El Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos indica que "los problemas más importantes que se plantearán en el siglo XXI serán los de la calidad y buena administración del agua".

Según el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura, la crisis de los recursos hídricos "es la que más afecta a nuestra propia supervivencia y a la del planeta. Ninguna región del mundo podrá evitar las repercusiones de esta crisis que afecta a todos los aspectos de vida, desde la salud de los niños hasta la capacidad de las naciones para alimentar a sus ciudadanos".

Según la ONU, los abastecimientos de agua disminuyen, mientras que la demanda crece a un ritmo insostenible. Los expertos temen que en los próximos veinte años, el promedio mundial de abastecimiento de agua por habitante disminuirá en un tercio. Pero los problemas ya existen hoy en día. Según los expertos, cada año mueren más de 2,2 millones de personas debido a enfermedades causadas por agua contaminada y saneamiento deficiente.

Indiferencia política

El tema no es nuevo, pero hasta ahora ha faltado el compromiso político necesario para invertir las tendencias. A pesar de que hace 25 años que se está debatiendo el tema, la ONU sostiene que "no se ha alcanzado prácticamente ninguno" de los objetivos establecidos para mejorar la gestión de los recursos hídricos".

Por lo tanto se subraya que "los problemas de actitudes y conductas son un componente esencial de la crisis, y la inercia de los dirigentes, así como la falta de plena conciencia sobre la magnitud del problema por parte de la población mundial, explican que no se hayan adoptado a tiempo las oportunas medidas correctivas que se necesitan".

Cifras que asustan

Según la ONU, un 20% del incremento de la escasez mundial de agua obedecerá al cambio climático. La calidad del agua empeorará con la elevación de su temperatura y el aumento de los índices de contaminación. En la peor de las hipótesis, a mediados del presente siglo 7.000 millones de personas sufrirán de escasez de agua en 60 países, y en el mejor de los casos serán 2.000 millones en 48 países.

Cada día se vierten dos millones de toneladas de desechos en ríos, lagos y arroyos. Un litro de agua residual contamina unos ocho litros de agua dulce. Según la ONU, actualmente la cantidad de agua contaminada supera al total contenido en total las diez cuencas fluviales más grandes del mundo en cualquier época del año.

Si la contaminación sigue el mismo ritmo de crecimiento que la población, en el 2050 se habrá perdido una cantidad de agua dulce casi nueve veces mayor que la utilizada actualmente cada año por los países para el regadío, que representa el 70% del total de las extracciones de agua y es el principal consumo de recursos hídricos.

Los pobres pierden aun más

El informe sostiene que "los más afectados siguen siendo los pobres, ya que el 50% de la población de los países en desarrollo está expuesta al peligro que representan las fuentes de agua contaminadas".

Asimismo, en los últimos 50 años el consumo de agua se duplicó. Pero los niños nacidos en países desarrollados consumen entre 30 y 50 veces más agua que los nacidos en países en desarrollo. Al mismo iempo, la calidad del agua sigue empeorando. "Cada día, las enfermedades diarreicas provocan la muerte de 6.000 habitantes del planeta, la mayoría de los cuales son de menos de cinco años de edad", denuncia la ONU.

Los retos

En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Johannesburgo, 2002), se firmó el compromiso de reducir a la mitad el número de personas que carecen de agua potable sana e instalaciones sanitarias básicas hasta el 2015. En la práctica, estas buenas intenciones significan que habrá que suministrar esos servicios a 100 millones de personas más cada año, o bien 274.000 por día.

Por consiguente, para la ONU "el reto que verdaderamente se plantea es suscitar la voluntad política necesaria para cumplir los compromisos relativos a los recursos hídricos". De lo contrario, el problema del agua, en vez de resolverse con la acción apremiante que exige, se seguirá tratando con declaraciones retóricas y promesas grandilocuentes".

El informe se presentará oficialmente el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, durante el Foro Mundial del Agua que tendrá lugar en la ciudad japonesa de Kyoto.