Opinión: El caso Maaßen da pie a una crisis gubernamental
Felix Steiner
19 de septiembre de 2018
La coalición gubernamental resuelve su crisis ascendiendo a los caídos en desgracia. Con este tipo de política, Angela Merkel y la coalición promueven algo muy diferente, opina Felix Steiner.
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El chiste estándar de hoy en las oficinas alemanas es el siguiente: "¡Ahora sí que meteré la pata de verdad y, al final, me ascenderán dentro de dos semanas!". Los votantes sacuden la cabeza con incredulidad ante el espectáculo ofrecido en Berlín. Muchos incluso se muestran enojados, porque primero se califica a alguien de supuesta amenaza para la comunidad democrática en el transcurso de los días y ahora esa persona se alegra de su ascenso laboral, acordado por una coalición gubernamental. Este es un honor que solo se le concede a unos pocos.
Que el jefe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, es decir, el Servicio de Inteligencia Nacional, abandone prematuramente su puesto de trabajo, no es inusual: ocho de los 13 cargos titulares comparten el mismo destino. Lo novedoso es que el caso Maaßen podría convertirse en una crisis gubernamental.
Una crisis gubernamental, ¿por ese motivo?
Las crisis de gobierno no estallan como lo hacen las guerras; se inducen. Y la mayoría incluso de manera deliberada e intencionalmente. Como esta, por ejemplo. El socio gubernamental de Angela Merkel, el SPD, infló el tema sin necesidad. En todo caso, la propia Merkel se podría haber sentido atacada por Maaßen. Al fin y al cabo, este cuestionó la valoración de la canciller sobre los incidentes en Chemnitz.
La secretaria general del SPD podría haber previsto que, al exigir la cabeza de Maaßen, ella misma quedaría mal posicionada. La semana pasada, Maaßen reconoció que el ministro del Interior, Seehofer, le había dicho que si Maaßen tenía que abandonar el cargo, el propio Seehofer también caería. Correcto. Andrea Nahles tendría que haber sabido que eso no sucedería a menos de cuatro semanas de que se celebren las elecciones parlamentarias en Baviera. No hay que estudiar política para saberlo. Por este motivo, el SPD tendrá que pagar por este teatro el precio más alto: en las elecciones bávaras seremos testigos de un derrumbe sin precedentes. Ahora, Nahles ya parece una perdedora. En el Ministerio del Interior, un secretario de Estado del SPD se retira para hacer sitio a Maaßen.
Pero tampoco Angela Merkel y Horst Seehofer tienen motivos para alegrarse. Bueno, Seehofer ha contentado de nuevo a su ego, pero esto no le sirve ni al país ni a la CSU. Angela Merkel, por su parte, ha hecho una vez más lo que ha caracterizado a su política de los últimos tres años: ha encontrado una solución para hoy, sin pensar en las consecuencias para mañana.
Solo compromisos mediocres
La nueva versión de la coalición tiene un solo propósito: mantener al partido populista de extrema derecha AfD fuera del gobierno y evitar nuevas elecciones, lo que ciertamente habría impulsado aún más el ascenso del AfD. ¿Y ahora? Si la coalición sigue buscando salidas sin inspiración, está a punto de fragmentarse a sí misma consecuentemente y solo se podría salvar mediante compromisos mediocres. Compromisos que huelen tan mal, que el hedor debería ser insoportable en el barrio gubernamental. A los ciudadanos también les apesta el asunto. En el partido AfD, por el contrario, están muy contentos con esta situación.
Este es un resultado amargo, teniendo en cuenta el hecho de que Angela Merkel fue alabada como un ancla de estabilidad en y para Europa en las elecciones federales de hace casi un año. Ahora su poder se está desmoronando visiblemente y parece estar simplemente impulsada por una coalición que no tiene nada más que decirse. Esta canciller y este gobierno solo fomentan una cosa: el disgusto. Y el ascenso de aquellos que quieren otro "sistema" en Alemania. Es decir, exactamente lo que Merkel quería evitar en realidad. Por lo común, a eso se le llama fracaso.
Felix Steiner (RMR/CP)
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Breve historia de las coaliciones de gobierno alemanas
Solo una vez el gobierno federal ha sido liderado por un solo partido con mayoría parlamentaria. Por ello, puede decirse que la norma es que Alemania sea gobernada por coaliciones. Acá revisamos todas las combinaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gambarini
CDU/CSU - FDP - DP (1949-1957)
El primer gobierno demócratico que hubo en Alemania Federal tras la Segunda Guerra Mundial fue liderado por el dirigente de la Unión Cristianodemócrata Konrad Adenauer, quien formó alianza con los liberales (FDP) y el desaparecido Partido Alemán (DP, conservador). Cuando la CDU/CSU volvió a ganar las elecciones 4 años más tarde, Adenauer mantuvo los mismos socios de coalición.
