Donald Trump y Benjamin Netanyahu muestran unidad y hablan sobre un "acuerdo último" para la paz en Cercano Oriente. Carsten von Nahmen opina que, en realidad, no tienen ningún plan realista para lograrlo.
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La política siempre forma parte del show-business. Por eso no es extraño que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se abrumaran mutuamente con declaraciones de amistad y alabanzas sobre el poder de liderazgo de cada uno de ellos.
El mensaje es el siguiente: "Miren, he aquí dos hombres de Estado que se entienden muy bien entre ellos y que son capaces de lograr algo juntos. Dos líderes que, tras los tortuosos años de conflicto entre Netanyahu y el predecesor de Trump, Barack Obama, abrirán un nuevo y brillante capítulo en las relaciones entre Israel y Estados Unidos. Dos políticos que se ocuparán del régimen de Irán y sus planes nucleares, que vencerán al terrorismo islámico y que incluso quizá lograrán llevar la paz a todo Cercano Oriente".
Búsqueda desesperada de titulares positivos
Ambos políticos necesitan titulares de prensa positivos. Trump incluso más que Netanyahu: su consejero de Seguridad Nacional se vio obligado a dimitir tras solo 24 días en el cargo, los medios y el Parlamento hacen preguntas incisivas sobre la relación del equipo de Trump con Rusia, hay burlas sobre los errores de formulación en el decreto de inmigración, y el propio presidente se vio obligado a retirar la nominación de su secretario de trabajo por falta de apoyo incluso en sus propias filas. No han pasado ni cuatro semanas desde la toma de posesión de Trump y la Casa Blanca ya está en crisis, aunque el propio presidente nunca lo reconocería.
¿Y Netanyahu? Él tiene problemas de otro tipo. Los elementos más radicales de su inestable coalición de gobierno de derechas exigen la anexión de la Cisjordania ocupada y los representantes de los colonizadores ahora están decepcionados porque Estados Unidos al final no apoya una política rigurosa de asentamientos en las áreas ocupadas. La colaboración entre el nuevo presidente de EE.UU. y el primer ministro israelí, que se conocen desde los años 80, refuerza la posición de Netanyahu en casa, ya que de nuevo puede presentarse como persona de confianza del gran aliado, así como garante de la seguridad de Israel.
Iniciativa de paz como maniobra de distracción
Pero tiene que haber resultados o, por lo menos, imágenes positivas y quizá incluso un par de ideas buenas para lograr la paz en Cercano Oriente. En esta categoría, se puede incluir la celebración de una nueva ronda de negociaciones no solo con israelíes, palestinos (y Estados Unidos), sino también con algunos Estados árabes vecinos, como Jordania y Egipto.
Netanyahu llamó a estos países "nuestros nuevos socios árabes”, con la observación -no del todo injustificada- de que los Gobiernos de estos y otros países, como, por ejemplo, Arabia Saudí, consideran la amenaza de los extremistas islámicos, al menos de forma no oficial, más urgente que el rechazo de la política de Israel en las zonas ocupadas.
¿Uno o dos Estados?
El único problema es que eso son los cálculos que se hizo Netanyahu. Pero la amplia mayoría de la opinión pública del mundo árabe no aceptará una "solución regional” que pueda perjudicar a los palestinos. Y hasta los autoritarios regímenes árabes deben tener en cuenta esas voces.
Lo mismo rige para la segunda idea que se lanzó durante la rueda de prensa de Trump y Netanyahu: la solución para el conflicto entre israelíes y palestinos no pasa necesariamente por la creación de dos Estados. También sería posible la solución de un solo Estado. "Podría vivir con ello”, dijo Trump, "si a israelíes y palestinos les parece bien”.
El "acuerdo último”
Pero ¿cómo sería esa solución, ese "acuerdo último”, como Donald Trump lo llamó? ¿Un Estado único desde el Mediterráneo hasta el Jordán? De ese modo, Israel perdería antes o después su identidad judía. ¿Una vuelta al estatus de 1967, con la Franja de Gaza como parte de Egipto y Cisjordania como parte de Jordania? ¿O una administración autónoma palestina sin Estado?
Todo eso no es realista. Y lo cierto es que ni "Donald” ni Benjamin "Bibi” Netanyahu tienen un plan realista para una auténtica solución pacífica en Cercano Oriente. Pero tampoco ese es su objetivo. Lo importante es que se publiquen bonitas imágenes y que el show siga adelante.
¿Quién gobierna en Estados Unidos?
Banqueros, generales y escépticos del clima conforman el gabinete de Donald Trump. Aquí un panorama del equipo original de asesores y ministros, en que ya ha habido algunas bajas.
Imagen: picture alliance/Newscom/R. Sachs
Los ministros y asesores de Donald Trump
Los asesores y ministros del multimillonario Donald Trump conforman juntos el más rico gabinete en la historia de los Estados Unidos. Muchos de ellos ganaron millones en el banco de inversiones Goldman Sachs. Trump nombró también a varios exgenerales como ministros, algo desacostumbrado en el país.
