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El atroz sexismo de Trump

9 de octubre de 2016

Quien se jacte de agredir sexualmente a mujeres no debería tener cabida en la Casa Blanca. Los comentarios del candidato republicano Donald Trump podrían torpedear sus aspiraciones presidenciales, opina Ines Pohl.

USA Republikaner Wahlkampf Donald Trump in Henderson, Nevada
Imagen: Reuters/D. Becker

Mucho se ha escrito sobre cómo Trump mantiene cierta popularidad entre las mujeres a pesar de sus constantes ataques verbales. En los últimos meses, le pregunté a mujeres alrededor de Estados Unidos si se sienten ofendidas, agredidas o denigradas por las palabras de Trump. Y sin importar si eran académicas, jóvenes, adultas, mayores, desempleadas, profesoras, doctoras o empresarias, recibí siempre las mismas respuestas: "El no lo quiso decir lo que dijo”; "necesitamos de nuevo a un hombre fuerte en la Casa Blanca”; "importa más lo que hace que lo que dice”.   

En contra de los problemas de género

Reconocidos psicólogos ya han tratado extensivamente este fenómeno en numerosos ensayos. Los estudios muestran a Trump como el hombre blanco menos honesto, cuya imagen no se ve debilitada por lo políticamente correcto en cuanto a temas de género. Entre los hombres, Trump es ejemplo a seguir, así como la esperanza de que aún no es tarde para rescatar la masculinidad. Y entre mujeres, Trump es, al parecer, la personificación de una añoranza perdida en el ahora mundo antierótico del igualitarismo. 

Ines Pohl, comentarista de Deutsche Welle.

Esperemos a que este sea ya el final de tales precarias ideas y que se entienda que la visión de Trump sobre las mujeres nada tiene que ver con hombría, sino más bien con un sexismo aberrante.

El video del diario The Washington Post 

El diario The Washington Post publicó un video grabado en 2005 en el que se escucha una conversación de Donald Trump, poco después de que la estrella de televisión se casara con su esposa actual, Melania Trump. Lo que se escucha en el video no da lugar a malinterpretaciones. Nadie puede aseverar que lo dicho ahí fue sacado de contexto o que Trump solo estaba bromeando.

"Yo me le lancé y fallé, lo admito. Intenté tener sexo con ella, pero ya estaba casada”, dijo Trump. Asimismo, dijo haber intentado poseerla como si la mujer fuese "una perra”.

Repugnante abuso de poder

Lo más repugnante de todo es el momento en el que, de manera abierta, hace alarde de su estatus, de un poder que todo le permite; como lo es agredir sexualmente a mujeres. "Cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras (...). Agarrarlas por el coño. Puedes hacer de todo".

Existen razones comprensibles de porqué hombres, hasta la fecha, apoyan a Trump: ellos esperan que un político alternativo finalmente cuide a quienes se sienten abandonados por Washington; esperan que un empresario independiente saque al país del pantano político en el que se encuentra y lo lleve adelante.   

Incomprensible

Quien después de este video siga apoyando a Donald Trump, se pone a sí mismo en la categoría de un desagradable sexista que ve a las mujeres como objetos y que se jacta de agredirlas sexualmente. Frente a esta situación nadie puede, ni debe brindarle entendimiento.

Es posible que este video no disuada a sus seguidores más acérrimos de votar por él en noviembre. A fin de cuentas, el voto decisivo está en ese 8 a 10 por ciento de la población aún indecisa. Ojalá entiendan que, después de este fin de semana, sería un error fatal para sus hijas y nietas si tal hombre le gana a la primera candidata presidencial en la historia de Estados Unidos.   

Para aprender: aquí puede usted leer la versión original de este artículo en alemán