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A Obama se le acaba el tiempo

Miodrag Soric2 de enero de 2016

En 2016 hay elecciones en Estados Unidos. El o la que gane definirá la política mundial de los próximos años, según nuestro corresponsal en Washington, Miodrag Soric.

Dentro de once meses los estadounidenses votan a su presidente. Sea la que sea, su elección tendrá implicaciones globales. Si gana Hillary Clinton, Estados Unidos continuará ejerciendo su liderazgo global y Washington haría prevalecer sus intereses en caso de necesidad militar. Respecto a los candidatos republicanos, depende de quién sea al final. Algunos candidatos se inclinan más a cierto aislacionismo, como Obama, que se niega a enviar tropas de tierra a Siria. Una postura que difícilmente va a variar este año. Hasta que las partes en conflicto entiendan que sólo un compromiso político va a traerles la paz.

Estados Unidos se desentiende cada vez más de Oriente Medio, tras décadas de decidida implicación. Todos los intentos para establecer en la región un orden estable fracasaron. La potencia mundial ha dilapidado en esa parte del mundo muchos billones del dinero de los contribuyentes, muchos de los cuales se preguntan: ¿para qué? Cada vez su país es menos dependiente del petróleo extranjero. Mejor incentivar el propio. En Oriente Medio, Washington persigue sobre todo objetivos en política de seguridad: contrarrestar el influjo de los islamistas. En 2016 no va a derrotar definitivamente a Al Qaeda o al autodenominado Estado Islámico. Esto se lo deja Obama a su sucesor. O al sucesor de su sucesor.

Obama, durante su discurso de aceptación como senador por Illinois, el 2 de noviembre de 2004.Imagen: AP

Las difíciles relaciones con Rusia

Lo mismo con las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. El presidente de Estados Unidos ha abandonado toda esperanza de hacer volver a las partes en conflicto a la mesa de negociaciones. La relación entre Obama y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sigue maltrecha. En los próximos meses se ignorarán entre sí educadamente.

Y seguirán siendo tensas las relaciones con Rusia. El presidente de Estados Unidos se atiene a sus sanciones contra el Kremlin. Después de todo, Moscú ha vulnerado la paz europea. Ucranianos, polacos y bálticos aplauden la dureza mostrada contra Rusia, no así la economía alemana, que pierde miles de millones por las sanciones. Y así, la actitud hacia Rusia divide a Occidente.

En su último año, a Obama no le da el tiempo. Entre sus prioridades se incluyen mejorar las relaciones con Irán y con Cuba. Pero los regímenes autoritarios en ambos países no se lo ponen fácil. Durante demasiado tiempo la enemistad hacia EE. UU. ha estado instaurada en Teherán y La Habana.

Obama, durante el Foro Asia-Pacífico en Manila, Filipinas, de noviembre.Imagen: picture-alliance/dpa

¿Guantánamo? ¿Control de armas?

Y queda abierta la cuestión de si será capaz Obama de cerrar la prisión de Guantánamo. Después de todo, es una promesa que hizo justo después de su elección en 2008. Hasta ahora, sus intentos siempre han fracasado por la oposición del Congreso.

Un Congreso en el que también se ve con escepticismo otras iniciativas del presidente. Como la de endurecer las leyes que regulan la venta de armas en el país. Los republicanos no aprobarían una reforma como la que pretende Obama. La mayoría de los congresistas no quieren ganarse como enemigo al poderoso lobby de las armas. Y menos en año de elecciones.


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