Imagen: picture alliance/Newscom/R. Sachs
Alexander Acosta, secretario del Trabajo
Nacido en Miami (Florida), Alexander Acosta es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad de Harvard. Acosta fue miembro de la Junta Nacional de Relaciones Laborales, trabajó como abogado en la División de Derechos Civiles durante el Gobierno del expresidente George W. Bush y, más recientemente, fue decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Florida.
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EE. UU.: Jeff Sessions, nuevo fiscal general
Jeff Sessions, senador por Alabama, fue confirmado por la Cámara alta estadounidense como fiscal general. Un largo debate –en el que los republicanos forzaron a callar a la senadora demócrata Elizabeth Warren para que no criticara a Sessions– terminó con 52 votos a favor y 47 en contra del septuagenario, una figura controvertida debido a sus posturas en materia de migración y de género. (8.2.2017)
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Steve Bannon, asesor jefe
Steve Bannon, periodista, fue jefe de campaña de Trump. Bannon es responsable de la página web de noticias "Breitbart News Network", de extrema derecha, racista y antisemita. El grupo mediático Bloomberg lo ha calificado de "uno de los más peligrosos estrategas políticos de Estados Unidos". Ganó millones como empleado de Goldman Sachs.
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Jared Kushner, primer asesor en la Casa Blanca
Jared Kushner es el esposo de la hija de Trump Ivanka. En realidad, un presidente no puede emplear a familiares. Kushner argumenta que eso no vale para puestos de asesores. Kushner es empresario inmobiliario y gestor de medios. En 2006 compró el periódico New York Observer, uno de los pocos diarios que apoya a Trump.
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Rex Tillerson, secretario de Estado
Rex Tillerson fue elegido para el cargo de secretario de Estado. El texano de 64 años es CEO de ExxonMobil desde 2006. Conoce a Vladímir Putin desde hace más de 20 años. Como jefe de la diplomacia, deberá decidir sobre las sanciones contra Rusia. Otros temas importantes: la guerra en Siria, las relaciones con China y las provocaciones de Corea del Norte.
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Scott Pruitt, secretario de Medio Ambiente
Donald Trump eligió como nuevo responsable de la política medioambiental de Estados Unidos a Scott Pruitt; un veterano fiscal de Oklahoma que no cree en la contribución del ser humano al cambio climático y que ha dedicado los últimos años a bloquear en los tribunales las regulaciones de Barack Obama para luchar contra el calentamiento global.
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Linda McMahon, titular de la Agencia para el Desarrollo de la Pequeña Empresa
Hace nueve años, Donald Trump afeitó la cabeza del marido de la magnate de la lucha libre Linda McMahon, en directo y por televisión; y ahora la designó para dirigir la Small Business Administration, una posición a nivel de gabinete encargada de las pequeñas empresas. McMahon está casada desde hace 50 años con el multimillonario Vince McMahon.
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Ryan Zinke, secretario de Interior
En EE. UU., el ministerio del Interior nada tiene que ver con seguridad interna. De ello son responsables el Ministerio de Seguridad Nacional y la Justicia. Tarea de Zinke es controlar un quinto de los terrenos públicos, entre ellos los parques nacionales. Zinke aboga por reducir los controles ambientales, por ejemplo, en relación con la explotación de petróleo y la mineria.
Imagen: Reuters/N. McDermid
Michael Flynn, asesor de Seguridad Nacional
El primer asesor de Donald Trump en Seguridad Nacional es el exgeneral Michael Flynn. Durante la campaña, Flynn calificó a Barack Obama de "mentiroso", dijo que la Justicia está corrompida y comparó a Hillary Clinton con las milicias de Al Qaeda. Otros generales lo han criticado por sus posiciones en política de seguridad y está considerado hoy un "outsider".
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Dan Coats, jefe de Inteligencia Nacional
El jefe de Inteligencia Nacional es Dan Coats. Es el principal asesor en temas de inteligencia y supervisa y coordina las acciones de todo el aparato militar y civil de los servicios de información y de espionaje. El exsenador fue embajador de Estados Unidos ante Alemania durante el primer gobierno del presidente George W. Bush. A diferencia de Trump, está considerado un crítico de Rusia.
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Rick Perry, secretario de Energía
Donald Trump eligió al exgobernador de Texas Rick Perry como su secretario de Energía. El político de 66 años fue uno de los rivales de Trump en las primarias del Partido Republicano. Perry se retiró prematuramente. Apoya a la industria del petróleo. Su objetivo es asegurar la independencia energética de EE. UU. a todo precio.
Imagen: dapd
Sonny Perdue, secretario de Agricultura
El veterinario Sonny Perdue fue gobernador de Georgia desde 2003 hasta 2011, y previamente, legislador de su estado. Es republicano desde 1997. Anteriormente había apoyado a los demócratas. Fundó una empresa de exportación .Los críticos lo acusan de recibir sueldos de grandes grupos agrícolas y químicos.
