Alemania ganó a Italia después de una emocionante tanda de penales. El cambio de táctica de Joachim Löw tuvo su recompensa. Una variante que, de todas formas, no habría sido necesaria, dice Thomas Klein.
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Al final, Joachim Löw lo hizo todo bien. Italia fue derrotada por primera vez en un torneo. A partir de ahora, el supuesto trauma debería desaparecer de la mente de los jugadores. Quien antes del partido esperaba una selección alemana muy ofensiva, sin embargo, quedó decepcionado. En su lugar, fue un partido intenso, emocionante y plagado de detalles tácticos el que disputaron los dos equipos. Era de esperar. Y es que antes del encuentro ambos entrenadores habían anunciado sorpresas. Anticiparon que intentarían algo especial. En el caso de Löw se tradujo en un planteamiento táctico atípico que sustituyó a su, hasta ahora, exitosa línea defensiva.
La línea de cuatro que le permitió no encajar ni un solo gol en los primeros cuatro partidos del campeonato fue sustituida por una línea de tres. Jerome Boateng, Mats Hummels y Benedikt Höwedes se encargaron de cerrar espacios en el centro de la zaga. Para lograr mayor poder defensivo, Jonas Hector y Joshua Kimmich fueron los responsables de los laterales. Con este planteamiento, Löw volvió a ajustarse a la táctica rival. Algo que en 2008 contra España y en 2012 contra Italia no funcionó, pero que en esta ocasión si resultó. Eso sí, con la suerte de su lado. Löw seguro recibirá numerosas palmadas en el hombro por esta estrategia arriesgada.
La calidad está ahí
Su valor, sin embargo, pudo traducirse en imprudencia durante la primera media hora de partido. La selección alemana sufrió hasta que consiguió adaptarse a la nueva formación. Los espacios no aparecían, faltaba coordinación, pero mejoró a medida que transcurría el partido. A esto hay que añadir que los italianos se encontraron más cómodos que nunca en ataque. Al final todo el trabajo del equipo fue recompensado. Pero, eso sí, me tienen que permitir hacer la pregunta de por qué Löw acostumbra a adaptar su táctica a la de los rivales. Después de todo, Alemania es la actual campeona del mundo y, a menudo, es alabada y envidiada por su propia filosofía de juego. ¿Por qué no confiar en sus propias cualidades? Y es que el hecho de que la selección alemana tiene calidad para superar incluso a rivales como Italia, es incuestionable.
Para aprender: aquípuede usted leer la versión en alemán
Italia, la bestia negra
La pelota es redonda, antes y después del partido. El próximo adversario será mejor que el anterior. Además, hasta ahora, Alemania nunca ha sido capaz de ganarle a Italia. Al menos hasta ahora…
Imagen: picture-alliance/dpa
Un balance espantoso
Alemania simplemente no consigue ganarle a Italia. Aunque se han enfrentado ocho veces en la fase final de un Mundial o una Eurocopa, el ganador nunca fue Alemania. En el registro, 4 empates y 4 derrotas para los germanos. Ningún otro país tuvo tan poco éxito contra Italia.
Imagen: AP
El último partido amistoso fue esperanzador
En marzo de este año Alemania por fin logró ganarle a Italia. Fue la primera vez en 21 años. Kroos, Götze (foto), Hector y Özil marcaron los goles en la victoria por 4:1 en Múnich. Y esto, con jugadores no habituales. Qué pena que el partido solo fuera amistoso. Al contrario que el sábado en Burdeos. ¡Pero las rachas están para romperse!
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Una pesadilla con mucho músculo
Es probable que, algunas noches, Mats Hummels, Holger Badstuber y Philipp Lahm se despierten bañados en sudor porque tuvieron una pesadilla llamada “Mario Balotelli”. En la victoria 2:1 de Italia, en la Eurocopa 2012, el musculoso delantero italiano derrotó a Alemania casi sin ayuda, eliminando a los de Löw del torneo.
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La táctica equivocada
En esa ocasión criticaron a Alemania, pero sobre todo a Jogi Löw por haber escogido la táctica equivocada. El seleccionador nacional hizo cambios en el centro del campo para intentar contener y compensar la fuerza de la medular italiana. Un tiro que le salió por la culata.
Imagen: Reuters
Aguafiestas
Unos años antes, en el Mundial 2006 que se celebró en Alemania, el equipo entrenado por el entonces seleccionador Jürgen Klinsmann quiso romper la racha perdedora en las semifinales contra la Azzurra. El partido, jugado en el Westfalenstadion, no pintaba mal. Pero entonces, en el tiempo extra, marcó Fabio Grosso dejando a los alemanes en estado de shock.
Imagen: picture alliance/Pressefoto Baumann
Se acabó el sueño
Al final el partido acabó 2:0 a favor de Italia. El huésped Italiano celebró su pase a la final, en la que más tarde lograría la victoria. Alemania, por el contrario, tuvo que abandonar su sueño de ganar el Mundial en su propia casa, y tuvo que darse por vencida, una vez más, contra los italianos. Arrivedeceri, tedeschi! (Adiós, alemanes)
Imagen: picture-alliance/dpa
Amarga Lección
Y es que Alemania venía de perder unos meses antes otro partido amistoso contra Italia. Aunque no se jugaban nada, el 1:4 encajado en Florencia fue como una bofetada para un equipo alemán que en ningún momento tuvo opción de ganar. El entrenador Jürgen Klinsmann, centro de las críticas, conservó su puesto y luego lograría el tercer puesto en el Mundial.
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No hay tierra a la vista
Los alemanes también sufrieron otra derrota en la final del Mundial 1982 en Madrid. El por entonces campeón europeo, formado por futbolistas muy físicos, cayó contra los ágiles y hábiles italianos comandados por Bruno Conti y Paolo Rossi, esta vez por 1:3. Otra vez fallaron los alemanes. Italia fue muy superior y levantó la Copa del Mundo.
Imagen: picture alliance/Pressefoto Baumann
Un adversario digno
El único partido contra Italia, en el cual el equipo alemán jugó bien. A la semifinal del Mundial 1970 de México lo llamaron el “Partido del Siglo”. Al final del encuentro, que llegó al tiempo extra, el marcador mostraba un 4:3, naturalmente a favor de los italianos.
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Para el olvido
La primera vez que se enfrentaron Italia y Alemania en un torneo fue en el Mundial 1962 de Chile. Ambas selecciones coincidieron en el grupo. El delantero Hans Schäfer (derecha) no pudo marcarle al capitán y portero italiano Lorenzo Buffon (izquierda). ¿Buffon? Si. Lorenzo es primo de un abuelo de Gianluigi Buffon, el actual portero de los transalpinos.