ONU: el 17 por ciento de los alimentos termina en la basura
Thomas Gordon-Martins
4 de marzo de 2021
El desperdicio de alimentos vuelve a estar en primer plano tras la publicación del primer índice mundial de la ONU sobre el tema. Pero la escasez de datos muestra lo difícil que es comprender plenamente el problema.
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Según un Índice Global de Desperdicio de Alimentos publicado este jueves (04.03.2021), en 2019 se generaron unos 931 millones de toneladas de residuos alimentarios en todo el mundo. El informe, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización benéfica británica WRAP, equivale al 17 por ciento de todos los alimentos disponibles para los consumidores.
Con un 61 por ciento, la mayoría de los desperdicios se generó en los hogares. Los sectores del comercio minorista y los servicios de alimentación obtuvieron mejores resultados, generando un 13 por ciento y un 26 por ciento respectivamente.
El índice no tiene en cuenta la pérdida de alimentos, que difiere del desperdicio en que se produce durante la producción, el almacenamiento o la transformación del producto, que nunca llega al consumidor.
"Si queremos tomarnos en serio la lucha contra el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad y la contaminación y los residuos, las empresas, los gobiernos y los ciudadanos de todo el mundo tienen que hacer su parte para reducir el desperdicio de alimentos", dijo el director ejecutivo del PNUMA, Inger Anderson, en un comunicado de prensa.
Seis años después de que la ONU acordara los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un ambicioso conjunto de metas que abordan la desigualdad mundial y el cambio climático, el nuevo informe vuelve a centrar la atención en la reducción a la mitad del desperdicio de alimentos per cápita en el mundo para 2030. Con ese plazo cada vez más cerca, los datos del documento de 2019 subrayan la magnitud del desafío en un mundo que vio al menos 690 millones de personas afectadas por el hambre en 2019. Y se prevé que esa cifra aumente a raíz de la pandemia mundial.
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El desperdicio de alimentos no es un problema exclusivo de los países ricos
Una de las principales conclusiones es que las cantidades de residuos alimentarios en los hogares -que incluyen partes no comestibles como huesos y cáscaras- son muy similares en los países de ingresos altos, medios-altos y medios-bajos. La media mundial de los países de ingresos medios-bajos, como Pakistán y Vietnam, fue de 91 kg per cápita, frente a los 76 kg de los países de ingresos medios y los 79 kg de los países de ingresos altos, como Irlanda o Estados Unidos.
Esto rompe con la idea de que el desperdicio de alimentos es un problema en los países de altos ingresos, mientras que la pérdida de alimentos es más frecuente en los estados de bajos ingresos.
Aunque al informe le faltan datos valiosos sobre los hábitos en los países de ingresos medios-bajos, una posible explicación de los mayores niveles de desperdicio es que se cocinan más alimentos en casa y, por tanto, se desechan más partes no comestibles.
Musa Aamir, cofundador de la organización benéfica Rizq en la ciudad paquistaní de Lahore, dice que no tienen un servicio de recogida de alimentos en los barrios de menores ingresos porque "la cantidad de alimentos que se recuperan allí es prácticamente insignificante".
Falta de datos
El informe también pone de manifiesto la falta de datos mundiales. Por ejemplo, hay poca información de los países de bajos ingresos o de los residuos de los comercios y servicios fuera de los países de altos ingresos.
"Es un panorama mixto", dice Tom Quested, analista principal de WRAP, a DW. "Poner de manifiesto la falta de datos proporciona el marco para que sean llenados", lo que "es un paso crucial para reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos para 2030".
¿Qué se puede hacer contra el desperdicio de alimentos?
Para reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en el mundo para 2030, el índice incluye una guía de tres niveles dirigida a ayudar a los países a medir el desperdicio a nivel nacional.
"Los enfoques para abordar el desperdicio de alimentos difieren según el país", explica Quested. "Por lo tanto, para garantizar que las soluciones son apropiadas para un país en particular, deben basarse en la evidencia relevante para ese país".
El PNUMA tiene previsto enviar un cuestionario a las oficinas nacionales de estadística y a los ministerios de Medio Ambiente cada dos años para coordinar la recolección de datos y la presentación de informes. Estos datos se publicarán a intervalos regulares hasta 2030 y se pondrán a disposición del público. Los próximos resultados se comunicarán en febrero de 2023.
(gg/er)
Nada se bota, todo se aprovecha: ideas innovadoras en América Latina
Con motivo del Día Mundial del Reciclaje, que se celebra cada 17 de mayo, DW repasa algunas de las soluciones más innovadoras en América Latina para aprovechar residuos y evitar generar más plástico.
