china.

Wang afirma que China utiliza una coacción no tan sutil para mantener su apoyo en el Consejo de Derechos Humanos. "Amenaza veladamente. Antes de una votación, es como si un diplomático chino en otro país, digamos Chile, por poner un ejemplo, le dijera a Chile: 'Sabes, tienes que votar de esta manera. Si no, no querrás socavar los lazos económicos entre Chile y China, ¿verdad?". En caso de que un país no cumpla tales exigencias, asegura Wang, "China se pone furiosa después de la votación".

Opciones limitadas para reformar el Consejo 

Aunque los críticos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU están de acuerdo en que es necesario introducir cambios para que el organismo recupere la finalidad para la que fue creado, muchos se muestran desde hace tiempo escépticos ante propuestas concretas, como la de limitar la pertenencia a los países que hayan ratificado determinados tratados de derechos humanos.

"Por supuesto, se puede hacer un tribunal solo con 'los buenos', que luego juzgan a 'los malos'", dice Voss-Kyeck. "Pero la pregunta es: ¿qué efecto sigue teniendo eso sobre 'los malos'? ¿Y quién decide quiénes son 'los malos' y quiénes 'los buenos'?".

(gg/rml)

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