Cristina Fernández de Kirchner se negó a entregar los atributos de mando a su sucesor. Es triste que ante ese tira y afloja simbólico, los problemas reales del país pasen a segundo plano, opina Viola Traeder.
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Cuando el candidato conservador Mauricio Macri ganó las elecciones presidenciales en Argentina el pasado 22 de noviembre, estaba claro que en el futuro iba a tener que enfrentar a una fuerte oposición kirchnerista. Además, desde el principio, su antecesora, Cristina Fernández de Kirchner, dio a entender que el cargo le quedaba grande a Macri.
Durante su primer encuentro tras las elecciones, Fernández de Kirchner no solo se negó a sacarse la foto protocolar con el presidente electo, sino que tampoco organizó un espacio donde este pudiera conversar con la prensa.
La manzana de la discordia
Y por si fuera poco, esta semana Fernández de Kirchner anunció que no asistiría a la investidura de Macri. ¿Qué fue la manzana de la discordia entre ambos? La telenovela comenzó cuando el nuevo presidente expresó el deseo de que su antecesora le entregara los atributos de mando –una banda blanquiazul y un bastón– en el Palacio de Gobierno, como había sido tradición hasta 2002.
En aquel entonces, Eduardo Duhalde recibió los símbolos de su cargo en la Cámara de Diputados, puesto que había sido elegido por la Asamblea Legislativa. Sus sucesores, Néstor Kirchner y luego Cristina Fernández de Kirchner, decidieron continuar con esa costumbre.
No obstante, Mauricio Macri tomó al pie de la letra el nombre de su coalición política, “Cambiemos”, y trasladó nuevamente la entrega de los atributos de mando a la Casa Rosada. Aparentemente temía que militantes kirchneristas fueran a arruinar su investidura desde los palcos, convirtiéndola en una fiesta de despedida para Cristina.
Un forcejeo absurdo
Y es que el acto de Estado no solo iba a ser transmitido en vivo por televisión, sino que también iban a estar presentes muchos invitados internacionales. Quién sabe – de haber sido posible, Macri quizá hasta hubiera trasladado la ceremonia de la jura al Palacio de Gobierno. Sin embargo, la Constitución argentina no lo permite.
El forcejeo entre ambos presidentes se volvió todavía más absurdo cuando Fernández de Kirchner acusó a Macri de maltrato. El líder de “Cambiemos” le habría gritado, según Fernández de Kirchner, durante una conversación telefónica en la que le informó el protocolo oficial del traspaso de poder. A fin de hacerse respetar y evitar una escalada de la situación, Macri se vio obligado a recurrir a la Justicia argentina. Una jueza determinó que el mandato de Cristina Fernández de Kirchner terminaba este jueves diez de diciembre a las cero horas, pero que su sucesor no podría asumir la presidencia hasta que no hubiera jurado su cargo.
De acto simbólico a asunto de Estado
De cara a esta decisión, Fernández de Kirchner se negó a entregar a Macri la banda blanquiazul y el bastón e incluso a asistir a la ceremonia de jura. Como consecuencia, por primera vez desde el regreso de la democracia a Argentina en 1983 se llevó a cabo una investidura sin el simbólico traspaso de poder.
Cristina Fernández de Kirchner puso de manifiesto su rechazo hacia el nuevo Gobierno. No obstante, este tipo de juegos de poder no son una despedida digna de una presidenta. La exmandataria no abandonó el escenario político con la cabeza en alto. Si bien Macri no se dejó doblegar, tampoco salió muy bien parado de la disputa.
Después de todo, su antecesora logró convertir un acto simbólico en un asunto de Estado y enredó a Macri en un drama antes de que este asumiera su cargo. El tira y afloja con Kirchner se podría interpretar como una prueba de lo que le espera los próximos cuatro años. Pero, por lo menos, durante su Gobierno, Macri ya no tendrá que lidiar más con una mala perdedora. El pueblo argentino tiene otros problemas. Es triste que estos hayan pasado a un segundo plano en la investidura del nuevo presidente.