Imagen: picture-alliance/Vack
CDU/CSU - FDP (1961-1966)
Luego de gobernar Alemania Federal sin necesidad de forjar alianzas entre 1957 y 1961, la Unión (CDU/CSU) perdió su mayoría en el Bundestag y se vio forzado a formar una alianza nuevamente con los liberales. Adenauer renunció en 1963 en medio del llamado "escándalo Spiegel" y su ministro de Asuntos Económicos, Ludwig Erhard (izq.), fue elegido por el Parlamento para tomar el cargo vacante.
Imagen: picture-alliance/dpa
CDU/CSU - SPD (1966-1969)
La primera "Gran Coalición" no fue producto de una elección. Ludwig Erhard fue reelegido en 1965 y continuó gobernando junto a los liberales. Sin embargo, al año siguiente estos dejaron el gobierno en medio de disputas sobre el presupuesto. Erhard renunció y Kurt Kiesinger (der.) lo reemplazó. Sin los liberales, eligió como socios a los socialdemócratas, liderados por Willy Brandt (izq.).
Imagen: dpa
SPD - FDP (1969-1982)
Willy Brandt se convirtió en el primer canciller socialdemócrata de la Alemania de posguerra. Pese a obtener menos votos que la Unión, Brandt forjó una alianza con los liberales que le dio una ligera mayoría en el Bundestag. No sería la primera vez que los liberales recibirían acusaciones de falta de lealtad. En 1974, Brandt fue reemplazado por Helmut Schimdt, quien ganó dos elecciones más.
Imagen: picture-alliance/akg-images
CDU/CSU - FDP (1982-1998)
La amistad de 13 años entre socialdemócratas y liberales terminó en 1980 cuando las diferencias entre ambos partidos se tornaron irreconciliables. Los liberales cambiaron de bando ese año, dejando la coalición y buscando un acuerdo con los conservadores. Esto provocó el colapso del Gobierno del SPD y abrió las puertas al renacimiento del pacto Unión/Liberales, liderado esta vez por Helmut Kohl.
Imagen: AP
CDU - DSU - Despertar Democrático (1990)
Tras la caída del Muro de Berlín, Alemania Oriental celebró sus primeras elecciones. Los cristianodemócratas liderados por Lothar de Maiziere obtuvieron más del 40 por ciento de los votos y formaron alianza con dos pequeños partidos: la Unión Social Alemana (DSU) y Despertar Democrático, entre cuyas filas estaba Angela Merkel. En octubre, el Gobierno firmó la reunificación con Alemania Federal.
Imagen: picture-alliance/dpa/Wolfgang Kumm
SPD - Verdes (1998-2005)
En 2002, la era de Helmut Kohl llegó a su fin y los socialdemócratas, liderados por Gerhard Schröder, volvieron a la cancillería. El SPD formó alianza con los Verdes, que se convirtieron en partido de Gobierno menos de 20 años después de su fundación. A diferencia del período de Brandt, esta vez el SPD lideró un gobierno de izquierda más que de centroizquierda. La coalición gobernó hasta 2005.
Imagen: picture alliance/dpa/W. Baum
CDU/CSU - SPD (2005-2009)
Cuando los primeros sondeos se dieron a conocer tras las elecciones, tanto Schröder (der.) como Angela Merkel (izq.) se declararon vencedores. Al final, los conservadores derrotaron al SPD por apenas un 1 por ciento. Tras fallidas negociaciones para formar la "coalición Jamaica" (CDU/CSU, Verdes y liberales), finalmente los dos partidos más grandes acordaron otra vez una "Gran Coalición."
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Bensch
CDU/CSU - FDP (2009-2013)
La "Gran Coalición" llegó a su fin en 2009, luego de que el SPD alcanzara un decepcionante 23 por ciento en las elecciones federales. Los liberales, en cambio, ganaron 5 puntos y llegaron hasta el 14 por ciento de los votos. Merkel y el liberal Guido Westerwelle (izq.) formaron alianza con relativa facilidad. Fue, después de todo, la undécima vez en que liberales y conservadores formaron Gobierno.
Imagen: Getty Images/A. Rentz
CDU/CSU - SPD (2013-?)
Tras obtener más del 40 por ciento de los votos, los conservadores seguramente no esperaban tener que negociar con el SPD. Pero cuando sus aliados liberales obtuvieron menos del 5 por ciento, sus opciones se vieron reducidas. Merkel entonces llamó a los socialdemócratas a unirse a ella y "tomar la responsabilidad de constituir un gobierno estable". Cuatro años más tarde, repite el mismo discurso.