Imagen: picture alliance/dpa/A. Lohr-Jones
Mike Pence, vicepresidente
Pence es un político experimentado. Luego de trabajar como abogado y conducir un programa de radio de corte conservador, trabajó doce años en la Cámara de Representantes antes de convertirse en gobernador de Indiana, en 2013. Se opone al aborto y al matrimonio homosexual. Se describe como "cristiano, conservador y republicano", en ese orden.
Imagen: Reuter/S. Morgan
Jeff Sessions, secretario de Justicia
Senador de Alabama, fue uno de los primeros en manifestar su apoyo a Trump. Se le conoce por su línea dura contra la inmigración. Además es acusado de racismo. Aún no fue confirmado en el cargo. Sally Yates, ministra interina en el cargo, fue expulsada por Trump del Gabinete el 30.01.2017 por oponerse a la prohibición de entrada al país de ciudadanos de algunos países mayoritariamente musulmanes.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Samad
John Kelly, secretario de Seguridad Nacional
Especial conocedor de América Latina, lideró de 2012 a 2016 el Comando Sur de EE. UU., encargado desde el combate al crimen organizado hasta la ayuda en desastres naturales, pasando por entrenamientos de militares de América Central, del Sur y el Caribe. Fur supervisor de la controvertida prisión militar de Guantánamo. Su hijo mayor fue muerto en Afganistán durante un combate en 2010.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Balce Ceneta
Ben Carson. secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano
Carson es un neurocirujano retirado. Una de sus primeras incursiones en la política fue como opositor a Trump en las primarias republicanas. Durante la campaña, Carson hizo controvertidas declaraciones acerca de la evolución y el cambio climático. La homosexualidad es en su opinión una decisión voluntaria.
Imagen: Getty Images/C. Somodevilla
Betsy DeVos, secretaria de Educación
DeVos es promotora de las llamadas "charter schools", instituciones escolares financiadas con fondos públicos pero operadas de manera privada. Desde hace mucho hace generosas contribuciones al Partido Republicano y su suegro es Richard DeVos, multimillonario, fundador de la empresa Amway. Quiere animar a los padres a enviar a sus hijos a escuelas privadas en lugar de las públicas.
Imagen: Picture-Alliance/AP Photo/C. Kaster
Mike Pompeo, director de la CIA
Mike Pompeo, diputado por Kansas, es el nuevo director de la CIA. Durante la campaña, fue uno de los más duros críticos de Hillary Clinton. El anterior director de la CIA, John Brennan, advirtió a Trump de que sería "desastroso" y una "locura" abandonar el acuerdo nuclear con Irán, como quiere Pompeo. Trabajó como abogado, fundó una empresa de seguridad y trabajó en la industria del petróleo.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Loeb
James Mattis, secretario de Defensa
El secretario de Defensa, el general retirado James Mattis, no sólo es conocido por sus capacidades como soldado o estratega, sino por sus polémicas declaraciones. Apodado "perro loco", a Mattis se le atribuye la frase: "Sé educado, pero ten un plan para matar a todo el que te encuentres". Es adversario del acuerdo atómico con Irán.
Imagen: Getty Images/D. Angerer
Steven Mnuchin, secretario de Hacienda
Steven Mnuchin es un exbanquero. Fue jefe de Finanzas deTrump durante la campaña. Es considerado un insider de Wall Street y un defensor de una "mano flexible" con bancos y fondos. Mnuchin quiere rebajar el impuesto a las empresas a un 15 por ciento y simplificar las declaraciones impositivas para ciudadanos con ingresos medios.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/C. Kaster
Tom Price, secretario de Salud
Tom Price, un acérrimo crítico de la reforma sanitaria de Barack Obama, es el secretario de Salud de Trump. Este médico, nacido en Atlanta (Georgia) lleva años haciendo campaña para abolir el aborto. Anteriormente fue presidente de la comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados.
Imagen: Reuters/J. Roberts
Wilbur Ross, secretario de Comercio
Wilbur Ross es un inversionista multimillonario. Ross es conocido por comprar empresas de acero y del carbón y revenderlas para obtener ganancias múltiples. Tiene tanta mala fama que lo llaman "el rey de las bancarrotas". En el banco de inversiones Rothschild fue especialista en quiebras de empresas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Lennihan
Nikki Haley, embajadora ante las ONU
Nikki Haley, gobernadora más bien moderada de Carolina del Sur, es hija de inmigrantes indios. Aunque Haley no hizo activamente campaña con Trump, fue escogida por él para presentar una cara amable ante el mundo.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Reynolds
Elaine Chao, secretaria de Transporte
Elaine Chao fue secretaria de Trabajo durante el Gobierno de George W. Bush y es esposa de Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Congreso. Nació en Taipei, Taiwán. Es una de las pocas mujeres en el entorno político de Trump. Los sindicatos la acusan de tratar con preferencia a empresas y grupos económicos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/C. Kaster
Reince Priebus, jefe de Gabinete
Reince Priebus está considerado el arquitecto de la victoria de Trump. Como jefe de Gabinete, está al tanto de todas las actividades de Trump. Este experimentado político mantiene estrechas relaciones con la cúpula del Partido Republicano, particularmente con el presidente de la Cámara de Diputados, Paul Ryan.