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Opinión: declaración de quiebra moral en Idlib

Rainer Hermann (FAZ)
15 de febrero de 2020

Estados Unidos se ha retirado en gran parte de Siria. Europa nunca se involucró realmente. Las consecuencias son terribles, también para Europa, opina Rainer Hermann, del diario "Frankfurter Allgemeine Zeitung".

Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad

Una catástrofe humanitaria está ocurriendo en Idlib y el mundo mira para otro lado. Estas fotos parecidas a las tomadas al final de la Segunda Guerra Mundial deberían ser en realidad una llamada de atención: largas filas de refugiados que se mueven hacia el norte a través de la nieve hasta la frontera turca, donde esperan ser salvados. Llevan muy pocas pertenencias con ellos.

El régimen sirio, apoyado por aviones rusos y milicias proiraníes, está siguiendo una estrategia de arrasar con todo en Idlib. Helicópteros lanzan bombas de barril sobre hospitales, escuelas, mercados y hogares. Grandes asentamientos han sido desalojados y ahora se han convertido en pueblos fantasma. El mensaje indirecto es "¡no habrá vida aquí en el futuro!"

La máquina de guerra siria está conduciendo a cientos de miles de personas indefensas como una aplanadora detrás de ellas. Las organizaciones de ayuda estiman que 290.000 de los desplazados son niños. Cada noche, algunos de ellos mueren congelados. Pero para el régimen sirio todos en la provincia son "terroristas". Muchos de sus habitantes llegaron a Idlib en los últimos años, huyendo del ejército y los esbirros de Assad. Ahora ya no queda ningún lugar para que se refugien.

El desprecio ruso por la vida humana y los temores turcos

El liderazgo ruso está participando cínicamente en este desprecio por la vida humana y está permitiendo que suceda en Idlib lo que la misma Rusia practicó en la capital chechena, Grozny. Mientras tanto, el régimen de tortura en Damasco ha sido completamente desacreditado y cualquiera que todavía creyera que podía negociar el futuro político de Siria con los que están en el poder debería deshacerse de su ingenuidad. Al Assad y los que apoyan su régimen quieren bombardear el país y convertirlo en uno donde solo vivan sirios leales, donde todos los posibles alborotadores hayan sido expulsados. Pero esto no traerá paz a Siria.

Rainer Hermann es periodista especializado en política del diario alemán Frankfurter Allgemeine ZeitungImagen: Helmut Fricke

Ankara teme que una de cada dos personas de la población actual de casi 4 millones en la región de Idlib pueda establecerse en Turquía si se abre la frontera. Pero como están las cosas, la frontera está cerrada, sellada con un muro alto. Porque más refugiados desestabilizarían a Turquía, y porque Europa también quiere y necesita evitar otro flujo de refugiados. Esto muestra el poder que tiene Rusia sobre Europa, cuando, como ahora es el caso de Libia, se ubica en un punto clave en una ruta de migración.

Los presidentes Erdogan y Putin volvieron a hablar el jueves, pero la conversación telefónica no los acercó más. Turquía se está embarcando en un juego arriesgado. Está intentando que el ejército sirio vuelva detrás de los 12 puestos de observación a través de la fuerza militar. Estos puestos fueron realmente creados para controlar un alto el fuego para Idlib que fue acordado por Rusia, Turquía e Irán.

Falsa queja de Alemania

Turquía no solo está sirviéndose a sí misma con esto, sino también a Europa. La queja de que las armas alemanas puedan también ser usadas por las fuerzas armadas turcas en esta operación es, por lo tanto, falsa. Y cuando Angela Merkel ofreció construir viviendas a prueba del invierno para 100.000 refugiados en Idlib, enfrentó una tormenta de indignación. Una vez más, Europa está indefensa e impotente, a pesar de que todos los valores que representa el continente están siendo brutalmente bombardeados.

Mucho de esto recuerda a la guerra en Yugoslavia, cuando Europa permaneció indefensa, perdida, y observó las masacres serbias. En aquel entonces, fue solo un ultimátum del optimista diplomático estadounidense Richard Holbrooke al dictador serbio Slobodan Milosevic, y luego un bombardeo estadounidense lo que puso fin al asesinato del pueblo.

Las acciones diarias del régimen sirio muestran lo que sucede cuando Estados Unidos se retira como una fuerza de ley y orden, y Europa, la autoproclamada guardiana de los derechos humanos, hace otra declaración de bancarrota moral.

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(rr/ct)

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