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Opinión: Der Spiegel: Relotius traicionó la verdad

Sandra Petersmann
20 de diciembre de 2018

El premiado periodista alemán Claas Relotius inventó historias. Esto es peligroso en tiempos en los que los populistas están atacando a la prensa y a la democracia, dice Sandra Petersmann.

Der Spiegel  Skandal Betrug Journalismus Claas Relotius
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Nietfeld

Estoy enojada y decepcionada, porque Claas Relotius ha violado el código profesional. Me encantaban sus reportajes investigativos en el extranjero y creí que se merecía ganar muchos premios periodísticos, porque asumí que se los había ganado honestamente.

Personalmente, opino que el reportaje investigativo en el extranjero es la joya de la corona periodística. El daño que Relotius ha causado a la verdad con sus falsos reportajes se llama alta traición periodística, y perjudica a la democracia en su conjunto.

La credibilidad es la única herramienta

En un mundo donde reina el desorden global y donde crece el anhelo de obtener respuestas simples, los periodistas no deben ser vendedores de almas. Nuestra única herramienta es la credibilidad. El diálogo con nuestro público no funciona sin la verdad, y las democracias necesitan también el diálogo para poder funcionar.

Los reportajes de Claas Relotius eran faros en la oscuridad. Dieron voz a personas que no la tenían. Me animaron, como colega y lectora, a observar y cuestionar las estructuras de poder.

El preso de Guantánamo Mohammed Bwasir y los huérfanos Alin y Ahmed de Alepo, Siria, fueron, gracias a Claas Relotius, los protagonistas de sus textos. ¿Por qué citó cosas que en verdad no dijeron? ¿Por qué los ubicó en situaciones ficticias que nunca existieron? ¿Por qué decidió, en una docena de casos, inventarse cuentos de hadas? No era necesario, la verdad es de por sí suficientemente dramática.

Sandra Petersmann, redactora de DW.Imagen: DW/B. Geilert

Normas éticas claras

Cualquiera que ejerza como periodista en Alemania está comprometido a trabajar éticamente. Nuestro código de prensa no deja margen de maniobra: "Respetar la verdad, preservar la dignidad humana e informar con la verdad a la opinión pública son los mandamientos de la prensa". Claas Relotius ha pasado por alto cualquier tipo de ética. Este hombre con exceso de ambición ha pisoteado la dignidad humana de sus protagonistas.

Pero la verdad es que también el "periodismo digital de alto rendimiento" invita al fraude. El sistema es vulnerable. También podría haber pasado en DW, o en cualquier otra institución de medios. La lucha global por la exclusividad, la velocidad y la soberanía interpretativa es adictiva. A "Der Spiegel" le gustaba presumir de los reportajes de su periodista estrella. Un éxito de Relotius era automáticamente un éxito para "Der Spiegel". No es casualidad que el departamento de esta revista, encargado de contrastar la información, único en Alemania, haya fracasado en el caso de Relotius. Los gerentes y las redacciones de los editores en jefe deben recordar una y otra vez que para hacer buen periodismo es necesario tener el tiempo y el espacio.

Los periodistas son responsables

Y los periodistas tenemos que darnos cuenta de que tenemos una gran responsabilidad. Somos el puente del diálogo en un mundo sin orden. Somos el correctivo del populismo. Si fallamos, si mentimos, dañamos a la sociedad. Hay mucho en juego por la democracia.

A nuestro público le pido que no generalice por la mala conducta de algunos colegas. Claas Relotius es un caso individual y peligroso. La mayoría de nosotros está haciendo, con total convicción, una labor honesta para dar voz a niños, como Alin y Ahmed, de Alepo.

(rmr/jov)

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