En un gesto político firme hacia el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó su primera resolución sobre Venezuela con 23 países a favor, siete en contra y 17 abstenciones.
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La emitida este jueves, 27 de septiembre de 2018, constituye la primera resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre Venezuela. El texto insta al Gobierno de aquel país a aceptar ayuda humanitaria internacional para paliar la escasez de alimentos y medicinas. Las anteriores tentativas de introducir el caso de Venezuela en la agenda del Consejo habían fracasado, pero esta vez el llamado "Grupo de Lima", compuesto por países del continente americano que buscan un cambio de rumbo del Gobierno venezolano, consiguió este objetivo.
En nombre de una decena de países latinoamericanos patrocinadores del texto, el embajador de Perú, Claudio de la Puente, dijo que había llegado el momento de que el Consejo atendiera una situación que ha provocado el éxodo de unos dos millones de venezolanos que han buscado acogida en otros países de la región. Aseguró que el propósito de esta iniciativa era "dar voz a millones de venezolanos que padecen una crisis humanitaria" y que, de ninguna manera, tenía ánimo de injerencia.
La resolución aprobada recuerda que la falta de alimentos, fármacos y suministros médicos han dado lugar a "un aumento de la malnutrición". Asimismo, alerta del riesgo del brote de enfermedades que habían quedado erradicadas o bajo control en Sudamérica. Por otro lado, el texto también hace mención expresa de "la profunda preocupación" de los países por "las graves violaciones de los derechos humanos en el contexto de la crisis política, económica, social y humanitaria". En ese sentido, valora el informe que presentó el pasado junio de 2018 la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, que denunciaba un patrón de presuntas ejecuciones sumarias, uso excesivo de la fuerza, torturas y detenciones arbitrarias por parte de las fuerzas de seguridad. Aquel informe también advertía de que la impunidad es generalizada, por lo que consideraba oportuno una mayor implicación de la Corte Penal Internacional.
Rechazo del embajador de Venezuela
Por su parte, el embajador venezolano ante la ONU en Ginebra, Jorge Valero, ha condenado la resolución de este jueves, considerándola "el comienzo de una escalada intervencionista" para conseguir la caída del Gobierno y "establecer un mecanismo de tutela" foráneo sobre Venezuela. Además, ha acusado a los países que promovieron la resolución de ser instrumentos de Estados Unidos e Israel en contra de su país. Hasta ahora, el Gobierno venezolano ha rechazado una y otra vez cualquier tipo de ayuda humanitaria, en particular de países occidentales, por considerar que esto podría ser utilizado como pretexto para una intervención militar exterior.
La resolución aprobada hoy en Ginebra solicita a la alta comisionada de la ONU para derechos humanos, Michelle Bachelet, que prepare un nuevo informe exhaustivo sobre la situación en Venezuela para ser presentado en junio de 2019. Para su sesión de inicios de marzo próximo, le encarga a Bachelet que exponga oralmente información actualizada sobre ese tema. El Gobierno venezolano ha negado reiteradamente la entrada de expertos de derechos humanos de la ONU a su territorio, por lo que los autores de los dos informes de la Oficina del Alto Comisionado han sido elaborados a partir de información recolectada en países vecinos. Esa será previsiblemente otra vez la metodología de trabajo.
MS (dpa/efe/ONU/Human Rights Watch)
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El Páramo de Berlín: la montaña de la muerte para los migrantes venezolanos
Pocos comprenden aún las dimensiones del éxodo venezolano. "Su desolación es tal que primero tenemos que regresarles la dignidad", dice a DW Patricia de Puyana, de la ONG Entre dos Tierras, que asiste a los caminantes.
Imagen: Patrícia de Puyana
Frailejones, cardos y romero
El Páramo de Berlín, un paisaje que los colombianos visitan para descansar, acampar, avistar animales silvestres y observar el firmamento en las noches despejadas, pero que los venezolanos cruzan apurados evitando la noche con sus gélidas temperaturas. Una habitante de la zona cuenta que el nombre de Berlín se debe a un ingeniero alemán que comparaba el frío de allí con el de la capital alemana.
