Trump está aplicando una política de "cero tolerancia" hacia los inmigrantes. Más de 2.000 niños han sido separados de sus padres. ¿En dónde quedaron los valores de Estados Unidos?, se pregunta Christina Bergmann.
Publicidad
No sé por dónde empezar. ¿Por las mentiras con las que el gobierno de EE. UU. intenta culpar , de nuevo, a otros? ¿O por la hipocresía de aquellos que juran por la Biblia y patean a los más débiles? ¿O por un presidente que no respeta nada ni a nadie para imponer sus intereses, y ni siquiera se inmuta tomando a niños de inmigrantes como rehenes?
Sí, es cierto que este gobierno de EE.UU. no ha ordenado explícitamente que los niños sean separados de sus padres en la frontera, como ha señalado correctamente Kirstjen Nielsen, Secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU.
La ley para procesar a inmigrantes ilegales no ha cambiado formalmente en los últimos meses. Y sin embargo, o tal vez por eso, el gobierno de Trump no puede evadir la responsabilidad de lo que está sucediendo en la frontera entre EE. UU. y México. Se debe a su "política de tolerancia cero", anunciada por el secretario de Justicia, Jeff Sessions, que todos estén siendo arrestados en la frontera.
Los inmigrantes, ¿criminales?
De acuerdo con esta política, ahora se supone de entrada que los inmigrantes han cometido un delito, ya sea que viajen solos o con niños, independientemente de que deseen o no solicitar asilo, tengan o no un pasado criminal.
Y eso significa que los padres sean invariablemente acusados y detenidos. Los niños de El Salvador, Honduras o Guatemala son separados de sus familias. Más de 100 de los niños y niñas separados de sus padres en abril y mayo tenían menos de cuatro años. ¿Qué tipo de persona se tiene que ser para justificar tal procedimiento?
Bajo la administración de Obama, las familias eran separadas solo en circunstancias excepcionales, la mayoría de ellas pudieron presentar su solicitud de asilo en Estados Unidos y esperar la decisión. En ese momento, el enjuiciamiento se centraba solo en miembros de pandillas y delincuentes.
Trump miente cuando afirma que los demócratas tienen la culpa de la situación. Aún más descarada es la afirmación de que los demócratas podrían cambiar esa situación, cuando son los republicanos los que tienen las mayorías; es decir, son los únicos que pueden cambiar las leyes. Pero los diputados republicanos prefieren bajar la cabeza y publicar lindas imágenes deseando un "Feliz Día del Padre". Más cinismo es imposible.
Niños rehenes
El cálculo de Trump es obvio: toma a los niños como rehenes y los usa como arma para obligar a los demócratas en el Congreso a apoyar una reforma migratoria, como él la quiere. Si quieren aliviar el sufrimiento de los niños, suena el mensaje, entonces aprueben leyes de inmigración más estrictas y un muro entre EE. UU. y México. Obviamente que no le importa atentar contra la esencia democrática del país. La culpabilidad por parentesco solo existe en las dictaduras, no en las democracias.
Pero encaja en su forma de pensar: después de todo, Trump tilda a los demócratas, como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de "débil”, y admira públicamente a dictadores como Kim Jong-un, de Corea del Norte, porque sus súbditos les rinden pleitesía.
Pero lo aterrador no es solo lo lejos que Donald Trump y su gobierno están dispuestos a ir. Aterrador es igualmente que el Partido Republicano permita que tantos estadounidenses aprueben los excesos. Aterrador es que cierren los ojos ante tantas mentiras e hipocresías, ante los ataques a la prensa y las instituciones democráticas que toleran su inhumanidad.
"Hacer que Estados Unidos sea grandioso nuevamente", prometía Donald Trump en su campaña electoral. Pero así, Estados Unidos no va a ser "grandioso”, sino "insignificante”.
Christina Bergmann (jov/el)
Refugiados hondureños arriesgan sus vidas para llegar a EE.UU.