Imagen: Gerhard Bär
Rumbo a la ansiada sostenibilidad
Cada año se producen en el mundo 300.000 toneladas de cerámica plástica, de las cuales 25.000 son residuos. A partir de este material, el colombiano Mauricio Esguerra, cofundador de la empresa Magment, creó un hormigón magnetizable que caracteriza por crear campos magnéticos y recargar vehículos eléctricos tanto estáticos como en movimiento. Una innovación reconocida en Alemania el pasado 2018.
Imagen: Magment
México le saca partido al aguacate
Las pajitas de plástico son unos de los principales productos que contaminan los océanos. Aunque existen alternativas con pajitas reutilizables hechas de metal, bambú o vidrio, en México, Scott Munguía creó Biofase, una empresa dedicada a la fabricación de utensilios hechos de plástico biodegradable a partir de restos industriales de hueso de aguacate como materia prima que se degradan en 8 meses.
Imagen: Biofase
Chile le dice 'chao' a las bolsas de plástico
Dos emprendedores chilenos sorprendieron al mundo con SoluBag, bolsas de plástico que se disuelven en un vaso de agua de manera instantánea. Esta innovación utiliza caliza en lugar de petróleo, una materia que una vez disuelta la bolsa, sólo deja carbono y no es dañina. Para confirmar la inocuidad del producto los inventores se suelen beberse su contenido en las presentaciones que llevan a cabo.
Imagen: Reuters/I. Alvarado
Una mirada joven al futuro en Ecuador
En Ecuador, Daniel Espinoza Díaz, estudiante de ingeniería civil, propuso usar el tallo que sostiene el fruto del banano para la fabricación de hormigón y usarlo en construcción. El tallo, llamado raquis, contiene fibras naturales que una vez extraidas y secadas son resistentes. Igualmente, evita fisuras y reparaciones costosas. La idea fue reconocida en los Premios Latinoamérica Verde de 2017.
Imagen: picture-alliance/F. May
Resolviendo problemas medioambientales y sociales en Argentina
Ganadores del "Desafío Google.org 2017”, los argentinos Fabián Saieg, Leandro Lima y Leandro Míguez crearon la ONG "EcoInclusión”, que aúna reutilización, reducción, inclusión y reciclaje a partir de la fabricación de ladrillos ecológicos de bajo costo. Se necesitan unas 20 botellas de plástico para cada ladrillo, que posteriormente se pueden utilizar para la construcción.
Imagen: Ecoinclusion
Viajes a cambio de botellas en Colombia
En Colombia, el reciclaje rima con viaje. La empresa Ecobox, que trabaja en asociación con Ecored, que recoge el plástico para reciclarlo, desarolla máquinas que canjean botellas de plástico, vidrio o latas por viajes de metro que se cargan en una Tarjeta Cívica. (En la foto, una máquina en la estación de metro de Universidad de Medellín). Una original medida que aúna reciclaje y transporte.
Imagen: Ecobox
Reciclaje en favor de los más necesitados
La Sachetera convierte los envases plásticos de leche y yogur en bolsas de dormir para personas que se encuentran durmiendo en la calle y productos impermeables para chicos de escuelas rurales. Iniciada por la modista Goga Dodero en 2013 en Béccar (Argentina), la iniciativa dispone de una decena de filiales en el país y se replicó en otros países de la región como Uruguay, Ecuador y Colombia.
Imagen: La Sachetera
Involucrando a los más jóvenes en Guatemala
Además de botellas de vidrio y de plástico usadas, los neumáticos viejos son otro de los materiales que la ONG Long Way Home reutiliza para construir casas. En San Juan Comalpa (Guatemala), se construyó un complejo educativo que también alberga una escuela técnica vocacional. De este modo, hasta los más pequeños aprenden a reutilizar la basura y a construir casas autosuficientes energéticamente.
Imagen: picture-alliance/maxppp/B. Bechard
Cepillarse los dientes sin remordimientos en Argentina
Aunque es recomendable cambiar de cepillo de dientes cada tres meses, esto genera muchos residuos plásticos. Afortunadamente, existen alternativas como los cepillos de madera o de bambú que empiezan a venderse en muchos lugares. También en Argentina, donde la compañía Meraki lanzó al mercado el primer cepillo de dientes biodegradable. El bambú con el que se fabrican los mangos puede ser degradado.
Imagen: Meraki
Cuando la basura se vuelve arte en México
Desde hace más de 20 años, el diseñador alemán Gerhard Bär crea objetos de arte y de uso diario a partir de basura. Con envases de botellas, bolsas de plástico y otros desechos que acabarían en la basura, el artista crea coloridos objetos de utilidad como mesas, sillas, lámparas, floreros, fruteros... Con su proyecto Social Plastics, ha llevado su experiencia a la comunidad de Miravalle, México.