Con el crecimiento durante décadas de la industria automovilística, la importancia de la bicicleta disminuyó. Pero ahora, 200 años después de su invención, la bicicleta tendrá un renacimiento, opina Joscha Weber.
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Alguien en una bicicleta se me acerca por detrás. Como ciclista apasionado, inmediatamente reconozco el sonido. El zumbido suave de la cadena señala la presencia de un competidor que se cierra sobre mí. Ahora, estoy montando cuesta arriba. Y estoy sudando mientras pedaleo con mayor ímpetu. A medida que el sonido crece, siento que mi oponente se aproxima. Finalmente me alcanza en mi propia "cancha”, en mi montaña. Y para mi sorpresa: no es un profesional entrenado, sino un señor mayor. Él está sentado recto, pedaleando tranquilamente y ni siquiera sudando. A diferencia mía, no está montando una bicicleta de carreras; el señor está montando una bicicleta de montaña. Pero claro, con un motor eléctrico unido a ella. Él me saluda con una sonrisa y sigue. Con mi orgullo de ciclista herido, acomodo mi bicicleta, empiezo a pedalear fuera de la silla y entro en modo carrera para perseguirlo. Lo alcanzo y soy el primero en llegar a la cima de la montaña. Totalmente sin aliento. ¡Malditas bicicletas eléctricas! ¡Maldita tecnología!
Las bicicletas eléctricas y los pedelecs (bicilecs), otra variación de las bicicletas motorizadas, han rejuvenecido la antigua y clásica bicicleta. Los pequeños motores eléctricos proporcionan de 250 a 500 vatios de potencia de pedal adicional. Eso significa que un jubilado puede montar una montaña tan rápido como alguien como yo, que cubre 12.000 kilómetros al año usando mis propias piernas.
Así, no es de extrañar que alrededor de 1,5 millones de bicicletas eléctricas se vendan cada año en la Unión Europea, con un gran crecimiento: el número se ha multiplicado por diez en la última década. La bicicleta, un vehículo que las sociedades prósperas ven como una reliquia de un tiempo previo a los coches, está de vuelta. Ahora, 200 años después de que Karl Drais recorriera la ciudad alemana de Mannheim con su extraña máquina, la bicicleta sigue siendo un importante medio de transporte. Algunas estadísticas incluso muestran que es el medio de transporte más utilizado en el mundo. Y hay una buena razón para que su popularidad siga subiendo.
La historia de la bicicleta
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Las bicicletas representan el espíritu de la época
La bicicleta ha continuado evolucionando desde sus orígenes en el taller de Karl Drais. Con los años, la máquina de dos ruedas se ha adaptado a las preferencias y necesidades sociales. Ha pasado por muchas transformaciones: ha sido una invención llamativa con una rueda delantera gigante, un transportador militar, un aventurero fuera de carretera, un corredor aerodinámico de alta velocidad y ahora, un vehículo motorizado multipropósito que transporta gente o mercancías. Charles Darwin se habría divertido analizando las diversas fases evolutivas de la bicicleta.
Cuenta la leyenda que la bicicleta fue inventada en respuesta a un problema socio-histórico. Una erupción volcánica en 1815, en lo que es la actual Indonesia, llevó a un desastre climático global. Como resultado del fracaso de las cosechas y del hambre que se produjeron en ese invierno, la gente comenzó a comer carne de caballo, causando una drástica disminución en el número del animal y, por lo tanto, una pérdida de un importante medio de transporte. La invención de Drais pronto llenó la brecha.
Ahora, la historia puede estar a punto de repetirse. Un agotamiento de los combustibles fósiles, las altas emisiones de gases de escape, las consecuencias del cambio climático y la falta de espacio en las grandes ciudades dará lugar a un renacimiento de la bicicleta. Las bicicletas necesitan poco espacio para operar; la infraestructura necesaria es mucho más barata en comparación con lo que se requiere para los coches.
Las bicicletas también satisfacen una necesidad humana básica para la movilidad individual. Si usted conmuta en coche, probablemente ha notado que solo una persona normalmente ocupa un vehículo. Muchos viajeros ya están cambiando a la más económica de dos ruedas y la tendencia está en alza. Dos tercios de los conductores de automóviles en Alemania contemplan la posibilidad de montar sus bicicletas con más frecuencia.
Las bicicletas simbolizan tanto el pasado como el futuro. Y ahora, gracias a las bicicletas eléctricas, pueden llegar estas a ser más rápidas que antes–aunque esta sea una idea a la que aún deba acostumbrarme–.
200 años de bicicleta: culto y curiosidades
Hace 200 años, el inventor Karl von Drais realizó su primer viaje de prueba en un rotor: así nació la bicicleta. Entre 1817 y 2017 tomó diferentes formas hasta llegar a ser como hoy la conocemos. Un recorrido en fotos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Conservatoire du Patrimoine Sportif
La primera bicicleta
El barón alemán Karl Freiherr von Drais en realidad era guardabosques y tenía un gran talento para la física y la matemática. Algunos de sus inventos fueron desarrollados más tarde, por ejemplo, el “coche sin caballos”, que más tarde se transformó en la vagoneta de ferrocarril. Su obra más importante fue la la primera bicicleta, también llamada “máquina andante", "draisiana" o "velocípedo".
