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Opinión: Enfrentamiento de los machos alfa

9 de marzo de 2018

Antes se amenazaban y se burlaban mutuamente. Ahora quieren reunirse de repente. El encuentro entre el presidente estadounidense Trump y el líder norcoreano Kim marca un giro más que sorprendente, dice Alexander Freund.

Bildkombo Kim Jong Un und Donald Trump
Imagen: Reuters/KCNA//Reuters/L. Jackson

Todos aplauden, incluso China y Rusia. La reunión acordada entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, representaría un hito histórico.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, describió el encuentro como "casi un milagro". En gran medida, Moon merece el crédito por este aparente acercamiento.

La política de distensión del líder de Corea del Sur, que inicialmente fue duramente criticada, se basa en una combinación equilibrada de sanciones estrictas y la voluntad de hablar.

Un encuentro entre los dos machos alfa, Trump y Kim, sería presumiblemente un espectáculo mediático y cada uno puede presentarse como el ganador. Trump podría alegar que su forma dura de abordar las cosas y su discurso belicoso hacia Corea del Norte dio resultado e hizo entrar en razón al "hombre cohete".

Por su parte, Kim Jong-un se presentará a sí mismo ante su aislado pueblo como un líder victorioso, señalando que, con la ayuda de sus pruebas nucleares y misilísticas, finalmente logró que el "viejo estadounidense mentalmente desquiciado" entable conversaciones directas con el líder norcoreano.

Alexander Freund, de DW.

Inteligente maniobra diplomática

Todavía existen dudas sobre las afirmaciones de Corea del Norte de que había probado una bomba de hidrógeno o que puede alcanzar el territorio estadounidense con sus misiles.

Pero las acciones y el discurso de Pyongyang han tenido efecto: ahora se toma en serio a Corea del Norte, quien se ha conducido con éxito hacia la mesa de negociaciones.

El régimen de Kim ha aprendido una lección del pasado reciente y bajo ninguna circunstancia quiere sufrir el mismo destino de Saddam Hussein en Irak o Muamar el Gadafi en Libia.

Es por eso que el "tipo muy inteligente", como Trump llamó a Kim al comienzo de su presidencia, quería con desesperación maximizar el potencial de amenaza de Corea del Norte. Por supuesto, las sanciones que siguieron han golpeado duramente al ya empobrecido país, pero de todos modos, el oprimido pueblo de Kim ha estado acostumbrado a la privación durante décadas.

Crear confianza mutua y reconciliación llevará mucho tiempo 

Imagen: Getty Images/South Korean Presidential Blue House

Por lo tanto, más allá de los machos alfa, es importante ver qué cambiará en las áreas que más les importan a los ciudadanos de a pie. ¿Podrán vivir en paz y con seguridad? ¿Podrán verse de nuevo las familias que han estado separadas durante décadas? ¿Desarrollarán los dos Estados relaciones armoniosas de forma gradual e incluso tal vez se reúnan en el futuro previsible?

Dicha reunificación sería algo deseable, después de todas estas dolorosas décadas en la historia de Corea.

Pero la brecha entre el Norte y el Sur es mucho mayor ahora que la que existía entre Alemania Occidental y Alemania Oriental al momento de su reunificación. El régimen norcoreano ha aislado y oprimido a su pueblo sistemáticamente, incluso con campos de concentración.

En este contexto, la próxima reunión de los dos líderes coreanos, así como el enfrentamiento entre Trump y Kim, pueden ser hitos importantes. Pero crear confianza mutua y reconciliación llevará mucho tiempo y solo puede tener éxito si se hace rendir cuentas a los malhechores, algo que los alemanes conocemos bastante bien. Para entonces, Trump y Kim serán historia.

Autor: Alexander Freund (RRR/VT)

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