Los refugiados de Centroamérica intentan llamar la atención sobre los abusos y ataques que sufren cuando intentan llegar a Estados Unidos. Sanne Derks los documentó en un albergue en Apizaco, México.
Imagen: Getty Images/D. McNew
En movimiento
La mayoría de los inmigrantes centroamericanos viajan en el techo de los trenes de mercancías. Los oficiales de migración controlan con más frecuencia los buses. Cruzar la frontera americana es un reto. En caso de que no puedan permitirse un "coyote", un traficante de personas, muchos transportan drogas para pagarse el trayecto hasta la frontera, controlada por los carteles del narcotráfico.
Imagen: DW/S. Derks
Jugándose la vida
Un tren en marcha puede ser peligroso. Alex García, granjero de profesión, perdió una pierna al tratar de bajarse de un tren en movimiento. Se está recuperando en un centro de acogida de refugiados y no sabe qué será de su vida después de haberse curado.
Imagen: DW/S. Derks
No llamar mucho la atención
Según Miguel Ángel (en la imagen), el peor riesgo en el camino es ser secuestrado por una banda de crimen organizado como, por ejemplo, los Zetas. La mayoría de los inmigrantes no tienen celulares o un portátil en caso de que sean atrapadados o extorsionados.
Imagen: DW/S. Derks
Un alivio tras el arriesgado viaje
Los inmigrantes tratan de encontrar cobijo a lo largo de la ruta en uno de los 52 albergues o centros de acogida en México. En Apizaco, pueden descansar 24 horas a excepción de cuando han resultado heridos o han sufrido accidentes. Los cuatro hombres de la imagen tienen permiso para quedarse por más tiempo, porque recibieron disparos o fueron heridos durante el viaje.
Imagen: DW/S. Derks
Esperando horas y horas
A veces, los inmigrantes tienen que esperar días para tomar el próximo tren. Delmín Flores (centro) y sus primos, Alejandro Deras y Luis Deras, están sentados al sol durante horas en frente del albergue. Se vieron obligados a abandonar la región cafetera en Honduras tras el desplome de los precios del café. De noche, corren el riesgo de ser atacados o asesinados por los traficantes de órganos.
Imagen: DW/S. Derks
Trepando para encontrar la seguridad
Muy pocos niños o mujeres realizan el viaje en tren. El riesgo de caer en mano de traficantes o ser violados es muy alto. Esta mujer y su hijo realizan el viaje acompañados de su marido, quien ha intentado cruzar la frontera más de 17 veces.
Imagen: DW/S. Derks
Heridas de balas
Herdín Varga cuenta cómo fue disparado por un guardia sobre el tren. Las balas lo hirieron en el brazo y en la garganta. Si la bala hubiera entrado un centímentro más a la derecha, hoy estaría muerto. Recibió el permiso de recuperarse en el albergue y seguir el viaje temporalmente por México en autobús
Imagen: DW/S. Derks
Rezando y pidiendo seguridad
El albergue fue fundado y financiado por el cura católico Ramiro Sánchez en 2010. Luego se convirtió en una organización civil, independiente del gobierno. Antes de que se sirva la comida, los refugiados rezan juntos. Muchos son creyentes y piensan que Dios los protegerá durante su viaje.
Imagen: DW/S. Derks
Fuera del albergue
Si han dejado el albergue, los inmigrantes no pueden volver a pasar la noche en él. Esta regla se aplicó para proteger la seguridad de los empleados, quienes temen que los inmigrantes puedan haber estado en contacto con los traficantes de órganos.
"El albergue es para la ayuda humanitaria, no para que la gente haga negocios", dijo Sergio Luna, empleado del albergue, a DW.
Imagen: DW/S. Derks
Todo en vano
Este grupo de inimigrantes abordó el único tren que pasó ese día, pero paró inmediatamente después de haber dejado la estación de trenes. Se vieron obligados a recorrer el camino de vuelta hacia el albergue y esperar a tener más suerte la próxima vez.
Imagen: DW/S. Derks
10 imágenes1 | 10
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |