Opinión: el problema es el populismo, no solo en Italia
30 de mayo de 2018
Una entrevista de DW con el Comisario de la UE Günther Oettinger ha despertado enormes resentimientos en Italia. Pero los prejuicios no ayudan a nadie, apunta Roberto Brunelli, del periódico italiano La Repubblica.
Publicidad
La política italiana parece por estos días la última temporada de un telenovelón. Tres potenciales primeros ministros (Gentiloni, Conte, Cottarelli), todos "congelados" hasta que, como por arte de magia, salte un gobierno del sombrero. Una intriga contra el presidente a expensas de la Constitución italiana. Y al final, los populistas agitan a las masas con el lema "No nos dejan gobernar". A esto se suman el estado de shock de los partidos tradicionales, el riesgo de nuevas elecciones con resultados completamente inciertos y el miedo de las bolsas de valores.
Y, claro. Los italianos gastan mucho más de lo que ganan, y ni hablar de la deuda nacional, tan alta que da vértigo. No existe la perspectiva de una reforma, ni sostenible ni a largo plazo. Pero los que ahora tienen la palabra son el partido de extrema derecha (Liga Norte, de Matteo Salvini) y los clásicos populistas (el movimiento Cinco Estrellas, de Luigi Di Maio), a pesar de su confusa y contradictoria retórica de sacar a su "Italia del cambio” de la eurozona. Lo que alegra sobremanera a gente como Steve Bannon, Viktor Orbán, Marine Le Pen o incluso Vladimir Putin.
El chico problemático de Europa
Hasta famosos comentaristas hablan de "tragedia griega" cuando se refieren a Italia. Con ello expresan el temor de que los italianos no puedan pagar su inmensa deuda pública y a que la tercera economía más grande de la Unión Europea, pueda caer en bancarrota.
Y a pesar de todo esto - o quizás debido a ello - si el Comisario de la UE, Günther Oettinger, dice ahora algo así como que "los mercados le van a enseñar a los italianos a quién tienen que elegir", no ayuda, ni a Italia ni a Europa.
Al contrario, ese lenguaje solo alimenta a los populistas. Los diarios hablan de "prejuicios de Oktoberfest”. Tanto la derecha como la izquierda usan ahora consignas como "los poderes” de Bruselas, Estrasburgo o Berlín. Y en las redes sociales no faltan los que hablan del supuesto "Cuarto Reich” y los tanques de guerra alemanes. En la cabeza de algunos, Alemania ya se ha convertido en una "superpotencia imperialista”.
Incluso Jean-Claude Juncker ha reconocido que la frase dicha por Oettinger (que de hecho, fue desmentida en su primera versión, más corta) fue un feo error de comunicación. Si alguien quiere evitar un incendio, no vierte gasolina en el fuego.
El problema -y no solo en Italia- es precisamente el populismo, porque cultiva temores y estremece las estructuras de las instituciones democráticas. Por supuesto que también tiene que ver con la gran pérdida de confianza a la que la "política tradicional” en toda Europa debe hacer frente. Pero esta es descreditada por los populistas como mero "establishment”, defensora de la globalización”, que, supuestamente, "le roba la identidad” a los ciudadanos.
Retórica arrogante y falta de solidaridad
Los que se sorprenden de las palabras de Oettinger sean consideradas como hirientes en Italia, deberían pensar en el alto índice de desempleo, la falta de inversiones y la "arrogante retórica” de que Italia debe hacer sus tareas ejecutando recortes sociales. Sin mencionar la falta de solidaridad con Italia en el problema de los refugiados y migrantes.
Y deberían pensar también en la sonrisa burlona de los Bannons, Le Pens y todos los de su clase. Quien no entiende que el poder de los populistas tiene mucho que ver con los errores cometidos en Europa en los últimos años, no reconoce los grandes peligros de hoy, no sólo en Italia.
La situación es complicada: por eso debiéramos detener la espiral de prejuicios (sureños perezosos versus arrogantes, pero ahorrativos europeos del norte). En Roma, Berlín y Bruselas.
Roberto Brunelli (jov/er)
Roberto Brunelli es editor internacional de "La Repubblica", diario publicado en Roma. Además, ha escrito libros como una biografía de la canciller "Angela Merkel - The Sphinx".
