El príncipe saudita tiene las manos manchadas con sangre
Rainer Sollich
28 de febrero de 2021
Washington dio un giro de 180 grados en sus relaciones con Arabia Saudita después de que un informe de la CIA dejara muy claro el papel que jugó Bin Salmán en el asesinato de Khashoggi, opina Rainer Sollich, de DW.
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A raíz de la publicación del informe de la CIA que detalla la participación de Arabia Saudita en el asesinato del periodista y crítico del régimen Jamal Khashoggi, las últimas dudas se han disipado: el crimen del comunicador en 2018 en Estambul fue aprobado, si no ordenado, por el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán.
No fue el trabajo de un escuadrón que perdió el control sin el conocimiento y el consentimiento de los que están en la cima, como a la familia real saudita todavía le gustaría que el mundo y sus propios ciudadanos creyeran.
Nuevo punto bajo para Arabia Saudita
Ahora está claro que MBS, como se le conoce al príncipe heredero, tiene plena responsabilidad por uno de los crímenes políticos más crueles de las últimas décadas. Khashoggi fue atraído a una trampa y asesinado porque a los gobernantes de Riad no les agradaba su implacable crítica a la familia real saudita en publicaciones estadounidenses.
Luego, su cuerpo fue desmembrado, probablemente con una sierra, y disuelto en ácido. Este asesinato de tipo mafioso y particularmente vil llevó la reputación de Arabia Saudita a un nuevo punto bajo en la región y también a escala global. Fue una flagrante violación de la humanidad que era completamente injustificable y que nunca debería ser aceptada por el mundo.
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Biden aislará a Bin Salmán
El heredero del trono saudita y gobernante de facto sí tiene algunos méritos: una modesta pero reconocible liberalización de la sociedad, incluida la notable mejora en el papel que desempeñan las mujeres en ella. Muchos jóvenes sauditas ven al príncipe heredero como un portador de grandes esperanzas y algunos lo adoran como a una estrella de pop.
Pero Mohamed bin Salmán tiene otro lado que es mucho más serio en términos morales. Tiene literalmente sangre en las manos, no solo la de Khashoggi, sino también la de muchas personas inocentes asesinadas por los ataques aéreos sauditas en escuelas o edificios de apartamentos en la actual guerra en el vecino Yemen.
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump era plenamente consciente de todo esto, pero aún protegía a Bin Salmán y lo promocionaba como un socio modelo en el Medio Oriente. El sucesor de Trump, Joe Biden, ahora intentará aislar políticamente al príncipe heredero saudita, con la ayuda del informe de la CIA, e intentará reiniciar las relaciones entre los dos países poniendo mayor énfasis en los derechos humanos.
Pero Biden hasta ahora se ha alejado de las sanciones directas contra Bin Salmán, a quien muchos estados de la Unión Europea han tratado durante mucho tiempo como una persona non grata. Existe un peligro claro: con Bin Salmán a la cabeza, Arabia Saudita se arriesga a un destino permanente como Estado paria y, por lo tanto, a un debilitamiento de sus propios intereses. (rr/dzc)
Yemen: las claves de una guerra sin fin
El conflicto en Yemen ha derivado en una de las más graves crisis humanitarias del mundo, marcada por una hambruna catastrófica y brotes de cólera devastadores. Los civiles están pagando el precio de la guerra civil.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Mohammed
La guerra, raíz de los desastres de Yemen
Naciones Unidas ha identificado el conflicto como la "causa de fondo" de la crisis yemení. Decenas de miles de personas han muerto desde que empezó la guerra en 2014, cuando los rebeldes hutíes se lanzaron a conquistar la capital. En marzo de 2015, la coalición liderada por Arabia Saudí lanzó una brutal campaña contra estos que ha recibido fuertes críticas por el alto número de víctimas civiles.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Mohammed
Los combates impiden que la comida llegue a los hambrientos
Por culpa del conflicto, la ayuda humanitaria no ha podido llegar aún a gran parte de la población civil. El resultado: más de dos tercios de sus 28 millones de habitantes están en situación de "inseguridad alimentaria". Casi tres millones de menores, embarazadas y mujeres lactantes están desnutridos, según el Programa Mundial de Alimentos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Mohammed
Desplazados: crisis que convergen
Más de tres millones de personas han sido desplazados por el conflicto, incluyendo comunidades marginalizadas como los "akdam", una minoría proveniente de África. Pese a la guerra civil, muchos huyen de Somalia y se dirigen a Yemen, convergiendo así dos de las principales crisis migratorias del mundo. En Yemen hay alrededor de 250.000 refugiados somalíes.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Mohammed
El cólera, una epidemia mortal
El número de presuntos casos de cólera ha excedido los dos millones y al menos 3.700 personas han muerto por esta infección bacteriana que se transmite por el agua. Si bien el cólera tiene en teoría fácil tratamiento, puede matar al enfermo en cuestión de horas si no tiene acceso a este.
Imagen: Reuters/K. Abdullah
Víctimas inesperadas de la "guerra contra el terrorismo"
En Yemen, la violencia va más allá del conflicto civil: el país es considerado un frente estratégico en la guerra contra el terrorismo. En él se encuentra la base operativa de Al Qaeda en la Península Arábiga. Estados Unidos a menudo utiliza drones para atacar a líderes de la organización terrorista, pero con muchas las vidas civiles que se ha llevado también por el camino.
Imagen: picture-alliance/dpa/Y. Arhab
El futuro de los niños, marcado por la tragedia
En un país paralizado por el conflicto, los menores son uno de los grupos con mayor riesgo. Más de 12 millones de niños necesitan ayuda humanitaria, de acuerdo con la ONU. El sisema educativo del país está "al borde del colapso", mientras que los niños están muriendo "de causas prevenibles, como la malnutrición la diarrea o las infecciones del tracto respitatorio", según la organización.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Mohammed
La paz, un futuro escurridizo
Pese a los numerosos intentos de negociaciones de paz auspiciadas por la ONU, el conflicto no se ha detenido. Riad ha prometido seguir apoyando al Gobierno del presidente reconocido internacionalmente, Abdo Rabu Mansur Hadi. Por el otro lado, los rebeldes hutíes piden la formación de un Gobierno de unidad para lograr una solución política. La esperanza de un acuerdo de paz sigue siendo vaga.