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Opinión: Chile-Alemania, un empate amargo

22 de junio de 2017

El partido disputado en el Kazán Arena estuvo marcado por la presión y el juego rápido. El 1-1 final fue bien recibido en Alemania y aceptado con resignación en Chile. ¿Por qué?

Chile tras el empate ante Alemania en Kazán, RusiaImagen: Reuters/D. Staples

El locutor del canal de TV alemán Das Erste, encargado de transmitir el partido de este jueves 22 de junio entre Chile y Alemania, dijo, en uno de los momentos de distensión del encuentro, que para esta Alemania empatar con este Chile es un muy buen resultado. Tiene lógica: el equipo sudamericano lleva varios años jugando casi de memoria, con una base de titulares que se repite y que se conoce, en algunos casos, desde que frisaban los 20 años. La novel Alemania que propone Joachim Löw para la Copa Confederaciones, en cambio, lleva poco más de dos semanas intentando interiorizar los conceptos que el entrenador tiene preparados para su planteamiento táctico.

El 1-1 que se vio en el Kazán Arena refleja lo que fue un enfrentamiento de dos fuerzas muy parejas que por momentos brindaron un espectáculo de altísimo nivel, especialmente en el primer tiempo y los primeros minutos del segundo lapso, y que bajaron un poco los brazos en la última parte del partido, guardando fuerzas para lo que viene, pues previsiblemente ambos equipos pasarán a las semifinales de la Copa que se disputa en Rusia y eso ya está, de seguro, en las planificaciones de sus equipos técnicos.

La tranquilidad del locutor alemán ante el resultado difiere, un poco, con lo que se esperaba en Chile, donde las expectativas puestas en su plantel son altas. Y con razón. El juego que despliega la selección campeona de América es de altísimo nivel, con una presión de terror y con tres puntales en el mediocampo: el incombustible y gigantesco Arturo Vidal, el sólido y omnipresente Marcelo Díaz y el siempre discreto pero eficiente Charles Aránguiz. Los tres son agobiantes a la hora de la marca sobre el movimiento del rival. Alemania, por su parte, tuvo en Joshua Kimmich a uno de los elementos más interesantes, aunque la zaga germana demostró ciertas carencias defensivas, como la que a los 6 minutos le costó el gol de Alexis Sánchez.

Chile en Copa de Confederaciones: un regalo para mayores de 30

Hernández de Chile le pone pimienta al partido con un cabezazo. Imagen: Picture-Alliance/AP Photo/M. Meissner

Digamos que con ese tanto, el delantero del Arsenal se convirtió en el futbolista chileno que más goles ha marcado con su selección: 38, superando por uno al gran Marcelo Salas. Y sirva esto para poner algo de contexto a toda esta historia. Hay una generación de chilenos, niños y adolescentes, que no comprende los traumas de sus padres o hermanos mayores. Estos chicos crecieron viendo a la generación dorada del fútbol del país andino, la que ha ganado lo que antes ni siquiera se soñaba con ganar. Que Chile esté jugando la Copa Confederaciones ya es un regalo para los mayores de 30, acostumbrados a los triunfos morales y al clásico "jugamos como nunca, perdimos como siempre”.

Para los chilenos más chicos, ir a un Mundial de fútbol es la normalidad, disputar los partidos hasta alcanzar el triunfo y ver a sus ídolos levantando copas no es una absurda ilusión, como sí lo era para los que festejaron terceros lugares o solo debían conformarse con ser uno más de los equipos que disputan los torneos. Para Alexis Sánchez, Arturo Vidal y los suyos, estar en las grandes instancias es lo lógico, y así "malcriaron” a una generación de niños "futbolizados” a los que se les permite soñar con palabras mayores. Pongamos como dato que de los siete mayores goleadores de la historia de la selección chilena, tres estuvieron en la cancha este jueves. Por eso, para este Chile, empatar con esta Alemania no es un buen resultado.

El ritmo por momentos trepidante del partido es lo que quería ver el público de un partido disputado por dos equipos llamados a animar este torneo. No en vano son los mejor posicionados en el ranking FIFA entre los que luchan por el trofeo. Es cierto que ambos planteles siguen invictos y, de no mediar alguna clase de milagro en beneficio de Australia o Camerún, seguirán adelante en la Copa. Nada de eso es inesperado o extraño. Lo que sí es raro, especialmente para un chileno que nació hace 37 años, por ejemplo, es que un partido contra Alemania termine empatado a un gol, con Chile dominando el compromiso por largos pasajes, y la sensación final, tras los 90 minutos de ardua lucha y fútbol de altísimo nivel, sea de decepción porque se empató con los campeones del mundo. Y eso es "culpa” de Medel, Vidal, Alexis, Aránguiz, Vargas y los demás ídolos que rompieron la historia del fútbol que se juega al fin del mundo. Gracias a ellos los hinchas chilenos ahora pueden amargarse cuando empatan con Alemania. Es un enorme avance.

Diego Zúñiga (jov)

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