En el barranco de Babi Yar, el presidente alemán, Joachim Gauck, rememoró la responsabilidad por las atrocidades nazis y subrayó la necesidad de no olvidar, opina Christoph Strack.
Lugar conmemorativo a la masacre de Babi Yar a las afueras de Kiev, Ucrania Imagen: DW/A. Magazowa
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Nuevamente un camino difícil. Mínimo dos horas fue lo que duró el vuelo del presidente alemán, Joachim Gauck, de Berlín a Kiev. Y es que es un viaje de 75 años al pasado: un viaje al delirio homicida del nacionalsocialismo. En el lugar de los hechos, del horror, Gauck apeló tanto a autores como a víctimas, así como a los distintos grupos de víctimas, a hacer conjuntamente memoria. Un recordatorio de gran actualidad en tiempos, donde, por el auge nacionalista, se aliena y se distancia de la memoria del sufrimiento.
El último discurso conmemorativo de Gauck
Ya se podría asegurar que este fue el último de los grandes discursos conmemorativos de Gauck en sus cinco años como presidente de la República Federal de Alemania. Desde el inicio de su mandato en marzo de 2012, ha dado 550 discursos oficiales, de los cuales casi un cuarto fueron en el exterior. Sus discursos, en lugares de Europa donde alemanes perpetraron crímenes, son los que más sobresalen; en cada ocasión hay momentos difíciles, de vergüenza, de memoria, de gratitud por la reconciliación y de responsabilidad conjunta.
En octubre de 2012, Gauck estuvo en Lídice, en la República Checa, 70 años después de la masacre de la población civil a instancias de los alemanes; en marzo de 2013, en Santa Ana de Stazzema, en el centro de Italia; en septiembre de 2013, en Oradour-sur-Glane, en Francia; y en marzo de 2014, en el monumento conmemorativo en Lingiades, en Grecia. En muchos de estos lugares, así como en Oradour, nunca un jefe de Estado alemán había hecho una visita oficial. En todos sus discursos, Gauck abordó el tema de hacer memoria conjuntamente para un futuro conjunto en Europa.
Christoph Strack Imagen: DW
En contraste con otros crímenes, Babi Yar tiene otra cualidad: en el barranco, 33.171 personas fueron asesinadas en dos días, entre ellas la gran mayoría de los judíos kievitas. "Aquí se reveló nuevamente el carácter criminal de la ideología de guerra del exterminio racial en el este de Europa”, dijo Gauck. "Los miles y miles de fusilados” precedieron al homicidio industrial de Auschwitz, añadió. Babi Yar es, a su vez, un lugar del sufrimiento ruso, ya que ahí también murieron miles de prisioneros de guerra soviéticos. Por este motivo, Gauck exigió con gran insistencia, y con razón, revisar juntos el pasado: "Brindar espacio para recordar” a la gente que fue asesinada en este barranco a las afueras de Kiev, donde murieron no solo judíos, soldados o partisanos, sino también vecinos, amigos, niños.
La dimensión europea de la conmemoración
Así como en su discurso en Oradour, Gauck abordó el tema, al final, desde una perspectiva europea. Esto debido a la preocupación que le genera la manera en que está evolucionando Europa con el brote de nacionalismos y las nuevas fronteras. Ucrania es "parte de nuestra sociedad europea de valores”, dijo Gauck.
Así, ucranianos han recalcado que su país es, hoy y en el futuro, una "nación soberana en un Estado cuya integridad territorial hay que respetar”. Por lo que le corresponde una posición en la familia de las naciones.
"En tanto me incline ante las víctimas del pasado, me pongo del lado de las personas que reportan las injusticias, que brindan ayuda y que de manera infatigable abogan por las personas a las que les han sido vulnerados sus derechos”. Es una gran pretensión la que hace aquí Gauck. Sin embrago, la hace fundándose en la humildad y la fuerza, así como lo ha hecho en sus cinco años de mandato: siempre a favor de proteger el futuro conjunto entre alemanes y europeos.
1945: Fin de la II Guerra Mundial en Europa
Vencidos, liberados y ocupados: con la capitulación del régimen nazi, en mayo de 1945, termina la II Guerra Mundial en Europa. Alemania quedó en ruinas.