Cristina Fernández de Kirchner vuelve al ruedo
A la expresidenta argentina algunos le reprochan su estilo entre autoritario y maternal y una peculiar tendencia a la dramaturgia. Sin embargo, muchos otros claman: "Abrázame hasta que vuelva Cristina".
Imagen: Getty Images/AFP/F. Monteforte
El retorno de Cristina
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner obtuvo poco más del 34 por ciento de los votos en la provincia de Buenos Aires en las primarias celebradas el 13 de agosto, prácticamente igualando al candidato oficialista. Se posiciona así como candidata con opción a un escaño en el Senado y como figura de liderazgo en la oposición al gobierno del presidente Macri.
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Oposición contra Macri
Cristina Fernández de Kirchner es vista por la oposición como una figura capaz de aglutinar el descontento contra la presidencia de Macri y las medidas económicas que ha adoptado, con fuerte impacto a nivel social. El gobierno afirma que han sido medidas necesarias para rectificar las fallidas políticas del gobierno anterior.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A.Marcarian
Saliendo del tribunal
La expresidenta ha estado en el blanco de investigaciones judiciales por presuntas maniobras de lavado de dinero y pago de sobornos. Cristina Fernández de Kirchner ha negado haber cometido cualquier acto ilícito durante su gobierno.
Imagen: Reuters/M. Brindicci
Cristina Fernández, "relato" y dramaturgia
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, marcó con su estilo, su "relato" propio de la realidad y su dramaturgia casi una década de gobierno. Ahora, luego de las elecciones, abandona el sillón de Rivadavia, pero sigue influyendo en la política argentina, ya que el Congreso aún cuenta con una mayoría kirchnerista. A pesar de eso, la era de CFK llegó a su fin.
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La sucesora de Néstor Kirchner
Cristina Fernández de Kirchner comenzó su carrera política en 1989 como diputada provincial de Santa Cruz. Conoció a Néstor Kirchner durante su militancia peronista, en 1974, y se casaron en 1975. Llegó a la presidencia argentina en diciembre de 2007, y fue reelecta en 2011. La muerte de Néstor Kirchner, el 27 de octubre de 2010, fue un duro golpe para ella y para sus hijos, Florencia y Máximo.
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Fuertes vínculos en el Mercosur
Aquí, la presidenta y su homólogo de Bolivia, Evo Morales, comparten la indumentaria típica boliviana durante una ceremonia en la Casa Rosada. La presidenta anunció en 2013 que impulsaría "la reconstitución del Mercosur" y siempre resaltó los vínculos con los países vecinos. También instó a "un fuerte pronunciamiento" del Mercosur por el espionaje cibernético de la NSA a países lationamericanos.
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Victoria con el 54,11 por ciento
Aquí, Cristina Fernández saluda al público tras su investidura como presidenta de los argentinos en su segundo mandato, en 2011, al que accedió con un 54,11 de los votos. Posa junto a sus hijos, Máximo y Florencia frente al Congreso Nacional, en Buenos Aires. Máximo, candidato a diputado, es investigado por presuntas cuentas secretas en EE. UU. e Irán. Él niega las acusaciones.
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Un vicepresidente en apuros
La designación de Amado Boudou como vicepresidente en el segundo mandato de Cristina Fernández fue más tarde criticada tanto por el perfil un tanto frívolo de Boudou como por las acusaciones en causas aún abiertas en su contra, como el caso "Ciccone", por haber adquirido una empresa monopólica quebrada a fin de que pudiera operar con el Estado en la impresión de billetes y documentos oficiales.
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La pelea con el grupo "Clarín"
El debate sobre la concentración de los medios sigue abierto en Argentina. La presidenta sostuvo una larga disputa con el grupo Clarín, al que acusó de ser un monopolio mediático. Al mismo tiempo, se le critica que alentara el desarrollo de un grupo de medios oficialistas: "Cristina crea un holding de medios adictos al gobierno", dijo a DW la escritora y periodista Laura di Marco.
