Las violaciones de mujeres y niñas están siendo utilizadas como arma de guerra en el conflicto que asola Sudán del Sur, denunció el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein.
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Unicef, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Raad Al Hussein, alertaron este viernes (11.03.2016) sobre la "catastrófica" situación que existe en Sudán del Sur.
El país africano se encuentra asolado por la violencia desde diciembre de 2013, cuando una lucha por el poder entre el presidente, Salva Kiir, y su rival político y antiguo vicepresidente, Riek Machar, desencadenó un conflicto armado.
Según un informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, hay más de dos millones de sursudaneses desplazados como consecuencia del conflicto civil, y "cientos de miles" han sido asesinados.
Violaciones sistemáticas como arma de guerra
Solo entre abril y septiembre de 2015, la ONU registró en una de las provincias del país más de 1.300 violaciones, lo que sugiere que "los abusos sexuales se están utilizando como arma de guerra y como práctica aceptable entre las milicias".
Las violaciones sistemáticas perpetradas en gran medida por las fuerzas afiliadas al Gobierno pueden constituir crímenes contra la humanidad, afirmó el alto comisionado, que calificó la situación como una de "las más espantosas" del mundo.
Aunque todos los bandos del conflicto hayan cometido graves violaciones de los derechos humanos -entre los que se incluyen ataques sistemáticos contra la población civil-, el Ejército y las milicias afiliadas al Gobierno son responsables de la mayoría de los crímenes, declaró Al Hussein.
Violaciones de mujeres reemplazan salario
Naciones Unidas ha reunido pruebas que demuestran que los soldados del Ejército han quemado vivos, asfixiado, ejecutado, colgado o incluso despedazado a civiles.
"Fuentes fiables indican que los grupos afiliados al Gobierno están siendo autorizados a violar a mujeres a cambio de no recibir un salario. También los grupos opositores y bandas criminales se han aprovechado de mujeres y niñas", afirma el informe.
"Las violaciones no son aleatorias, accidentales o actos aislados de violencia", sostuvo Al Hussein. "Esto forma parte de un plan o una política para atacar a la población civil".
VT (dpa, efe)
Casa de la Mujer de Huamachuco
Liderada por Aída Moreno, la Casa de la Mujer, ubicada en una de las comunas más necesitadas de Santiago de Chile, es una obra que ha permitido a generaciones de mujeres luchar contra la pobreza.
Imagen: Casa de la Mujer Huamachuco
Aída Moreno: líder emprendedora
Con la Casa de la Mujer de Huamachuco, su fundadora y presidenta, Aída Moreno, abrió un espacio inédito para las mujeres en uno de los barrios más pobres de Santiago de Chile. La capacitación y la formación han sido el camino para luchar contra la pobreza, la discriminación y la violencia en el hogar.
Imagen: R. Scholz
Mujeres organizadas
En sus orígenes, Aída Moreno y otras mujeres pobladoras buscaban un espacio de encuentro para compartir sus preocupaciones, ante la cesantía de sus maridos en plena dictadura militar. La posibilidad de organizarse y aprender un oficio les dio oportunidades insospechadas de desarrollo.
Imagen: Casa de la Mujer Huamachuco
Una casa para crecer
En 26 años de historia, la Casa de la Mujer ha acogido a miles de mujeres y familias en la comuna de Renca, en Santiago, dándoles herramientas para salir de la pobreza. Partió al alero de la iglesia católica y, gracias a donaciones y autofinanciamiento, fue creciendo hasta convertirse en el gran centro comunitario que es hoy.
Imagen: Casa de la Mujer Huamachuco
Amigos desde Alemania
La visión y los proyectos de Aída Moreno han conquistado apoyos más allá de sus fronteras. Una larga amistad la une con un grupo de la iglesia evangélica cerca de Hannover, el que aportó financiamiento para la construcción de la Casa de la Mujer. En la foto, Ruth Scholz (al centro junto a Aída) de visita en Huamachuco.
Imagen: R. Scholz
Taller de artesanas
Uno de los primeros talleres de la casa y quizás el más emblemático fue el de arpilleras: cuadros de tela con aplicaciones cosidas. Estas coloridas creaciones les proporcionaron los primeros ingresos y fueron también una forma de expresión en tiempos de dictadura.
Imagen: R. Scholz
Arpilleras: arte y testimonio
El delicado trabajo manual de las artesanas de la Casa de la Mujer de Huamachuco es un registro de la vida cotidiana, el mundo del trabajo, la realidad familiar y también los conflictos sociales, como este trabajo que retrata las detenciones en dictadura. Por su valor estético y testimonial, las arpilleras han sido expuestas museos.
Imagen: R. Scholz
Oficios para las dueñas de casa
Antes de inscribirse en los cursos, la mayoría sólo se había ocupado de las labores del hogar. Aquí encuentran variadas opciones, como computación o repostería, que les permiten descubrir sus capacidades, reforzar su autoestima y aprender un oficio con el que aportar económicamente en la familia.
Imagen: Casa de la Mujer Huamachuco
Guardería: aliada de la madre trabajadora
Uno de los proyectos estrella de la Casa de la Mujer es la guardería infantil, indispensable para que las madres puedan ir a trabajar, a veces a lugares muy distantes de su casa. A diferencia de los jardines infantiles comunes, funciona en un horario más amplio, desde temprano en la mañana y con un turno en la tarde para los escolares.
Imagen: Casa de la Mujer Huamachuco
De la capacitación al emprendimiento
Tras la capacitación, la Casa apoya a las mujeres con talleres y convenios para emprendimientos. Uno de los sueños de Aída Moreno es crear una empresa de repostería de las alumnas graduadas en esta área, cuyas preparaciones de dulces, pasteles y tortas están altamente calificadas.
Imagen: Casa de la Mujer Huamachuco
Casa premiada
Uno de los tantos premios recibidos por la Casa de la Mujer de Huamachuco es el Sello Bicentenario 2007, que le entregó la presidenta Michelle Bachelet por su aporte a la construcción del país.