Trump: populista, marajá, presidente
Es un magnate inmobiliario, autor de superventas, estrella televisiva y, en breve, el 45º presidente de los Estados Unidos de América. A Donald Trump muchos se lo tomaron a risa, ahora se muda a la Casa Blanca.
Imagen: picture-alliance/dpa
La familia, el imperio
En compañía de los suyos: Donald Trump con su esposa Melania, sus hijas Ivanka y Tiffany, sus hijos Eric y Donald junior y sus nietos Kai y Donald junior III. Los tres hijos mayores actúan como vicepresidentes 'senior' en el Holding Trump Organization.
Imagen: picture-alliance/dpa
1984
Ese es el año de esta imagen. En ese momento, Trump inauguraba el Harrah's en el Trump Plaza, un casino en Atlantic City. Una de las muchas inversiones que hicieron del millonario heredero un multimillonario con miles de millones.
El imprescindible y, en comparación, minúsculo capital inicial para sus negocios lo consiguió Frederick Trump (padre de Donald) de su padre, que le dejó un millón de dólares. A su muerte, en 1999, Donald Trump y sus tres hermanos recibieron una herencia de 400 millones de dólares.
Imagen: imago/ZUMA Press
Torre de dinero
Trump, el empresario de los casinos, apuesta fuerte. Arriesga, por lo que a veces falla. Pero a largo plazo consigue éxitos. Como con la Torre Trump en Nueva York. Él cifra su fortuna en en diez mil millones de dólares. Los expertos sostienen que un tercio es un cálculo más realista.
Imagen: Getty Images/D. Angerer
"Muy bueno, muy listo"
Eso dice Trump sobre sí mismo. Y alega que estudió en la universidad de élite de Wharton en Filadelfia. Allí obtuvo una licenciatura en 1968.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/B.J. Harpaz
Capitán Trump
Antes, su padre le había enviado con 13 años a un internado militar en Cornwall-on-Hudson. Ahí debía aprender disciplina. En su último año alcanzó el rango de oficial. Sobre aquella época, Trump afirma que allí recibió más entrenamiento militar que en el propio Ejército.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/
Lesión en el pie en lugar de ir a Vietnam
Sin embargo, no sirvió en la guerra de Vietnam. Con una calcificación en el talón, una dolorosa lesión, el joven deportista fue declarado no apto.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Su primera mujer: Ivana
En 1977 Trump se casó con la modelo checa Ivana Zelníčková. Tres niños nacieron de un matrimonio que siempre estuvo ensombrecido por los rumores de infidelidades. Ella es también la que le puso el apodo: "The Donald".
Imagen: Getty Images/AFP/Swerzey
Familia número dos
En 1990 se separó de Ivana y se casó con su segunda mujer, Marla, 17 años menor que él. A la hija que tienen en común la llamaron Tiffany.
Imagen: picture alliance/AP Photo/J. Minchillo
Girls, Girls, Girls
No sólo le gusta a Trump mostrarse en público al lado de su esposa. También frecuenta concursos de belleza y posa del brazo con jóvenes modelos. De 1996 a 2015 le perteneció incluso el concurso de Miss Universo en Estados Unidos.
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Lemm
El arte de la negociación
¿Como se hace uno millonario rápidamente? El 'bestseller' de Trump "El arte de la negociación" da indicaciones. Es parte autobiográfico, parte un libro de ayuda para empresarios ambiciosos. No sólo lo aupó en las listas de ventas, también lo puso en la palestra de la opinión pública.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Schwalm
Segundos fuera para 'el Donald'
Como pocos consigue Trump ser el centro de todas las miradas. Como aquí, en el ring de lucha libre. Aúna el espíritu empresarial y el del espectáculo. Con su programa televisivo de entretenimiento 'El aprendiz', contrataba y ponía a prueba a jóvenes candidatos. Su frase favorita: "¡estás despedido!".
Imagen: Getty Images/B. Pugliano
Trump en política
Apenas se había preocupado de la política anteriormente: sin embargo, el 16 de junio de 2015 anunció que se presentaba a la carrera electoral republicana. Su lema: "hagamos a América grande de nuevo". En su campaña le acompaña su familia y en ella carga contra inmigrantes, musulmanes, mujeres… y contra sus competidores.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Lane
Una administración digna
¿Puede un populista 'showman' convertirse en el líder del mundo libre? Muchos no pueden ni imaginarse. Pero la historia de Donald J. Trump también muestra que este hombre tiene una capacidad camaleónica de transformarse.