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Derechos humanos e individuales
Cristina Fernández dio continuidad a la política de derechos humanos de Néstor Kirchner, apoyando la búsqueda de nietos de desaparecidos, entre otras cosas, y amplió los derechos individuales con la aprobación del matrimonio igualitario y otras leyes en torno a la transexualidad. Aquí, con Estela de Carlotto, una de las Abuelas de Plaza de Mayo, y su nieto, que recuperó su verdadera identidad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Discursos por cadena nacional
La presidenta argentina acostumbraba a hablar por cadena nacional, algo aplaudido por sus seguidores y denostado por la oposición. Al dirigirse al público, su estilo siempre fue personal y, para muchos, carismático. Según dijo en una de sus alocuciones, "el kirchnerismo dio independencia a Argentina".
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Reformas opacadas por falta de transparencia
En junio de 2015, la presidenta argentina anunció el envío al Parlamento de un proyecto de ley para que algunos beneficios sociales, entre ellos la Asignación Universal por Hijo (AUH), fueran ajustados periódicamente. Estos avances sociales se ven opacados por la falta de transparencia en los índices de pobreza, por una elevada tasa inflacionaria y por el déficit fiscal.
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Larga disputa por los "fondos buitre"
La disputa entre Argentina y los “fondos buitre” sigue siendo explosiva, también en 2015. Cuando la ONU aprobó, el 10.9.2015, una resolución impulsada por Argentina que propone la creación de un marco regulatorio para la reestructuración de deudas soberanas, el ministro de Economía, Axel Kiciloff (dcha.), dijo que era "un paso fundamental contra esos ataques, también a otros países."
Imagen: Leo La Valle/AFP/Getty Images
Cristina y las religiones
El Papa Francisco recibió en septiembre de 2014 a su compatriota, la presidenta argentina, en una audiencia privada en el Vaticano. La presidenta de Argentina reveló que había sido "amenazada" por la organización terrorista Estado Islámico debido a su posición diplomática ante el conflicto en Cercano Oriente, en favor de "la existencia del Estado de Palestina y del Estado de Israel".
Imagen: picture-alliance/dpa
Gran impulso a la cultura
A nivel nacional, el gobierno de Cristina Fernández dio un importante impulso a las manifestaciones culturales y artísticas, pero con un estilo marcadamente personalista. En la foto, la inauguración del Centro Cultural Kirchner, en la capital argentina.
Imagen: Reuters/Argentine Presidency
Dos operaciones
Durante sus dos mandatos, Cristina Fernández fue sometida a dos operaciones serias: una, para drenar un hematoma cerebral, y la otra, para extirpar un tumor en la tiroides, recuperándose de ambas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Negocios con Rusia
De la reunión de Cristina Fernández de Kirchner con Vladimir Putin, en abril de 2015, se derivó bastante más que la firma de acuerdos energéticos y económicos. En el año electoral de Argentina, este gesto de acercamiento a Rusia puede interpretarse también como una clara jugada en lo referente al alineamiento de Argentina con el eje Rusia-China.
Imagen: Reuters/A. Nemenov
El caso Nisman sacude al país
La muerte -aún no esclarecida- del fiscal Alberto Nisman golpeó a la sociedad argentina y sigue pesando como una deuda pendiente de la Justicia. Nisman fue hallado muerto en su vivienda el 18 de enero, cuatro días antes de presentar una acusación contra la presidenta por una supuesta complicidad con los implicados iraníes en el atentado de la AMIA, en 1994, que dejó 85 muertos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Pisarenko
Daniel Scioli, ¿continuador de la era Kirchner?
Daniel Scioli es candidato que, de ganar las elecciones, daría continuidad al programa político del kirchnerismo. Según expertos, el gobierno deja serios problemas económicos estructurales, pero también algunos logros sociales y un aumento en el nivel de consumo.
Imagen: Reuters/A.Marcarian
Adiós a una figura que polariza
Cristina Fernández de Kirchner polarizó a la sociedad argentina y la marcó con su estilo entre autoritario y maternal. Estuvo rodeada de acusaciones de corrupción y la inseguridad jurídica creció durante su gobierno, pero dio impulso a la cultura y a los derechos civiles. Su adiós deja un legado complejo al próximo gobierno, y es probable que no se aleje del todo del quehacer político de su país.