El SPD está de vuelta donde estaba antes de la nominación de Schulz: en una debacle. Aún queda por ver si realmente puede amenazar las posibilidades de reelección de Merkel, dice Volker Wagener.
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En Alemania causó mucha gracias la caricatura que publicó el periódico alemán Frankfurter Rundschau después de que el SPD (Partido Social Demócrata de Alemania) sacara mágicamente del sombrero al candidato Martin Schulz. En ella se veía un dibujo de Merkel, observando divertida la conmoción en torno a la candidatura de su rival. En la burbuja de la canciller se leía: "¡Vamos Schulzi, asústame!"
"¡Vamos, asústame!"
La caricatura dio dos razones para reírse. La primera: ¿cuándo fue la última vez que el SPD asustó realmente a sus oponentes políticos? Y la segunda: la representación atrevida y desafiante de la canciller, que es precisamente el polo opuesto de la verdadera Angela Merkel.
Sin embargo, las últimas encuestas de opinión hacen que eso se olvide fácilmente. Primero sucedió lo que nadie esperaba: "Schulzi" le pegó un buen susto a "Mutti"! (Merkel ha sido bautizada como "Mutti", que significa "mami"). Pero no por mucho tiempo.
¿Pero define esto las elecciones en septiembre? ¡En absoluto! Decir que en las elecciones generales en Alemania, dentro de un poco más de cuatro meses, cualquier cosa puede suceder es una perogrullada, pero, a pesar de eso, tiene vigencia. Lo único incalculable esta vez es saber qué terminará afectando exactamente el estado de ánimo colectivo de los votantes.
El "factor Merkel" está de vuelta
A finales de 2015 y principios de 2016, Angela Merkel parecía políticamente muerta. La ya popular marca Merkel se enfrentaba a la bancarrota a raíz de sus decisiones sobre la política de refugiados. Si su CDU (Unión Demócrata Cristiana) todavía tuviera su línea pre-Merkel –un grupo de machos alfa luchando por la primacía–, entonces ella habría perdido su trabajo como jefa del partido y canciller.
Pero debido a que la hábil mujer del este de Alemania se las arregló para apartarlos del camino a través de los años y tuvo, asimismo, suficiente autoridad para poder mantener bajo control a un débil SPD, Merkel está aún donde estaba hace 12 años y es, una vez más, la indiscutible canciller de Alemania.
Y eso tiene mucho que ver con el camino por el que marcha el mundo en este momento. Su política de refugiados -aunque bien intencionada y fundamentalmente correcta, pero en parte mal implementada- ya no es el único criterio con el que los votantes miden su éxito.
La confianza es la moneda con la que se paga la buena política en estos días. Los alemanes, al parecer, son más temerosos de los Trump del mundo que del tema de refugiados que, de hecho, se ha calmado considerablemente. Temen la erosión de la cooperación internacional, el desprecio hacia la UE, el egoísmo nacional y el chauvinismo. Y ya sea Orban, Putin, Erdogan, Trump, "brexit" o el nuevo aislacionismo de Estados Unidos, tales líderes y temas enojan, molestan y asustan a los votantes. Lo único que puede ayudar, como ya lo habrán adivinado, es el gesto insignia de Merkel, las manos en forma de rombo que se han convertido en un símbolo de proyección de "calma" y "estabilidad".
Dudas sobre el liderazgo de centroizquierda
Todo eso y más se reflejan en las últimas encuestas de opinión. Un 69 por ciento de los encuestados dijo que el liderazgo de Merkel fue la razón por la que Alemania le estaba yendo bien en tiempos tan inciertos. Martin Schulz, en cambio, todavía no ha demostrado mucho. Lo único que una vez tuvo fue la euforia de un nuevo comienzo. Sin embargo, no está fuera de carrera. Él y Merkel no pueden realmente dañarse el uno al otro en términos de sus programas políticos. Ambos son devotos de la Unión Europea, así como representantes de un amplio centro político, con el que aún se ganan elecciones en Alemania.
Eso también explica por qué el Partido Verde y la Alternativa para Alemania (AfD) están actualmente en retirada y el Partido de Izquierda está en completo estancamiento. Esta atracción hacia la protección y solidez de las políticas de centro ha beneficiado a los dos principales partidos, que no hace mucho estaban en peligro de perder la distinción honorífica de ser conocidos como "partidos populares". También hay que decir que en la fiebre de la comunicación digital en tiempo real, que domina nuestra actual era política, cada rumor, tuit o noticia falsa puede muy rápidamente manipular opiniones, por lo que las encuestas ahora no nos dicen nada. Y eso está bien. Dejemos que "Schulzi" asuste a "Mutti" un poco, o no. A fin de cuentas, la gente votará el 24 de septiembre. Tal vez el resultado nos dirá más sobre Trump y compañía, que sobre "Mutti" y "Schulzi".
Elecciones alemanas 2017: una guía básica
Tres elecciones regionales y las generales de septiembre marcan este 2017 como un año decisivo para la política alemana. Acá vemos las fechas claves de todo este importante proceso.
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Rehder
El gran año electoral alemán
Ya está todo listo para el gran año electoral en Alemania. Con la canciller Angela Merkel lista para postular por un cuarto mandato y los populistas de Alternativa para Alemania (AfD) intentando explotar el sentimiento antiinmigración, lo único claro de todo esto es que la política alemana no será la misma a fines de 2017. Veamos las fechas más importantes de este particular año.
