Algunos evocan como consuelo los espectaculares resultados de marcas de lujo BMW, Mercedes y Porsche. Pero otro es el panorama que enfrentan los fabricantes de vehículos para las masas, concretamente Opel y Volkswagen. En Opel están en juego 12.000 puestos de trabajo en toda Europa, 10.000 de ellos en plantas germanas. Volkswagen por su parte negocia fuertes recortes en sueldos y salarios. Ambas empresas señalan los altos costos laborales como la causa que hace a Alemania poco competitiva como lugar de producción. Empleados y sindicatos acusan a los altos ejecutivos de manejos equivocados y afirman que sus previas críticas a la estrategia forzada desde Estados Unidos habían sido acertadas.

Opel sufrió una dramática pérdida de calidad en los años 90, algo que no pasó inadvertido en el mercado. “Fue un error que acabó desmontando la marca”, señala el experto Ferdinand Dudenhoffer, profesor de la Escuela Técnica de Gelsenkirchen. Pese a que hoy en día los automóviles Opel gozan de una alta calidad, el prestigio no se recupera de la noche a la mañana. Como consecuencia, dos de cada tres empleos se encuentra al filo de la navaja.

Recortes en Volkswagen

El consorcio Volkswagen tampoco las tiene todas consigo. El volumen de operaciones ha caído en importantes regiones y con ello también sus beneficios. Lo que más afecta al primer fabricante europeo es el estancamiento de las ventas de su antaño modelo estrella, Golf. Rompiendo las reglas del mercado automotriz, Golf V se vende menos de lo que se vendió el modelo anterior. No pinta mejor el modelo de lujo, Phaeton, que con el paso del tiempo se convierte en un claro fiasco. El consorcio amenaza con recortar 30.000 puestos de trabajo si el sindicato no se muestra dispuesto a reducir los costos de personal en un 30% hasta el 2011.

Observadores internacionales señalan que las reformas impulsadas por el gobierno socialdemócrata – verde, han sido insuficientes y sobre todo han comenzado tarde. La reducción de prestaciones sociales que encarecen la mano de obra germana, no fue tratada como prioritaria y eso tiene sus razones. Dos años antes de las próximas elecciones generales, el gobierno del canciller Gerhard Schröder no se atreve a arriesgarse a perder aún más votantes, que de por sí han reaccionado con enojo a las impopulares reformas impulsadas.

Continúan las protestas

Ante los inminentes despidos masivos en Opel, los trabajadores suspendieron desde el pasado jueves las labores en la planta de Bochum. Al comenzar el primer turno a las 6:00 de la mañana el lunes, los trabajadores seguían en paro. No tuvieron efecto las apelaciones de políticos, entre ellos el ministro de Economía, Wolfgang Clement, quien los exhortaba a reiniciar las labores, argumentando que en nada ayudaba a mantener las plantas de producción el que los trabajadores se encontraran afuera protestando.

Los trabajadores demandan que la matriz, General Motors, retire sus planes de recortes en Europa y anunciaron paros masivos en las filiales del gigante estadounidense en el Viejo Continente.