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Opinión: Cannes versus Netflix: menos dogmas, más calidad

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Jochen Kuerten
19 de mayo de 2017

Abucheos en el cinema: en el Festival de Cine de la Costa Azul hay dos películas que generan discordia, producidas por el proveedor estadounidense Netflix. Jochen Kürten recomienda más frescura y flexibilidad.

Imagen: picture-alliance/Maxppp/F. Dugit

"Okja", del director surcoreano Bong Joon-hoo, es una producción de Netflix que celebra su estreno mundial en Cannes. Nunca había ocurrido antes que el presidente del jurado del festival de cine más importante del mundo vetara, de entrada, dos producciones. Hablamos del director español Pedro Almodóvar, quien anunció que "aunque estoy abierto a las nuevas tecnologías, estas no deben atentar contra el cine como institución". Una crítica que parece haber surtido efecto. La primera presentación de "Okja” a la prensa tuvo que ser suspendida por las rechiflas.

 

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Dos producciones de Netflix en competencia

¿Cómo se llegó a esto? El festival había aprobado dos producciones del proveedor de streaming Netflix entre las 19 películas que podían competir por la Palma de Oro 2017. Pero los organizadores subestimaron el estilo de negocios de Netflix.

A diferencia de Amazon, que compite como "co-productor", después del estreno en Cannes Netflix solo quiere mostrar sus películas en la red y exclusivamente para sus suscriptores. Su participación en la competición solo quería utilizarla como campaña publicitaria.

Levantamiento de los operadores franceses

Una postura que suscitó una enorme protesta de los operadores de cinemas franceses, con éxito. A partir de 2018, Cannes solo admitirá cintas en competencia que más tarde puedan ser mostradas en salas francesas, anunció el director del festival, Thierry Frémaux.

Jochen Kürten, periodista de DW

De todos modos, "Okja” y "Meyerowitz Stories", del productor independiente Noah Baumbach, serán proyectadas en Cannes. Pero la pelea está cazada. La lucha de la industria del cine por mantener el dominio sobre las reproducciones continúa. Durante décadas ha sido una práctica común que las películas se estrenen en los cinemas; cintas que, después de un cierto tiempo, podían aparecer en DVD y, finalmente, en la televisión. Así, los productores y trabajadores del cine podían obtener ingresos por regalías provenientes de las emisiones.

Pero con el auge de los nuevos medios y proveedores de streaming, y sobre todo con las ambiciones de Netflix, Amazon y otros, que fungen como productores de cine, el modelo tradicional de negocio tambalea.

Ambas partes merecen comprensión: Netflix produce sus propias películas, y como proveedor puede hacer lo que quiera. Al fin y al cabo, Netflix busca recuperar las inversiones y ganar dinero con su modelo. Pero la postura del Festival de Cannes es igualmente comprensible, porque no quiere convertirse en mera plataforma de películas para Internet.

La calidad de las películas debe ser la prioridad

Pero a ambas partes les haría bien una mayor flexibilidad y serenidad. ¿Qué pasaría si "Okja" o "Meyerowitz Stories" resultaran favoritas a la Palma de Oro? Almodóvar tendría un problema. La calidad debería ser el máximo criterio para escoger la mejor película.

Pero mucho parece que lo que busca Netflix es un pulso de fuerzas. Al fin y al cabo, "Okja” va a verse en los cinemas de Corea del Sur. A todos los involucrados quisiera uno gritarles que abandonen los dogmas, en bien del séptimo arte.

Autor: Jochen Kuerten (JOV/DZC)

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