ONU teme que policía oculte pruebas tras 25 muertos en Río
7 de mayo de 2021
La oficina del Alto Comisionado criticó la violencia sistemática contra los barrios pobres y pidió la realización de una investigación independiente.
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La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos mostró este viernes (07.05.2021) su preocupación por la operación policial antinarcóticos que causó este jueves 25 muertos en una favela de Río de Janeiro (Brasil), y denunció posibles intentos de las fuerzas de seguridad cariocas para evitar que se pueda llevar a cabo una investigación independiente de lo ocurrido.
"Hemos recibido informes preocupantes según los cuales, tras lo ocurrido, la policía no tomó las medidas necesarias para preservar las pruebas en la escena del crimen, lo que podría dificultar la investigación de esta trágica y letal operación", dijo un portavoz de la institución de la ONU, Rupert Colville. "Pedimos a la oficina del fiscal que lleve a cabo una investigación independiente e imparcial de este asunto, plegándose a las normas internacionales", agregó.
Al menos 25 personas, entre ellas un agente de la policía, perdieron la vida en esta operación, la más cruenta en la historia de Río de Janeiro, realizada en la favela de Jacarezinho, en la zona norte de la ciudad. La redada policial tenía por blanco una banda que reclutaba a niños y adolescentes para el tráfico de drogas, robos, secuestros y asesinatos. La favela es base de la principal banda de narcotraficantes de la ciudad, llamada Comando Vermelho (comando rojo).
Violencia contra barrios pobres
Colville calificó además de "especialmente perturbador" el hecho de que la operación policial se haya organizado pese a que en 2020 el Supremo Tribunal Federal ordenara una restricción de este tipo de medidas de fuerza en las favelas de Río, debido a la pandemia de COVID-19, salvo en circunstancias "absolutamente excepcionales".
La oficina de la ONU criticó que esta operación confirmara "una prolongada tendencia al uso innecesario y desproporcionado de la fuerza en las favelas, barrios pobres y marginados habitados predominante por población afrobrasileña”. En la acción resultaron heridos al menos tres uniformados y dos civiles, que fueron impactados por balas perdidas cuando viajaban dentro del metro de la ciudad por la zona en el momento de los disturbios.
DZC (EFE, AFP)
Okupas en Río: así reclaman sus derechos los pobres
Río de Janeiro enfrenta una grave crisis habitacional. Los pobres son excluidos de la ciudad e incluso quedan fuera de las favelas más céntricas. ¿Alguien hace algo por ayudarlos?
Imagen: DW/S. Derks
Ocupar y jugar
Isabelle juega en un antiguo almacén en la famosa Rua da Lapa, en el centro de Río de Janeiro. Sus abuelos ocuparon la construcción hace más de treinta años. Con el tiempo construyeron muros, habitaciones y un bar, instalándose definitivamente en el lugar.
Imagen: DW/S. Derks
Decadencia colonial
En su mayoría, las viejas casas de estilo colonial que se erigieron en el siglo XIX fueron abandonadas. Muchas de ellas, cuando sus dueños portugueses murieron y no dejaron descendencia. Cada vez más pobres se van a vivir a ellas, mientras que los ricos de Río de Janeiro prefieren los nuevos edificios de apartamentos.
Imagen: DW/S. Derks
Hay que usar cada espacio
Muy a menudo las casas son subdivididas en pequeños compartimentos para acomodar en ellos a la mayor cantidad de personas posible. Este edificio destartalado cerca de la estación de metro Gloria es el hogar de unas 30 personas, que viven en 18 habitaciones que comparten una sola cocina.
Imagen: DW/S. Derks
Buscando un lugar tranquilo
Como consecuencia del aumento de los precios y la prolongada crisis económica que afecta a Brasil, en los últimos años la cantidad de personas sin hogar se ha triplicado en Río de Janeiro. En las noches, buscan un lugar tranquilo donde poder dormir, como vemos acá en Rua da Lapa.
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Okupas organizados
A veces el acto de tomar u "okupar" un edificio se realiza de forma preparada y organizada, bajo el mando de instituciones sociales como Mariana Crioula, en la zona del puerto. Por más de siete años han estado presionando al gobierno para que construya departamentos para los menos favorecidos.
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Esperando aprobación
Los 70 miembros de esta iniciativa pagan una contribución y esperan, algún día, obtener una casa propia. Cada dos semanas llevan a cabo reuniones. Sus propuestas, incluidos los esquemas realizados por arquitectos, han sido ya aprobadas por las autoridades, pero el paso final de liberar los fondos para que comience la construcción se está demorando.
Imagen: DW/S. Derks
Partir de cero
Quilombo da Gamboa es otro proyecto social que intenta el mismo proceso. Sin embargo, vivir aquí es estresante. "Hace unas pocas semanas hubo un incendio que destruyó parte del lugar. Vinieron los bomberos e intentaron sacarnos de acá a la fuerza. Como okupa, puedes perder tu casa en cosa de minutos", dijo Roberto a DW.
Imagen: DW/S. Derks
Peligro a la vuelta de la esquina
Roberto enumera los peligros de "okupar" un lugar. "Durante una ocupación anterior, la gente me convirtió en líder de facto. Pero la cohesión social se derrumbó cuando llegaron los traficantes de drogas y se hicieron cargo de todo", cuenta. Tras ser atacado con un arma, Roberto tuvo que escapar y empezar todo de nuevo con el Proyecto Quilombo da Gamboa.
Imagen: DW/S. Derks
Mala reputación
En Brasil, muchos proyectos sociales tienen mala reputación y son vistos por parte de la ciudadanía como organizaciones criminales, por estar relacionadas con gente pobre, ocupantes ilegales de casas, pandillas violentas y narcotraficantes.
Imagen: DW/S. Derks
Siempre atentos
Todos quienes se involucran con estas iniciativas concuerdan en que la vía al éxito está cimentada sobre la base de una estructura fuerte y efectiva. Una de las reglas es monitorear las 24 horas del día quién entra y sale de las casas. Creozlita Silva aparece acá en su turno de puerta en Manuel Congo, donde se construyeron apartamentos después de que los "okupas" tomaran el terreno.