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Opinión: Erdogan indigna a alemanes y turcos

Seda Serdar 7 de junio de 2016

El presidente Erdogan consternó a los alemanes con sus declaraciones. En su país, Turquía, ya casi se han acostumbrado a sus salidas de tono. Las mujeres del AKP tendrían que ponerlo en su sitio, opina Seda Serdar.

Imagen: Getty Images/AFP/A. Altan

Puede ser que los parlamentarios alemanes creyeran que las relaciones turco-germanas se desarrollarían siempre satisfactoriamente, que solo se toparían con algún que otro bache en el camino. Pero lo que ha sucedido tras la resolución del Bundestag sobre el genocidio armenio, tendría que servir a todos de lección. Incluso los más escépticos no contaban con que el presidente Recep Tayyip Erdogan llegaría a negar las raíces turcas a los diputados alemanes de procedencia turca. Y a exigir en serio un análisis de sangre a los parlamentarios que votaron a favor de la resolución.

Las declaraciones de Erdogan no son aceptables, incluso teniendo en cuenta que el horror que tuvo lugar desde 1915 hasta 1923, continúa siendo un tema cargado de mucha emocionalidad en Turquía. Por otro lado, para los que conocen muy bien sus declaraciones, estas no son realmente sorprendentes. Él cree que tiene el derecho de expresar todas estas opiniones. Quien ponga el grito en el cielo por sus ideas, tiene que afrontar las consecuencias. Desde la pérdida del puesto de trabajo hasta el encarcelamiento. En fin, ahora Europa puede experimentar en carne propia lo que soportan los críticos del AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) desde hace más de una década. Erdogan anhela manipular a los diputados alemanes con raíces turcas, pero este deseo no se le cumplirá nunca.

Parece ser que la reactiva política de exteriores turca conduce a que haya más tensiones entre ambos países. El Gobierno turco debe cuestionarse cómo manejará en el futuro los asuntos, sobre los que tiene una perspectiva propia, pero al mismo tiempo le urge la aprobación internacional. Dar discursos incendiarios para intentar así llevar a la Comunidad Internacional a su propio terreno, no será en ningún caso suficiente.

¿Por qué se humilla a 38 millones de personas?

El presidente Erdogan no solo ha causado indignación internacional, sus comentarios sobre las mujeres también han causado revuelo en Turquía. Pero, ¿por qué quiere alguien ofender a la mitad de su país? Casi la mitad de la población turca es femenina. Sin embargo, Erdogan decidió humillar a alrededor de 38 millones de personas, al explicar que las mujeres que no son madres, deberían considerarse “incompletas”. Que algunas mujeres le aplaudieran, al pronunciar estas palabras indecibles, es por cierto aún más impactante.

Aunque se sabe desde hace tiempo que Erdogan cree que cada mujer turca debería traer tres hijos al mundo, la discusión, tras sus declaraciones, sobre el papel de la mujer en la sociedad alcanzará una nueva dimensión. Por primera vez, las asociaciones de mujeres han protestado. Y aunque sea muy valioso y necesario, no es suficiente. Esta visión arcaica de las cosas debe cambiar y para ello es necesaria la ayuda de las mujeres en el AKP.

Aunque el partido haya recalcado que ha dispuesto leyes para reforzar los derechos de las mujeres y protegerlas contra la violencia, la realidad que se percibe es otra. Parece imposible llenar de vida las nuevas leyes mientras días tras día los dirigentes del partido y del Estado propaguen ideas totalmente opuestas. Mientras que el presidente del país se complazca en definir el valor de las mujeres solo por su tasa de natalidad, es decir, en convertir una decisión totalmente personal en un asunto público, ¿cómo podrá haber alguna vez igualdad de género dentro de la sociedad?

Para leer el artículo en alemán, por favor, haga clic en el enlace.

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