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Opinión: Asalto coordinado al "brexit" de May

Mark Hallam
13 de julio de 2018

Nigel Farage asegura que el Gobierno británico bloqueó todo contacto entre él y Trump durante la visita del presidente de EE.UU. a Reino Unido. Mark Hallam opina que no era necesario un cara a cara: los medios bastaron.

Imagen: picture-alliance/AP Photo/G. Herbert

Los adictos a la televisión y a la política británica no suelen perderse los jueves por la noche en horario de máxima audiencia la cadena 1 de la BBC, que emite un importante programa sobre política llamado Question Time. Ayer jueves (12.07.2018) por la noche sintonicé en tiempo real desde Alemania la emisión y fui testigo de cómo algunos de los aliados británicos más cercanos a Donald Trump sembraban polémica, al mismo tiempo que el tabloide The Sun publicaba una entrevista con el presidente estadounidense, en la que el mandatario criticaba los planes de Theresa May sobre el "brexit”.

No hacía falta reunirse con Farage o Johnson

La persona que realmente está detrás del "brexit” (olvidémonos de conservadores como Boris Johnson y Davis Davis) sigue siendo el antiguo  -y tal vez futuro- líder del partido UKIP, Nigel Farage. Farage hizo campaña con Trump en Estados Unidos mientras políticos como Boris Johnson describían al magnate como una persona a la que "claramente le falta un tornillo”. Antes de la llegada de Trump a Reino Unido, Farage contó a todo aquel que quiso escucharlo que el partido conservador había puesto una clara línea roja a Trump cuando negoció su visita: bajo ningún concepto habría encuentro con Farage. El Gobierno no ha negado esta afirmación y el caso es que no habrá reunión entre Trump y Farage. Pero no hacía falta, porque una ofensiva mediática coordinada iba a servir mucho mejor a sus propósitos.

Mark Hallam

Trump sembró la polémica en el diario superventas The Sun utilizando todos los argumentos clave de Farage: el "brexit” de May "no es realmente lo que la gente votó”, "niega la posibilidad de un acuerdo comercial específico entre Reino Unido y EE.UU.” e ignora las preocupaciones de la gente en lo concerniente a los "cambios culturales” iniciados con la política migratoria de la UE. El dueño de The Sun, Rupert Murdoch, obtuvo justo la munición que necesitaba para su periódico pro-"brexit”. Incluso los periodistas expresaron su asombro por lo lejos que fue en sus declaraciones el presidente estadounidense. Mientras tanto, dos avezados cazadores-recolectores del harén populista global de Trump, Farage y el periodista Piers Morgan, se pasaron la tarde en la BBC hablando a los espectadores.

¿Mera coincidencia?

Morgan se lamentó en Question Time por las protestas desatadas por la visita de Trump. Además comentó en extenso el "brexit”, diciendo que el plan de Theresa May no era satisfactorio y que Reino Unido necesita un primer ministro "que realmente crea en lo que está tratando de conseguir”. Quizá fue tan solo una coincidencia que Trump dijera a The Sun lo triste que era ver marcharse a Boris Johnson y lo buen primer ministro que sería. Quizá.

Farage, por su parte, contó a los televidentes lo bien que Trump lo había hecho durante sus primeros 18 meses de mandato. Además destacó que el nuevo Gobierno de Italia parecía entenderse muy bien con la Casa Blanca y que Reino Unido estaba perdiendo la ocasión de integrarse en el nuevo orden mundial. El programa Question Time está moderado por otro miembro de la vieja guardia del periodismo británico, Andrew Neil, director de la compañía propietaria de The Daily Telegrah y The Spectator. Este último diario apoyó el "brexit” y, tiempo atrás, tuvo como editor a un ambicioso joven periodista llamado Boris Johnson. Por su parte, The Telegraph apoyó el "brexit” y en su día también empleó a un Boris Johnson aún más joven como corresponsal en Bruselas. Pero, repitámoslo una vez más, tal vez todo esto sea tan solo mera coincidencia.

Maestro de la manipulación

A pesar del poder que le otorga la presidencia, el efecto de Trump es limitado. Puede quejarse de la OTAN y tal vez impulsar algunos cambios, pero nunca retirarse de la organización. Pero el magnate es un maestro en el arte de usar su influencia y lanzar la granada justa en el campo de batalla adecuado… en el momento más inoportuno. Más metralla que una ya herida Theresa May se ve obligada a esquivar. Para un británico como yo, lo que vi anoche por televisión me dio motivos de preocupación. Pero no tanto como la próxima parada de Trump. Meses después del supuesto envenenamiento por parte de Rusia del exespía Skripal en Salisbury, va a reunirse cara a cara con Putin el próximo lunes, 16 de julio. (Por cierto, Trump también defendió explícitamente esta cita en The Sun).

Autor: Mark Hallam (MS/JOV)

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