EE. UU.-Corea del Norte, ¿podemos dormir tranquilos?
7 de julio de 2018
¿Puede el mundo dormir bien, como dijo Trump tras reunirse con Kim Jong-un? Después de todo, Washington y Pyongyang están conversando. Pero nada está todavía claro en cuanto al desarme nuclear, afirma Peter Sturm.
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Para Donald Trump, todo quedó aclarado la noche del 12 de junio en Singapur, como siempre le pasa, gracias a él. El mandatario había poco menos menos que comenzado el desarme nuclear en Corea del Norte. El esfuerzo de décadas de sus predecesores para lograr este objetivo de repente parecía inútil. ¡El mundo y aparentemente Corea del Norte solo estaban esperando que llegara él!
Ya van más de tres semanas desde aquella cita y evidentemente nada ha pasado todavía. Quizás ni siquiera Trump había esperado seriamente que fuera así. Después de todo, es positivo que las conversaciones entre Washington y Pyongyang continúen. El secretario de Estado, Mike Pompeo, llegó a la capital norcoreana el viernes. Él y otros deben tratar ahora de sacarle algo a la declaración de la cumbre de Singapur. Hasta ahora nada se ha resuelto. Incluso hubo informes el fin de semana pasado de que Corea del Norte, a pesar del desarme, sigue enriqueciendo uranio.
Eso puede ser considerado astuto. Desde el punto de vista de Corea del Norte, solo es consecuente. Aunque Pyongyang logró mucho en Singapur: Trump suspendió las maniobras militares de Estados Unidos y Corea del Sur, incluso clasificándolas como "provocadoras", adoptando así un lenguaje común en Pyongyang (y Pekín) durante décadas. Pero tal decisión puede revertirse.
Crear poder de negociación
Corea del Norte necesita, en el sentido literal, el mayor poder de negociación posible. Tendrá que renunciar a parte de su programa de armas nucleares. Todavía es poco probable que pueda estar lista para el desarme nuclear completo en el futuro inmediato. En tal situación tiene sentido, por ejemplo, tener disponible una gran cantidad de uranio altamente enriquecido. Si es necesario, podría transferirse a los estadounidenses o a la Agencia Internacional de Energía Atómica en un gesto grandilocuente, sin debilitar significativamente el programa de armas.
Estas son las dificultades que enfrenta Mike Pompeo en Corea del Norte. Donald Trump eventualmente estará interesado en el tema nuevamente. Y luego se demostrará si el mundo puede realmente dormir bien, como comentó el presidente después de la cumbre.
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El encuentro de Trump y Kim en imágenes
Esto es lo que estaba esperando el mundo: por primera vez, un presidente estadounidense se reúne con un dictador norcoreano. La reunión entre Trump y Kim es histórica, pero también es un hecho atípico.
Imagen: Reuters/The Straits Times/K. Lim
Un negociador se encuentra con un dictador
Por un lado, un jefe de Estado, odiado por muchos, que se jacta de su ejército y su arsenal nuclear y, por supuesto, sigue con su retórica ofensiva. Por el otro, el dictador norcoreano que hace pasar hambre a su pueblo y asusta al mundo continuamente con sus ensayos nucleares. Como lo indican la mayoría de los observadores, esta reunión es atípica.
Imagen: Reuters/J. Ernst
“Pequeño hombre cohete” y “viejo lunático”
No hace mucho, Donald Trump y Kim Jong-un se insultaban en los medios. Trump llamaba a Kim “pequeño hombre cohete” y Kim llamaba a Trump “viejo lunático”. Pero esto quedó en el pasado. Hoy se elogian por todo lo alto. Después de todo, lo que está en juego es la paz mundial.
Imagen: Reuters/The Straits Times/K. Lim
Prohibido empujar
Los ojos del mundo están puestos en Trump y Kim. Para esta reunión se acreditaron alrededor de 5.000 periodistas de todo el mundo. A raíz de sus cortes de pelo y peinados se han hecho muchas bromas, pero hoy se ven perfectos.
Imagen: Reuters/J. Ernst
Apretón de manos
Conociendo a Trump y a Kim el mundo esperaba que algo saliera mal, que se insultaran o que llegaran tarde. Sin embargo, en esta oportunidad todo salió a la perfección. Se dieron la mano cordialmente y se hablaron respetuosamente.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/E. Vucci
El Mercedes Clase S de Kim
El vehículo oficial del dictador de Corea del Norte es un Mercedes Clase S, con ventanas oscuras, banderas coloridas y sin patente. Las calles están cerradas para la circulación normal de los autos. De ese modo, la limusina recién pulida fue el foco de atención.
¿El auto de Trump es más grande que el de Kim? Las banderas que flamean son más grandes, más llamativas y el automóvil de Trump tiene más tecnología. Se trata de una limusina blindada a prueba de balas de nueve toneladas. Puede circular por las calles de Singapur, pero Trump no quiere que se la vea en Nueva York.
Imagen: picture-alliance/ZUMAPRESS.com
Los automóviles en primer plano
En este día histórico, los automóviles no fueron una cuestión menor. Trump le mostró a Kim su coche, y este echó un vistazo al interior. Solo faltaba que dieran un paseo juntos. A Kim le podría interesar este vehículo, ya que es antibombas y él tiene miedo a los ataques.
Imagen: Reuters/Host Broadcaster
Pagar con el (buen) nombre
Kim Jong-un tiene un avión, pero no lo llevó a Singapur, por lo cual ordenó un avión chino. ¿Y quién paga el costoso alojamiento de Kim? Singapur estuvo de acuerdo con afrontar los gastos. Es su contribución a este encuentro histórico, y, también, a la paz mundial. Un dictador no necesita dinero.
Imagen: picture-alliance/dpa/Ministry of Communications and Information of Singapore/T. Tan
Una selfie con el dictador
La noche anterior al encuentro con Trump, Kim visitó algunos lugares, incluso el espectacular hotel Marina Bay Sands. El ministro de Asuntos Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, se tomó una selfie con Kim Jong-un. Ayer era un dictador brutal, y hoy es aclamado como una estrella pop.