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Opinión: El dilema de Draghi

Marcel Fratzscher22 de abril de 2016

El Banco Central Europeo es responsable por la estabilidad de los precios. El director del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), Marcel Fratzscher, opina que la autonomía del BCE no debe ser cuestionada.

Imagen: picture-alliance/dpa/A.Dedert

Europa sigue en medio de una profunda crisis financiera: una crisis económica, bancaria y de endeudamiento. La combinación de estos factores hace que la recuperación de Europa sea ardua y tediosa. Este es el complejo contexto en el que se encuentra el Banco Central Europeo (BCE), sometido, ahora, a un difícil dilema. La institución no está alcanzando su objetivo de estabilidad de precios. Al mismo tiempo, su política monetaria expansiva esta teniendo efectos colaterales negativos. Por lo que la gran la pregunta que surge es: ¿Cómo resolver dicho dilema?

El BCE tiene un claro mandato: debe asegurar la estabilidad de precios en la zona euro, la define a mediano plazo con una tasa de inflación levemente por debajo del dos por ciento. Esta es una tasa habitual en la mayoría de bancos centrales en economías desarrolladas. Una más baja que ésta no es, por lo general, deseable, ya que arrastra, en la mayoría de casos, a cada vez más a una deflación en los precios, y priva al BCE de margen de maniobra para poder contrarrestar la tendencia con su política monetaria.

Por otra parte están los efectos secundarios, que en muchos campos han de calificarse de negativos. Las bajas tasas de interés imponen, a menudo, un gran desafío a muchas instituciones financieras, que debido a tasas de interés garantizado o a sus modelos de negocio no pueden actuar en forma sustentable. Asimismo, los ciudadanos alemanes se ven afectados por las tasas de interés del cero por ciento: la mayoría tiene su dinero en cuentas de ahorros y, con los bajos intereses, no pueden aumentar su capital.

¿Qué debe hacer el BCE?

¿Cuál de los dos elementos (la estabilidad de los precios o los efectos secundarios de sus políticas monetarias) debe de ponderar el BCE? A muchos alemanes les gustaría que el BCE se ocupara más de los efectos secundarios, especialmente porque el BCE solo puede tener un éxito parcial con su política monetaria. Sin embargo, desde una perspectiva legal, el BCE está obligado a seguir sus mandatos e implementar las medidas impuestas en los tratados de la Unión Europea para así lograr estabilidad en los precios.

Alemania necesita, de manera urgente, un abierto, objetivo y equilibrado debate sobre la política monetaria del BCE. Nadie puede negar sus riesgos y sus negativas consecuencias, así como no se puede negar que el BCE es una institución independiente, con una tarea clara de asegurar la estabilidad de precios. Exigirle al BCE que pase por alto, así sea temporalmente, su mandato, conllevaría a la politización del banco, lo que por ende pondría en peligro su independencia. Después de todo, tanto independencia como credibilidad son las dos cualidades más importantes que debe de demostrar un banco central.

Asimismo, Alemania no puede olvidar que Europa se encuentra aún en tiempos de crisis, y que la política monetaria del BCE fue ideada para toda Europa, y no solo para Alemania. Si Alemania tuviese su propia moneda, seguramente no habría una tasa de interés del cero por ciento, así como no existiría la compra de bonos por parte del banco central, pero en ese caso Europa estaría sumida en una crisis aún más profunda; con una moneda alemana mucho más fuerte, pero con una economía alemana todavía más débil.

Marcel Fratzscher es director del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) y profesor de macroeconomía de la Universidad Humboldt de Berlín.

Para aprender: aquí puede usted leer la versión original de este artículo en alemán.

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