ONU: Tribunal podría considerar genocidio ataques a rohinyás
18 de diciembre de 2017
El alto comisionado para los derechos humanos cree que se trata de acciones "bien pensadas y planeadas", si bien reconoció que será difícil probarlo.
Publicidad
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, no descarta que un tribunal internacional considere en el futuro que los actos contra la minoría minoría rohinyá en Myanmar constituyen un genocidio, afirmó en una entrevista divulgada este lunes (18.12.2017) por la cadena británica BBC.
"Dada la escala de la operación militar, está claro que se debe de tratar de decisiones tomadas a alto nivel", sostuvo Al Hussein, que consideró que las acciones contra esa minoría musulmana estaban "bien pensadas y planeadas". "Los requisitos para probarlo son altos, pero yo no me sorprendería si en el futuro un tribunal llegar a esa conclusión, en base a lo que vemos", señaló el alto comisionado.
Al Hussein recalcó que no será fácil probar que los "increíblemente brutales ataques" contra los rohinyás son un genocidio, que considera "el crimen de los crímenes". "Por razones obvias, si estás planeando cometer un genocidio no lo pones por escrito ni das instrucciones en ese sentido", sostuvo.
A principios de diciembre, cerca de 650.000 rohinyás habían abandonado Myanmar para huir de la oleada de ataques liderados por el ejército que comenzó a finales de agosto, según la BBC.
Al Hussein sostuvo que la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, jefa de facto del Gobierno birmano, podría haber hecho más para evitar la campaña de violencia militar.
"Le rogué que acabara con esas operaciones militares. Apelé a sus emociones, le rogué que hiciera cualquier cosa que pudiera para terminar con esto y, para mi pesar, parece que eso no ocurrió", afirmó el alto comisionado de la ONU.
EAL (efe, afp)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
No hay niñez para los rohinyás en Cox's Bazar
Tiene 12 años. Aun así, el rohinyá refugiado Nur Hafes cuida a su familia. Durante la huida desde Myanmar hacia Bangladesh su papá se fue. Ahora su mamá está sola con él y sus hermanos.
Imagen: Reuters/A. Abidi
El sostén de la familia
Nur Hafes, de 12 años, busca personas en el campo de refugiados de Palong Khali que quieran darle un poco de dinero si los protege con su paraguas del penetrante sol. Da una mirada hacia los sacerdotes musulmanes, quienes a veces distribuyen las donaciones que han recolectado en sus comunidades. Él todavía no es un adulto y, sin embargo, debe cuidar a una familia de nueve.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Un euro al día es un buen día
“A veces hago 50 o 100 takas, a veces llego a casa con las manos vacías”, dice Nur. Un taka es equivalente a un centavo de euro. Por 50 takas se compran alrededor de 250 gramos de chiles verdes en los mercados de los campos . Un pollo cuesta alrededor de 150 takas.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Sola con ocho hijos
Nur es el mayor de ocho hermanos. Cuando el ejército llegó a la aldea de los abuelos, el padre de Nur huyó sin la familia. No lo han visto desde entonces. La huida a Bangladesh cerca de la ciudad de Cox's Bazar ha dejado a la madre Rabia sola con los niños. Los ancianos hacen todo lo posible para ayudar a Rabia a mantener a flote a la familia en el campo de refugiados.
Imagen: Reuters/A. Abidi
"El ejército incendió casas"
Hace dos meses, Rabia y los niños fueron expulsados de su pueblo natal en la provincia de Rakáin, Myanmar. "El ejército incendió casas donde todavía había gente", recuerda la madre de 33 años. "He visto tanta gente con heridas de bala". La familia huyó a casa de sus abuelos, pero solo un día después llegaron los soldados.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Dependientes de la ayuda humanitaria
Como la mayoría en el campo de refugiados cerca de Cox's Bazar, Nur y su familia dependen de la ayuda humanitaria. Desde su casa solo pudieron llevar la ropa que tenían puesta, documentos de identidad, un par de fotos y una manta para protegerse de la lluvia. Como cabeza masculina de la familia, Nur acostumbra estar al frente ante las organizaciones de ayuda.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Sobreprecio en los campos de refugiados
Por lo general, solo se distribuyen alimentos básicos a los refugiados (aceite, lentejas, cebollas) y a menudo no lo suficiente. Es por eso que los campos de Cox's Bazar tienen una gran cantidad de comerciantes que, por ejemplo, venden chiles verdes o nueces, como también anticonceptivos y cigarrillos. La mayoría de los productos cuestan más que en los mercados de las ciudades vecinas.
Imagen: Reuters/H. McKay
Nur ya trabajaba en Myanmar
Antes de huir de Myanmar, Nur vendía productos que su padre compraba al por mayor. Como apátridas, los rohinyás tenían poco acceso al sistema educativo antes de que el conflicto estallara y eran discriminados en el mercado laboral.
Imagen: Reuters/A. Abidi
Los más jóvenes están desnutridos
A pesar de sus esfuerzos y la ayuda humanitaria, a la familia de Nur a menudo le falta lo más esencial. Los dos hijos más pequeños de Rabia, Fátima, de un año y medio (en la foto) y Mohammed, de ocho meses, sufren de desnutrición, al igual que muchos de los niños en los campos. Se estima que el 60 % de los refugiados rohinyá son menores de edad. Muchos sufren de enfermedades como diarrea.
Imagen: Reuters/A. Abidi
"Ya no se comporta como un niño"
"Es joven, pero entiende que tiene una responsabilidad. Ya no se comporta como un niño", dice Rabia sobre Nur. Sus deseos para su futuro son sencillos: espera que pueda montar un negocio como comerciante en Bangladesh. Pero a veces él sueña con otra vida, una educación adecuada, tiempo para jugar fútbol con amigos, y así poder ser un niño.