El mundo se desintegra, y Alemania aumenta sus exportaciones de armas. Quien lea este titular se frotará los ojos de asombro. ¿No era acaso el objetivo declarado de este Gobierno conservador-socialdemócrata poner en práctica una política restrictiva de exportaciones de armas?

Y no es que no exista una estricta reglamentación. Pero la práctica de aprobar licencias de venta de armamento al exterior es, a menudo, otra cosa. En el pasado, el Gobierno federal casi siempre ha tomado partido a favor de las empresas de armamento alemanas. Esa práctica se acabará, prometió el ministro socialdemócrata de Economía, Sigmar Gabriel. Su Gobierno no actuará como las anteriores administraciones, aseguró entonces el también vicecanciller de Alemania.

Ahora se conoce que durante el primer semestre de 2015 su departamento ha aprobado exportaciones de armas por un valor de 3,5 mil millones de euros, casi tanto como en todo el año pasado. ¿Un engaño?

Controvertidas exportaciones a Estados del Golfo

El volumen total de las aprobaciones solo explica, en parte, el aumento de las armas exportadas. En el primer semestre, por ejemplo, un tercio del armamento exportado lo constituyeron cuatro aviones cisterna vendidos al Reino Unido. Tales exportaciones a aliados no representan un problema.

Pero aún quedan numerosas entregas a los llamados terceros países que no son miembros ni de la UE ni de la OTAN. Aquí debe ser analizada, minuciosamente, la situación en cada país: ¿Está su Gobierno involucrado en conflictos armados? ¿Hay violaciones de los derechos humanos? ¿Está el país en una zona de guerra? En ese caso, está prohibida la exportación de armas a esos países.

Pero si se echa un vistazo a la lista de los países receptores o compradores hay dudas en cuanto a si no se debería ser más estricto a la hora de conceder los permisos de exportación de armas. ¿Son las exportaciones a los Estados del Golfo realmente justificables, sobre todo a Arabia Saudita y Qatar? Los dramáticos acontecimientos en Yemen demuestran, una vez más, el peligro de que las armas alemanas sean utilizadas en zonas en guerra.

No hay un giro

El Gobierno alemán recalca que los permisos de exportación de armas pequeñas, como pistolas, se redujeron drásticamente y que los controles sobre su paradero se intensificaron. Estos son pasos en la dirección correcta. Al mismo tiempo, los permisos para la exportación de armas pequeñas y munición a terceros países se han incrementado, significativamente, en comparación con el primer semestre de 2014.

Una vista al informe provisional sobre exportaciones de armas muestra que, la política de exportación de armas se ha vuelto más transparente, desde que la “Gran coalición” asumió el poder, aunque la práctica de aprobar estas exportaciones no ha cambiado mucho.

Es por lo tanto plenamente justificado que la oposición continúe exigiendo que no se envíen armas alemanas a países o regiones en conflicto. Una consigna que el mismo Gobierno de Angela Merkel ha predicado.