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ONU: se esfuman las esperanzas de Alemania

Emilia Rojas Sasse13 de julio de 2005

El categórico rechazo estadounidense a la propuesta de aumentar el número de miembros permanentes del Consejo de Seguridad echa virtualmente por la borda las aspiraciones alemanas de quedarse con un asiento.

Los codiciados asientos del Consejo de Seguridad de la ONU.Imagen: UN Photos

La esperanza es lo último que se pierde. Pero hay que ser realmente un profesional del optimismo para reaccionar como lo hizo este miércoles el portavoz del gobierno alemán, Bela Anda, después de que Estados Unidos se pronunciara abiertamente contra la propuesta de reforma del Consejo de Seguridad presentada por Alemania y sus aliados en la materia: Brasil, India y Japón. Anda afirmó que "no es sorprendente" que algunos países comiencen a tomar postura en esta fase del proceso. Lo que sí al parecer toma por sorpresa a Berlín es el calibre de la resistencia a sus propósitos de conseguir un asiento permanente en dicho organismo de la ONU.

Alemania a la defensiva

La delegada estadounidense, Shirin Tahir Kheli, fue categórica al afirmar que los tiempos no están maduros para tomar una decisión. Es más: anunció que si la propuesta germana se sometiera a votación, Washington se pronunciaría en contra. Y con eso está todo dicho. Máxime porque Estados Unidos no es el único que se opone, sino que coincide en este tema con pesos pesados como China y Rusia, dos países que también cuentan con derecho a veto en el Consejo de Seguridad.

Gunter Pleuger: incómoda posición.Imagen: AP

El embajador alemán ante la ONU, Gunter Pleuger, se vio incluso forzado a asumir una actitud defensiva, rechazando críticas en cuanto a que Alemania y sus aliados del Grupo de los Cuatro (G-4) sólo buscan satisfacer intereses nacionales. Y eso es bastante bochornoso en un escenario diplomático como el de las Naciones Unidas.

La propuesta de México

A estas alturas no se vislumbran ya mayores posibilidades de llegar a un consenso sobre la ampliación al modo propuesto por Alemania. La idea de agregar seis nuevos integrantes al club de los miembros permanentes es algo que no agrada a quienes ya ven en los cinco actuales un mal del que nadie sabe cómo zafarse. Lógicamente, Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia no están dispuestos a renunciar a sus privilegios. Y, si bien estos dos último apoyan la iniciativa del G-4, eso no basta para brindarle perspectivas de éxito.

Más posibilidades de aglutinar respaldo tiene la contrapropuesta, presentada por México y otros países como Pakistán e Italia, que sólo desean ampliar el Consejo con miembros transitorios. O, por lo menos, la resistencia será previsiblemente menor. Sea como fuere, para el funcionamiento eficaz de la ONU se hace imperativa una reforma. Y es de esperar que las hondas discrepancias que se han hecho patentes no terminen echando completamente por tierra el proyecto más ambicioso y necesario de la organización mundial.

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