Imagen: picture-alliance/dpa/El Tiempo
Páramo de Berlín: fuente de vida, peligro de muerte
El Parámo de Berlín, forma parte de un sistema de siete Parques Naturales, fuentes del agua que provee a más de 30 municipios en faldas y valles de los dos departamentos que en Colombia llevan el nombre de Santander. El Páramo de Berlín está entre 2.800 y 4.290 metros sobre el nivel del mar, entre Cúcuta, en la frontera con Venezuela, y Bucaramanga, en la ruta hacia Bogotá.
Cúcuta, el inicio del recorrido por Colombia
En esta ciudad fronteriza comienza el recorrido para la mayoría de venezolanos. Los que no tienen dinero para un tiquete de bus, guardan sus ahorros y toman la vía esperando llegar a Bogotá, Quito, Lima o Santiago de Chile, a pie. Pero primero tienen que salvar el primer gran obstáculo: el Páramo de Berlín, entre Cúcuta y Bucaramanga. 195 kilómetros de marcha, entre el desconsuelo y la esperanza.
Imagen: Getty Images/AFP/L. Acosta
Una mirada de temor y esperanza
Dos migrantes venezolanos, asistidos por la Fundación Entre dos Tierras, con sede en Bucaramanga. Ellos tuvieron suerte de encontrar en el camino a voluntarios que los proveen de ropa contra el frío. Muchos van solo con vestuario para climas cálidos y se sorprenden de saber que el frío puede matar. Unos 17 caminantes habrían muerto, reporta una líder de la comunidad venezolana en Tunja.
Imagen: Patrícia de Puyana
La ruta del frío
Unos cuentan con suerte de recibir zapatillas para seguir el camino, mientras otros ven frustrado su camino porque las ampollas les impiden continuar. La ONG Entre dos Tierras busca coordinar la ayuda espontánea de lugareños y viajeros, para que no sea solo puntual sino permamente. El sueño de Patricia de Puyana es construir un albergue en Bucaramanga que ofrezca comida y atención médica.
Imagen: Patrícia de Puyana
Caminando y pensando en dónde conseguir un empleo
Los migrantes no siempre tienen un destino fijo. Ellos van de ciudad en ciudad en busca de un trabajo, que difícilmente encuentran. Esto tiene que ver con que ya cientos de miles de sus compatriotas han ocupado las pocas vacantes que el mercado laboral de Colombia ofrece, un país con 9,7% de desempleo, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Imagen: Patrícia de Puyana
Entre dos Tierras: “Hay que dignificar esta migración”
Para la Fundación Entre dos Tierras es prioritario "devolverle la dignidad a los migrantes". Patricia de Puyana cuenta que el grado de desolación en que muchos salen de su país y emprenden la travesía es aterrador. "No solo necesitan comida, abrigo y techo, sino también recuperar su dignidad", concluye. "Todos los pensamientos en Venezuela rondaban sobre cómo comer", dice un caminante.
Imagen: Patrícia de Puyana
La ruta de la niebla
Migrantes venezolanos cruzan el Páramo de Berlín que durante buena parte del día permanece tras la niebla. La hiportemia y el mal de altura son algo con lo que pocos cuentan. Migración Colombia y delegados de la ONU recorren esta vía para confirmar las muertes reportadas a sus orillas, que no están hechas para peatones. "Después de caminar semanas perdemos la noción del tiempo", dice un migrante.
Imagen: Patrícia de Puyana
Llamado a ayudar
“Colombia y los colombianos tienen que enfrentar esta crisis humanitaria porque quienes la están sufriendo son seres humanos”, independientemente de su nacionalidad o su orientación política. Es el llamado de la Fundación Entre dos Tierras, que insta a hacer mucho más por quienes han tenido que huir del hambre y el futuro truncado en Venezuela. Autor: José Ospina-Valencia (er)