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Igualdad de derechosAmérica Latina

"Hay una contraofensiva contra los derechos de las mujeres"

21 de noviembre de 2025

En diálogo con DW, Bibiana Aido alerta sobre retrocesos, nuevas violencias y una voluntad política que todavía no se traduce en recursos efectivos.

Bibiana Aído, directora América Latina y el Caribe ONU Mujeres
Bibiana Aído, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el CaribeImagen: ONU Mujeres

Bibiana Aido, directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribedesde septiembre, ofrece a DW una entrevista exclusiva en un momento especialmente sensible. La agencia de Naciones Unidas, que este 2025 cumplió 15 años, llega al 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en un contexto donde las tensiones políticas y sociales conviven con logros que todavía buscan consolidarse.

Aunque es española, Aido pasó varios años en Colombia y Ecuador. Ese recorrido la vinculó de manera directa con el continente y con sus ritmos políticos y sociales, una cercanía que se nota en su mirada sobre la región.

Con una combinación de franqueza y cautela, Aido aborda el momento actual: sus progresos, los retrocesos y las fuerzas que intentan frenar lo conquistado.

DW: ¿Cuáles son los obstáculos que impiden un avance contra la violencia contra las mujeres? Las cifras son alarmantes.

Bibiana Aido: Efectivamente, los datos son muy graves. Un informe reciente de la OMSmuestra que una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja o violencia sexual a lo largo de su vida, y que 316 millones de mujeres y niñas fueron agredidas por una pareja solo en el último año. En América Latina, según la CEPAL, hablamos de 11 femicidios por día, una realidad absolutamente intolerable.

Esta es la expresión más extrema de la desigualdad en nuestras sociedades: violencia ejercida contra las mujeres por el hecho de serlo, sostenida por patrones culturales de control profundamente arraigados, que requieren tiempo y esfuerzo transformar.

Aunque la región cuenta con un marco normativo sólido y con legislaciones muy avanzadas, uno de los principales obstáculos sigue siendo la falta de implementación, sobre todo por insuficiencia de recursos.

Pero, en general, los recursos, más allá de que en Latinoamérica no abunden, suelen ir tras las decisiones políticas: ¿falta voluntad política en la región para que esto sea una prioridad?

Yo creo que estamos en un contexto de tensión en la región. Por un lado, seguimos viendo avances, como en la Conferencia Regional de las Mujeres en México, donde se aprobó el Compromiso de Tlatelolco para avanzar hacia una sociedad del cuidado, con una referencia explícita a la necesidad de eliminar la violencia de género.

Es decir, existe voluntad política, pero no puede quedarse en declaraciones: debe ir acompañada de recursos concretos. Y lo que observamos es que los Estados están destinando menos de un 1 % a la prevención de la violencia de género.

Por eso, aunque hay voluntad en la narrativa y en los acuerdos, lo que falta es que esa voluntad se traduzca en recursos reales y efectivos.

¿También hay países en los que se verifican retrocesos?

Hay una contraofensiva contra los derechos de las mujeres. En los últimos años, ha habido avances claros en materia de igualdad de género y en el movimiento feminista, y esos progresos han generado respuestas que buscan frenarlos. El conflicto no se da entre quienes tienen poder y quienes no lo tienen, sino entre quienes detentan el poder y quienes están empezando a acceder a él.

¿Y, a su vez, hay nuevas amenazas?

Sí, hay nuevas amenazas vinculadas a las tecnologías y a la inteligencia artificial. Los algoritmos no están alineados con la igualdad de género; por el contrario, suelen reforzar retrocesos y alimentar el backlash (N.d.l.R.: la reacción negativa frente a un avance) contra los derechos de las mujeres. La violencia digital es real y requiere medidas urgentes.

En Colombia, acabamos de lanzar un estudio sobre violencia política, y los datos muestran que el 79 % de las mujeres que están en política ha sufrido violencia en línea. Es una violencia generalizada que se agrava en el caso de mujeres con alta visibilidad pública —defensoras, políticas, periodistas— y que afecta su vida, su salud, su bienestar emocional y su desempeño laboral.

Además, esta violencia busca silenciarlas y desacreditarlas, generando incluso "autocancelación": cuando una mujer recibe ataques constantes por opinar, termina evitando ciertos temas para no ser agredida. Es una forma de violencia disciplinante, profundamente peligrosa.

Algunas voces críticas sostienen que, desde las instituciones, en este caso le pregunto por ONU Mujeres, no se hace lo suficiente, o solo declaraciones que quedan en el olvido…

Desde nuestra responsabilidad como agencia de la ONU para los derechos y el empoderamiento de las mujeres, trabajamos en varios frentes: apoyamos a las organizaciones y movimientos feministas, fortalecemos la seguridad digital, estamos avanzando hacia un laboratorio feminista de tecnología e innovación, impulsamos campañas de sensibilización pública,generamos conocimiento y datos, y construimos alianzas estratégicas. Esa es nuestra manera de contribuir, más allá de las declaraciones.

¿No siente impotencia a veces por no poder hacer más ante esta realidad?

Bueno, estamos atravesando crisis superpuestas: conflictos, una crisis de la ayuda al desarrollo y un backlash contra la agenda de derechos en general y contra los derechos de las mujeres en particular. Es fundamental tener un buen diagnóstico de ese contexto, pero también reconocer todo lo que se ha construido en estos años.

Creo que el mensaje debe ser de esperanza, entendida como una categoría política, frente a los miedos que buscan imponerse. Es posible mover la agenda; lo estamos haciendo. Y, en buena medida, estamos aquí porque hemos avanzado, y esos avances han despertado temores en el patriarcado.

La esperanza: "Es posible mover la agenda; lo estamos haciendo. Y, en buena medida, estamos aquí porque hemos avanzado".Imagen: KARINA HERNANDEZ/AFP/Getty Images

(rml)

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