Imagen: picture alliance / -/dpa
De la "draisina" al velocípedo
El francés Michaux creó en 1861 la primera bicicleta a manubrio, llamada “michaulina”. Su compatriota Lallement mejoró el concepto y la patentó bajo el nombre de “Velocípedo de Lallement”. Sin embargo, no era aún demasiado confortable. La tracción delantera la hacía pesada y se corría peligro de caer hacia adelante.
Imagen: picture-alliance/Prisma Archivo
La próxima generación: la bicicleta de rueda alta
En 1870, el británico James Starley inventó el siguiente hito en la historia de las dos ruedas: la bicicleta de rueda alta “Ariel”. Estaba convencido de que a través de la enorme rueda delantera se podría recorrer más rápidamente el camino. Pero era imposible subirse solo y era peligroso caer de semejante altura.
Imagen: picture-alliance/akg-images
El primer Tour de France
En 1890, la “máquina segura”, de James Starley, con tracción a cadena y ruedas de tela y caucho que inventó el inglés John Boyd Dunlop, desplazó a la bicicleta de rueda alta. El primer Tour de France se realizó el 1 de julio de 1903 con 60 ciclistas que pedalearon por Lyon, Marsella, Toulouse, Bordeaux y Nantes, hasta París. Luego de 2.428 kilómetros ganó el francés Maurice Garin (centro).
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Conservatoire du Patrimoine Sportif
Pedaleando entre escombros
Para hacer más soportable la triste vida entre las ruinas de la Segunda Guerra Mundial, había que usar mucho la inventiva. No había demasiados recursos en la Alemania de posguerra, pero los niños de Berlín sabían cómo divertirse con muy poco, como lo demuestran estas bicicletas armadas con restos encontrados entre los escombros.
Imagen: picture-alliance / akg-images
Tándem hacia otra dimensión
¿Por qué no de a cinco? En esta foto de 1895, los hijos del ingeniero Adam Opel, todos muy buenos ciclistas, hicieron popular la bicicleta en tándem Opel. En 1920, Opel era el mayor fabricante de bicicletas del mundo, además de ser el productor de autos más exitoso del mundo.
Imagen: picture-alliance/akg-images
La bicicleta más pesada del mundo
El inventor Frank Dose tuvo que mover esta mole de dos ruedas de 1.080 kilogramos a pulmón, marcando así un récord mundial. La idea surgió luego de un par de cervezas en el Festival Wacken de heavy metal. Con algo de chatarra y las ruedas de un tractor, logró armar esta bicicleta.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Scholz
Bicicleta de diseño
El diseñador alemán Dieter “Didi” Senft es conocido por sus creaciones de bicicletas únicas. Con sus modelos ya batió récords. Este modelo está compuesto por 111 rastrillos, mide cuatro metros de largo y dos metros de altura. ¡Y funciona!
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
¿Y esto cómo se maneja?
El coleccionista Ulrich Teige es especialista en las bicicletas más curiosas. En su museo “Mundo del pedal” exhibe vehículos tan exóticos como los rikshas, las bicicletas de ruedas oscilantes o la de la foto: un tándem para dos personas que pueden viajar acostadas. Eso sí: solo si uno pedalea para adelante y el otro para atrás.
Imagen: picture-alliance/dpa
Bicicletas de bambú
Las bicicletas de bambú son tan estables que con ellas se podría dar la vuelta al mundo. Karina y Tim Poser (foto) viajaron con ella desde Hamburgo hasta la metrópolis china de Chengdu. Estas bicicletas, construidas en el marco de proyectos sociales en Ghana y Alemania pueden recorrer 12.000 kilómetros sin sufrir averías.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Reinhardt
La "bicerveza"
Con restos de madera, una espita y un barril de cerveza, esta bicicleta cervecera puede acoger a hasta diez ciclistas. La barra de cerveza sobre ruedas tiene tradición en Alemania, pero no siempre tuvo buena reputación. Algunos ciclistas ebrios hacían de las suyas en la ciudad, sembrando el caos. El uso de esta bicicleta está prohibido hace tiempo en este país.
Imagen: picture-alliance/dpa
Quintucicleta
Otro bello ejemplo de creatividad sobre ruedas: durante los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín, este ciclista convirtió su bicicleta en una “quintucicleta”, a la que armó especialmente en homenaje a los anillos olímpicos.
Imagen: picture-alliance/dpa/Imaginechina
La que se dobla
Antiguamente había bicicletas plegables. Hoy ya se doblan, y son tan livianas y pequeñas que se las puede llevar a donde sea. Son las favoritas de quienes tienen que viajar largos trayectos para trabajar, y caben perfectamente también en un ómnibus o en el tranvía. En Alemania, hay que pagar para transportar la bicicleta normal en un medio de transporte público. Pero no por esta bici.
Imagen: picture-alliance/dpa
Las "Brompton"
La bicicleta “Brompton” es una clásica entre las plegables. Nació en Gran Bretaña, pero también se hizo famosa en Japón y EE. UU. Es el Mercedes entre las bicicletas que se doblan, y es más rápida de lo que parece. En Nueva York y Londres se realizan campeonatos todos los años.
Imagen: Imago/ZUMA Press
Declaración de amor
Esta pareja de recién casados en bicicleta es una declaración de amor a este vehículo que nos acompaña desde siempre, en las buenas y en las malas. Felices, se preparan para una luna de miel en dos ruedas. La bicicleta nunca pasa de moda.