Imagen: picture-alliance/dpa
El comienzo del fin
Con el desembarco de los aliados en Normandía, el 6 de junio de 1944, se sella la caída de la Alemania nazi. A principios de 1945, soldados estadounidenses arriban a Saarland, y ocupan un pueblo en Saarbrücken, pero no todos están dispuestos a bajar las armas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Suicidios masivos
Aunque en abril de 1945 la derrota militar del ejército de Hitler ya es inminente, en Berlín los combates continúan. Los soldados del Ejército Rojo se presentan ante la Puerta de Brandeburgo, el emblema de la capital alemana, donde días después miles de soldados y civiles alemanes se suicidan.
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Patrullas en Colonia
Después de 262 ataques aéreos en cinco años, la guerra termina también en Colonia. Soldados estadounidenses patrullan las calles de una ciudad casi destruida por completo. Los bombarderos del mariscal británico Arthur Harris son testigos mudos de la historia.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una imagen que recorre el mundo
El 25 de abril de 1945 soldados soviéticos y estadounidenses se dan la mano. Esta foto del encuentro de dos ejércitos vencedores sobre los escombros de un puente sobre el río Elba, en Sajonia, se hizo famosa.
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Consternación entre los aliados
Prácticamente hasta la llegada de los soldados estadounidenses, los nazis siguen matando en el campo de concentración de Dachau, cerca de Múnich. En la foto se ve a prisioneros asesinados dentro de un vagón. La consternación entre los aliados por las dimensiones del genocidio es grande.
Imagen: picture-alliance/dpa
El izamiento de la bandera
El 2 de mayo de 1945, un soldado soviético iza una bandera roja de la Unión Soviética en el Reichstag de Berlín, un símbolo del fin del Tercer Reich y de la cruenta dictadura nazi.
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La muerte en 18 minutos
Trágico es el destino de la pequeña ciudad portuaria de Emden, en el norte de Alemania. El 6 de septiembre de 1944 caen allí 15.000 bombas en 18 minutos, lanzadas por 181 aviones canadienses. El último ataque aéreo se lleva a cabo el 25 de abril de 1945. Emden es una de las ciudades más destruidas por la guerra de Europa.
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Camino al campo de prisioneros de guerra
Los soldados alemanes que sobrevivieron la guerra pasaron a ser prisioneros de los británicos y estadounidenses, y el trato en sus campos de prisioneros era considerado humano. En los campos soviéticos, sin embargo, donde hay más de tres millones de soldados alemanes, 1,1 millones mueren. Los últimos soldados alemanes volvieron a casa en 1955.
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La noticia de la muerte de Hitler
Las tropas aliadas lucharon por ver esta noticia en los diarios. El 2 de mayo de 1945, los soldados estadounidenses se enteran de la muerte de Adolf Hitler en una edición especial de "Star and Stripes", el periódico del Ejército. La noticia los llena de alivio. El fin de la guerra está cerca.
Imagen: picture alliance/dpa/Everett Colle
Infancias en los escombros
Millones de niños y niñas alemanes no pueden entender la guerra, pero se ven obligados a jugar entre las ruinas, a pesar del peligro. La guerra es un trauma para toda una generación de alemanes que más tarde se destacó por haber reconstruido el país con su esfuerzo.
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Lo que quedó de la guerra
Este soldado alemán desconocido sobrevivió a la guerra, pero su vida todavía está muy lejos de ser normal. En 1945, el agua, la electricidad y la calefacción eran en Alemania un lujo que casi nadie podía permitirse. Se necesitaba, sobre todo, voluntad, creatividad y mucha imaginación para poder sobrevivir.
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Primavera en Berlín
A 70 años del fin de guerra, la Pariser Platz, plaza en Berlín, frente a la Puerta de Brandeburgo, es un lugar en el que se reúnen el pasado y el presente. Bajo el título de "Mayo del 45: Primavera en Berlín", una exposición al aire libre recuerda la capitulación de la capital alemana, el 2 de mayo, y el fin de la II Guerra Mundial en Europa, en la primavera de 1945.