Naciones Unidas reformará misiones de paz tras registrar en 2017 más de medio centenar de bajas entre sus "cascos azules", el mayor número en toda la historia. Tropas de la ONU son objetivo de ataques terroristas.
Publicidad
"Tenemos que cambiar eso", aseguró el jefe de las operaciones de paz, el francés Jean-Pierre Lacroix, en una conferencia de prensa. El principal desafío, explicó, pasa por una mejor adaptación al nuevo tipo de amenazas a las que se enfrentan los "cascos azules", para lo que se buscará un mejor entrenamiento, equipos más adecuados y una coordinación más avanzada.
En varios conflictos africanos, las tropas de la ONU son objetivo de continuos ataques de grupos armados y organizaciones terroristas, lo que ha disparado el número de muertos y heridos en los últimos años.
Ante esa situación, Naciones Unidas encargó un informe al militar brasileño Carlos Alberto dos Santos Cruz, antiguo comandante en varias operaciones de la organización, cuyas recomendaciones están siendo utilizadas ahora como base para introducir cambios.
Entre sus propuestas destaca la de apoyar una mayor contundencia en el uso de la fuerza por parte de los "cascos azules", bajo el argumento de que la bandera de la ONU ya no garantiza una protección y dada la existencia de grupos abiertamente hostiles a las tropas en varios países en los que operan.
"Lo que ha cambiado es el contexto en el que trabajamos, el hecho de que estamos siendo atacados por grupos que saquean, asesinan y violan y no tienen ningún interés en soluciones pacíficas", admitió Lacroix.
Unos 310 muertos en últimos cinco años
El responsable francés insistió, sin embargo, en que un enfoque más contundente no es la única respuesta y puso como prioridades la formación de las tropas, una mejor comprensión de las amenazas, equipos que permitan respuestas más rápidas y una mejor cohesión en la cadena de mando.
Según datos facilitados por la ONU, 71 empleados de la organización fallecieron en ataques mientras trabajaban a lo largo de 2017. De ellos, 53 eran "cascos azules" y 18 eran civiles, incluidos dos policías y 15 personas contratadas y no empleadas directamente por Naciones Unidas. El número de bajas es el más alto en la historia de la organización y parte de una tendencia.
En los últimos cinco años, al menos 310 miembros de Naciones Unidas murieron en ataques deliberados, según las cifras.
El pasado diciembre, la organización sufrió el peor ataque de su historia reciente, cuando quince "cascos azules" murieron y alrededor de medio centenar resultaron heridos en la República Democrática del Congo (RDC).
JOV (efe, un)
Los años sangrientos de Mali
Pese a la misión de la ONU y los acuerdos de paz, la violencia en Mali no cesa. Desde 2012, tuareg e islamistas luchan contra el Gobierno en Bamako. En varias ocasiones también extranjeros se han convertido en blanco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Traore
Ataque en el corazón de la capital
Los grupos terroristas Al Qaeda del Magreb Islámico y Al Murabitun reivindicaron el atentado contra el hotel Radisson Blu en Bamako, en el que los islamistas tomaron como rehenes a 170 personas. Decenas de huéspedes y empleados del hotel lograron escapar. 18 personas podrían haber muerto. El hotel alberga a muchos diplomáticos y periodistas de todo el mundo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Traore
Islamistas en el norte
En el país existen muchos grupos armados. Por ejemplo, las milicias islamistas Ansar Dine, que se autodenominan “Defensores de la Fe” y que están bajo el mando de Iyad Ag Ghaly. Desde 2012, luchan por un Estado islámico en el norte de Mali.
Imagen: Romaric Hien/AFP/GettyImages
Terror y destrucción del patrimonio cultural
En 2012, Ansar Dine se hizo en poco tiempo con el control de amplias regiones del norte de Mali. Allí las milicias establecieron un régimen de terror, por ejemplo, cortaban las manos a presuntos ladrones y lapidaban a presuntos adúlteros. Ansar Dine llamó la atención mundial por la destrucción sistemática del valioso patrimonio cultural del país, como esta mezquita del siglo XV en Tombuctú.
Imagen: Getty Images
Bombas sobre Trípoli, con réplicas en Mali
También la guerra en Libia atizó el conflicto en Mali. Como consecuencia del caos y de los enfrentamientos armados tras el derrocamiento del dictador Gadafi, a partir de 2011 grandes cantidades de armas y numerosos combatientes cruzaron la frontera de Mali.
Imagen: picture alliance / dpa
¿Azawad o Estado islámico?
Después de haber luchado conjuntamente durante cierto tiempo, las milicias islamistas desplazaron también a los rebeldes tuareg más moderados. Por ejemplo al Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), que lucha por un territorio independiente de la tribu tuareg en el norte de Mali.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bindra
Operación Serval
A principios de 2013, los islamistas amenazaban con entrar en la capital, Bamako, ante lo cual el presidente francés, François Hollande, ordenó una operación militar contra los rebeldes. Hasta el verano de ese año, los franceses lograron reconquistar, con el apoyo de tropas malíes y de África Occidental, las ciudades más importantes del norte de Mali, en el marco de la llamada Operación Serval.
Imagen: dapd
MINUSMA deberá garantizar estabilidad
Alrededor de 10.000 soldados de la ONU deberán preservar la frágil paz en Mali. También el Ejército alemán ha enviado a 200 soldados al sur del país. Además, en la capital de Bamako están estacionados otros 50 soldados germanos, en el marco de una misión europea de entrenamiento para el ejército local. En la imagen se puede ver a la ministra de Defensa alemana visitando a las tropas en Mali.
Imagen: Reuters
Un poco de paz
No obstante, rebeldes y delincuentes no dejan que el país recobre la tranquilidad. Las noticias sobre atentados y secuestros están a la orden del día. En años recientes, cientos de miles de malíes se han visto obligados a abandonar su país. Los niños en la imagen viven en un campamento de refugiados en el país vecino, Burkina Faso.