A las políticas progresistas no siempre acompaña la actitud
1 de septiembre de 2018
Una política alemana fue a trabajar con su bebé de 6 semanas. La reacción del presidente del parlamento estatal demuestra que el país aún tiene un largo camino por recorrer en cuanto a igualdad de género.
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"Si quieren niños", les digo a mis amigos en el extranjero, "¡vengan a Alemania!: Un año pagado de licencia por paternidad. Un derecho legal a la guardería. Y los parques de juego son excelentes". "Sí, sí, sí", responden con tono condescendiente. "Y tienen una jefa de Gobierno que desde hace tiempo no tuitea. Es un gran país. Estamos de acuerdo".
Es fácil sonar engreído cuando se describen las políticas de Alemania favorables a la familia a quienes están en lugares lejanos. En Irlanda, de donde soy, la constitución todavía hace referencia a los "deberes en el hogar" de una mujer y el costo del cuidado infantil es tan alto que a menudo no hace financieramente viable que ambos padres trabajen.
Pero antes de dejarnos llevar mucho por el ideal teutónico, en el que las mujeres se mueven sin esfuerzo desde la maternidad hasta los niveles corporativos y políticos más altos, permitamos que los hechos nos desvíen brevemente.
Una realidad diferente
La canciller Angela Merkel no refleja la realidad de las mujeres y el liderazgo en Alemania. De hecho, el país tiene una clasificación pobre en mediciones internacionales de representación femenina en juntas corporativas. Y el año pasado, gracias en parte a la llegada del partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD), dominado por hombres, la proporción de mujeres en el Parlamento nacional cayó a su punto más bajo en 19 años.
"¿Cómo puede ser esto?", nos preguntamos. ¿Cómo puede un país con políticas tan progresistas estar tan lejos del matriarcado para el que parece estar destinado?
Para descubrirlo, realicemos un experimento mental. Imagine que es un político mujer en el estado de Turingia, en el este de Alemania. El receso de verano acaba de terminar y el parlamento estatal reanudó sus actividades. Lleva su bebé de seis semanas al trabajo.
¿Cómo reacciona el presidente del parlamento, Christian Carius?:
a) Se deshace en elogios por su bebé y le ofrece sus más sinceras felicitaciones por la hazaña que es la maternidad.
b) Le ordena que se vaya inmediatamente, alegando que la Cámara no es lugar para un niño.
c) Se ofrece a cuidar el niño para que usted pueda disfrutar de una noche en Erfurt.
Lo adivinó. O tal vez no. La ventaja de este experimento mental es que puede comparar su respuesta con eventos de la vida real.
¿No hay lugar para bebés?
Cuando la política del partido Los Verdes Madeleine Henfling llegó al trabajo, Christian Carius, que tiene un hijo y es miembro del partido conservador de Merkel, la CDU, de hecho la felicitó por el nacimiento de su bebé. Luego le dijo que se fuera. La Cámara no es un lugar apropiado para bebés, dijo, y agregó que las luces brillantes y el ruido representaban un riesgo para la criatura.
Los colegas de Henfling de Los Verdes y del partido La Izquierda salieron en su defensa y uno de ellos acusó a Carius de tratarla como un miembro de segunda clase del parlamento. Como era de esperar, el asunto provocó un animado debate en las redes sociales. La exministra de familia de Alemania, Kristina Schröder, también de la CDU, intervino para defender a Henfling, alegando que no se trataba del costo del cuidado de los niños, sino del hecho de que los bebés recién nacidos a menudo solo podían ser consolados por sus padres.
Al final, el Parlamento de Turingia llegó a un acuerdo. Por los próximos tres días, durante los cuales Henfling no podrá votar, un miembro conservador del parlamento -incidentalmente una mujer- se abstendrá de votar con el objetivo mantener el equilibrio. En otras palabras, las voces de dos mujeres serán silenciadas.
La realidad de la paternidad y el trabajo
Pero espere, le oigo decir: "¿Por qué Madeleine Henfling vino a trabajar en primer lugar? ¿No debería haber estado en casa sacándole provecho al generoso permiso parental de Alemania?".
Buena pregunta. Bueno, no podía, porque los miembros del parlamento no tienen derecho a la licencia por paternidad o maternidad, un hecho muy sorprendente que sugiere que las políticas favorables a la familia de Alemania no son una prioridad en el mismo lugar en que se forjan. Pero incluso si Henfling hubiera podido tomarse un año de vacaciones con sueldo, podría haber decidido ir a trabajar. Después de todo, allí es donde tiene el poder de cambiar las cosas.
Si lo hizo para demostrar algo, su experiencia ha mostrado lo que le sucede a muchas mujeres cuando les presentan a sus jefes la desordenada realidad de unir la maternidad con sus trabajos. Las políticas progresistas y las actitudes no siempre van de la mano.
Los bebés son cosas complicadas. Lloran y escupen, chupan y vomitan. Y por esa misma razón, pertenecen tanto a la vida pública como a la privada... Y nos recuerdan todas las promesas que nos depara el futuro.