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26 de marzo: elección en el Sarre
El año electoral comenzó en el pequeño estado de Sarre, en la frontera con Francia. Allí la CDU de la canciller Angela Merkel se quedó con más del 40 por ciento de los votos, asegurando un tercer mandato para la ministra presidente Annegret Kramp-Karrenbauer. Los populistas de Alternativa para Alemania entraron al Parlamento regional por primera vez al sumar el 6,2 por ciento de las preferencias.
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7 de mayo: nueva victoria para la CDU
Con gran sorpresa, las elecciones en el estado de Schleswig-Holstein determinaron un nuevo triunfo para la CDU de Merkel. Los cristianodemócratas, encabezados por Daniel Günther (en la foto), obtuvieron el 32 por ciento de los votos, mientras que los socialdemócratas, que gobernaban allí, se quedaron con el 27 por ciento. Alternativa para Alemania también entró al parlamento regional.
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14 de mayo: todos miran a Renania del Norte-Westfalia
El triunfo de la CDU en Renania del Norte-Westfalia ha sido una de las grandes sorpresas electorales de los últimos años. La región es, además del estado más populoso del país con 17,5 millones de habitantes, una zona con marcada tradición socialdemócrata. Para muchos, esta elección es como un barómetro bastante preciso de lo que podría ocurrir en las federales de septiembre.
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19 de junio: llegan las solicitudes
El día 97 antes de las elecciones es la fecha límite para que los partidos anuncien su intención de disputar un cupo al Bundestag. Tienen que enviar sus solicitudes hasta las 18 horas al Presidente Federal de la Mesa Electoral. Roderich Egeler (arriba) supervisa las elecciones y dirige la Oficina de Estadísticas de Alemania.
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7 de julio: ¿quién sí, quién no?
El día 79 antes de la elección, se anuncia qué partidos han sido autorizados a participar en las votaciones. Si algún partido queda descalificado y desea protestar por ello, tiene cuatro días para presentar su queja ante el Tribunal Constitucional de Alemania.
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17 de julio: ¿quién hizo la lista?
Los partidos políticos en Alemania tienen hasta el día 69 antes de la elección para determinar qué candidatos participarán en las elecciones, y en qué distrito. Estos irán en la primera mitad del voto. Los partidos también deben enviar una lista de candidatos para el voto del partido que figurará en la segunda sección de la papeleta de sufragio.
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27 de julio: queremos participar
Los partidos más pequeños que presentaron sus solicitudes ante el Tribunal Constitucional para que se les permitiera participar en las elecciones recibirán la respuesta este día. Esta posibilidad está disponible solo desde la última elección al Bundestag, en 2013. Entonces, 11 partidos presentaron el recurso; ninguno tuvo éxito.
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13 de agosto: comienza oficialmente la campaña
A diferencia de otros países, los partidos en Alemania no pueden hacer campaña electoral en la calle ni pasar avisos por televisión hasta seis semanas antes de la elección. Esa veda termina el 13 de agosto, y no habrá poste de alumbrado público que se salve de ser adornado con la cara de los candidatos.
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20 de agosto: ¿quién puede votar?
Casi un mes de la elección, se elabora la lista más importante: el registro electoral de votantes. En Alemania, cada ciudadano de 18 años o mayor puede participar en las elecciones generales, lo que para 2017 significa que casi 62 millones de personas podrían participar en las votaciones.
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3 de septiembre: a solo tres semanas
En estos momentos, ya todos los ciudadanos en condiciones de votar debieron haber recibido una notificación por correo. La gente que aún no está inscrita en la lista de electores, todavía tiene tiempo para hacerlo. Los que deseen votar por correo, pueden ya pedir que les manden la cédula de votación.
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18 de septiembre: todo preparado
A menos de una semana para las votaciones está todo en marcha: los votos, las casetas de votación y las urnas para introducir los sufragios comienzan a distribuirse y los trabajadores electorales empiezan a recibir el entrenamiento necesario. Las autoridades locales informan a los votantes dónde deben votar. Los vecinos pueden inscribirse hasta 36 horas antes de la elección.
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24 de septiembre: el gran día
Finalmente llegó el gran día: escuelas, centros comunitarios y otros recintos se transforman en locales de votación. Las mesas abren a las 8 am y cierran a las 18 pm. Los votos son contados y los primeros resultados son anunciados esa misma noche por la Oficina Federal de la Mesa Electoral.
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25 de septiembre: ganadores y perdedores
Solo una vez que todos los votos para representantes y partidos son contados, se anuncia el resultado final. Si un candidato no ganó su cupo, todavía puede llegar al Bundestag si es que forma parte de la lista regional de su partido.
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24 de octubre: se convoca al nuevo Parlamento
El Parlamento recientemente elegido se reúne por primera vez, no más allá de un mes después de las elecciones. Luego viene el complicado trabajo de negociaciones para formar una coalición, seguido por una votación secreta para elegir al nuevo/a canciller.
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24 de noviembre: ¿todo bien?
Si alguien quiere cuestionar la validez de la elección, tiene dos meses para hacerlo. Todos los electores, los supervisores electorales regionales, el presidente del Bundestag y el comisionado federal de elecciones (arriba) están autorizados para apelar los resultados.