El estado de excepción concede amplias facultades al presidente Erdogan. El intento de golpe fue un enorme peligro para la democracia en Turquía. Lo que ahora pasa en el país también lo es, opina Reinhard Baumgarten.
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El presidente Erdogan obtendrá lo que anhela. Durante tres meses podrá gobernar el país por decreto. Si bien eso ya lo hacía desde hace tiempo, ahora finalmente cuenta con el marco constitucional necesario. Esto es importante para él, por lo que también insiste en una reforma constitucional con el fin de instaurar un sistema presidencialista.
Puesto que de facto ya ostenta el poder, podría prescindir de ello. No obstante, la legitimación democrática de su omnipotencia es sumamente importante para él. Con ello, se asegura el apoyo de sus seguidores. No deja pasar ninguna ocasión para subrayar que es el primer presidente de la República de Turquía elegido directamente por el pueblo. “El golpe de Estado es un regalo de Dios”, dijo en la noche de la intentona golpista. Erdogan aprovecha la ocasión para deshacerse de enemigos reales y presuntos adversarios.
Ahora, usará el estado de emergencia como prueba de funcionamiento. Su forma de gobernar dividirá aún más a la población entre los que lo apoyan y los que se oponen a él. Esa ha sido la experiencia de los últimos días. La polarización aumentará.
Pese a todo el escepticismo que despierta el presidente Erdogan, no se debe perder de vista la peligrosa situación en la que se encontraba Turquía en la noche del intento golpista. A raíz de todas las medidas del mandatario que socavan la democracia, en Alemania Erdogan es visto con mucha desconfianza. No obstante, mientras más detalles se dan a conocer sobre los planes y las metas de los golpistas, más se nos deberían poner los pelos de punta. Una junta militar hubiera causado mucho sufrimiento. Y hubiera podido hacer retroceder al país por años o incluso décadas.
Un antes y después del golpe
Turquía se salvó por poco de una probable catástrofe. Sin embargo, ahora se necesita una garantía de que el presidente Erdogan no usará el estado de excepción para llevar a cabo un “golpe blanco” a fin de hacer realidad sus metas políticas. Pero de cara a la actual realidad en Turquía, esto no pareciera ser más que un deseo.
Los golpistas se prepararon largamente para el derrocamiento. No obstante, Erdogan lleva aún más tiempo preparándose para lo que él llama “limpieza” y con la que empezó en la noche del golpe. El hecho de que seguidores de Gülen, presuntos y reales, se habían introducido en su círculo más cercano seguirá atizando la “limpieza”, así como la paranoia política del gobierno turco de estar rodeado de conspiradores.
Turquía: un país en estado de excepción (17.07.2016)
Noche de horror: el fallido intento golpista transformó a Turquía en un escenario de guerra. Más de 290 personas murieron. ¿Una guerra civil amenaza al país?
Imagen: Getty Images/E.Ortac
Derramamiento de sangre en el Bósforo
Derramamiento de sangre de los habitantes de Estambul en las cercanías del puente del Bósforo. Después que la noche del sábado los militares lo cerraran, se produjo un choque entre civiles y soldados. Durante el combate producido por el intento de golpe de Estado murieron más de 290 personas en todo el país, según declaraciones del Gobierno.
Imagen: Getty Images/B.Kilic
Apisonadora de la destrucción
Sorpresivamente salen tanques a las calles durante la noche en varias ciudades. Los militares turcos anuncian la toma del poder. Los blindados aplastan autos en las calles de Estambul y Ankara y convierten al país en un escenario bélico.
Imagen: picture-alliance/dpa/T.Bozoglu
Luz fuera del Parlamento
Luego del bombardeo al Parlamento en Ankara, el edificio quedó reducido a escombros y cenizas. Aviones de combate realizaron un vuelo rasante sobre la capital y la población entró en pánico.
Imagen: picture-alliance/dpa/B.Uzun
¿A quién le pertenece el “Monumento de la República”?
El Ejército no sólo cerró el puente del Bósforo, sino que ocupó la plaza Taksim, en el centro de Estambul. Los soldados se posicionaron delante del “Monumento de la República”.
Imagen: Reuters/M. Sezer
Ícono de la resistencia
Los partidarios del presidente Erdogan también protestaron en la plaza. Aquí un soldado apunta su fusil contra un hombre que lo enfrenta. El Ejército abrió fuego sobre la multitud que protestaba en la plaza.
Imagen: picture-alliance/dpa/U.O.Simsek/
Calma después de la tormenta
Hasta la última camisa: luego del fallido golpe, los soldados implicados dejaron sus uniformes y armas en el puente del Bósforo y huyeron.
Imagen: Getty Images/G.Tan
Golpeados en la huida
La tortilla se volteó: luego de la capitulación de las Fuerzas Armadas, los soldados huyen de la multitud enfurecida en un bus.
Imagen: Reuters/M.Sezer
Un baño de multitudes
El presidente Recep Tayyip Erdogan regresó a Estambul el sábado en un vuelo que fue recibido con júbilo por una gigantesca multitud. Erdogan anunció que los golpistas serían duramente castigados.
Imagen: Reuters/H.Aldemir
¡Se acabó!
Los partidarios del presidente Erdogan se sienten triunfantes y agitan la bandera de Turquía luego que el Ejército se retiró. El golpe de Estado había fracasado.
Imagen: Getty Images/G.Tan
Posando sobre el tanque
Recuerdo grotesco: una madre le toma una foto a su hija mientras posa sobre un tanque. El vehículo blindado se mantuvo en el puente del Bósforo rodeado por la policía.