Autora: Kate Ferguson (rrr/lgc)
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Las conquistas de las mujeres alemanas
Desde el derecho a voto a la igualdad salarial. En los últimos años, las mujeres alemanas han luchado para romper con las convenciones y abrirse espacios antes impensados.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Derecho a voto
En 1918, el Consejo de Diputados de Alemania proclamó: "Todas las elecciones se realizarán con sufragio secreto, directo y universal para todas las personas de sexo masculino y femenino de al menos 20 años de edad". Esto llevó a que las mujeres pudieran votar, por primera vez, en las elecciones a la Asamblea Nacional, en enero de 1919.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Ley de Protección a la Maternidad
Esta ley entró en vigor en 1952 y ha sufrido varias modificaciones. El objetivo de ella es asegurar la máxima protección posible a la salud de la mujer y de su hijo durante el embarazo, el parto y el período de lactancia. Las mujeres no podrán verse perjudicadas en la vida profesional debido al embarazo ni su puesto de trabajo ser amenazado por su decisión de ser madre.
En 1971, Alice Schwarzer publicó un artículo en la revista Stern donde 374 mujeres confesaron haber interrumpido un embarazo, entre ellas Romy Schneider. Esto hizo que miles de mujeres salieran a las calles a protestar a favor del derecho a decidir. En 1976, la coalición social-liberal aprobó la despenalización del aborto por causales durante los tres primeros meses de gestación.
Imagen: Der Stern
Más estudiantes y profesoras en las universidades
En 1966 se realizó en Berlín la "Primera Universidad de Verano para Mujeres". Las precursoras de la idea exigían un aumento en el número de mujeres entre el estudiantado y el profesorado, que entonces era del 3 por ciento. En 1970, la cifra llegó al 9 por ciento. Actualmente alcanza el 48 por ciento. En 1999, el número de profesoras era de cerca de 4 mil. Hoy son 11 mil en todo el país.
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"Obligada al servicio doméstico"
En 1977 se aprobó la nueva Ley de Matrimonio. Hasta entonces, la mujer estaba "obligada al servicio doméstico" y solo podía trabajar fuera de casa si ello no interfería en sus tareas del hogar y siempre que el marido lo consintiese. En 2014, el 70 por ciento de las mujeres trabaja fuera de casa. En los hogares con hijos, la mujer contribuye con un promedio de 22,6 por ciento de la renta familiar.
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Igualdad salarial
En 1979, 29 funcionarias demandaron al laboratorio fotográfico Heinze, en Gelsenkirchen, para que se les reconociera el derecho a tener la misma remuneración por igual trabajo. Y ganaron. En 1980, el Parlamento aprobó una ley sobre igualdad en el trato de hombres y mujeres en el trabajo. Pero queda mucho por hacer: en 2018, las mujeres ganan aún un 21 por ciento menos que los hombres.
Imagen: picture-alliance/chromorange
Pilotando aviones
En 1986, la compañía aérea alemana Lufthansa permitió, por primera vez, que dos mujeres pudieran completar su formación como pilotos. Se trataba de Erika Lansmann y Nicola Lunemann (en la foto). Hoy, en las diversas filiales de la compañía aérea, 417 mujeres son copilotos y 114, comandantes.
Imagen: Roland Fischer, Lufthansa
Trabajo nocturno
En 1992, el Tribunal Constitucional Federal revocó la prohibición de trabajo nocturno para las mujeres. El tribunal declaró que la supuesta protección que les daba esa ley estaba asociada a salarios más bajos y "desventajas considerables" para las mujeres. En la antigua Alemania Oriental, ellas estaban autorizadas a realizar todo tipo de funciones, a toda hora del día y de la noche.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gerten
Sexo sin consentimiento
En 1997, la violación dentro del matrimonio pasó a ser considerada un delito. El Parlamento decidió por una mayoría aplastante que los maridos no tenían derechos especiales sobre sus esposas. La idea de que un ataque sexual en el matrimonio era una "ofensa menor" fue abolida. Todos los actos sexuales forzados pasaron a ser penalizados como violación.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Kästle
Mujeres en la política
Tras alcanzar el derecho a voto en casi todo el mundo, el nuevo desafío de las mujeres es alcanzar la misma proporción de participación política que los hombres. En 1949, el porcentaje de mujeres en el Parlamento era de un 6,8 por ciento. Actualmente es del 30,7. La primer mujer en liderar el Gobierno federal en Alemania fue Angela Merkel, en 2005. En 2018 alcanzó su cuarto mandato como canciller.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Kappeler
Tareas domésticas
En la actualidad, las mujeres alemanas también luchan por mayor igualdad en las tareas domésticas y cuidado de los hijos. En 1965, ellas limpiaban y cocinaban una media de 4 horas diarias, mientras los hombres sumaban 17 minutos. En 2001, las cifras eran 2,5 horas ellas, 49 minutos ellos. En la actualidad, las mujeres gastan un 60 por ciento más de tiempo en las labores domésticas que los hombres.
Imagen: Imago/O. Döring
El futuro
Para despertar el interés de las niñas en profesiones antes consideradas masculinas, especialmente en la industria, desde 2001 las empresas alemanas invitan a las mujeres de quinto año al "Girls day". Esta iniciativa es considerado el mayor proyecto de orientación profesional del mundo, y cada vez más mujeres deciden, por ejemplo, seguir carreras en el área de las ciencias exactas en Alemania.