El atentado contra dos templos coptos en Egipto ha logrado que musulmanes y cristianos se hayan unido más. El presidente Al Sisi debe actuar con prudencia, opina Rainer Sollich.
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Tras los dos atentados en los templos coptos durante la celebración del Domingo de Ramos, Egipto experimenta una notable oleada de solidaridad. Los ciudadanos musulmanes expresan su apoyo hacia la minoría cristiana, aclaman la unidad del país en Twitter y Facebook y donan sangre para las víctimas cristianas del terrorismo. El mensaje es tan consolador como inequívoco: ¡Todos somos egipcios! ¡Ni las difamaciones ni la violencia podrán dividirnos!
¡Este Egipto se merece nuestra solidaridad! Los egipcios no podrían haber respondido de mejor manera ante el terrorismo. La intención de los terroristas es precisamente crear una brecha entre los musulmanes y los cristianos, y desestabilizar a la sociedad egipcia desde dentro.
La solidaridad que viven los egipcios cristianos por parte de los musulmanes es, por lo tanto, también una señal relevante hacia todos los activistas y simpatizantes del Estado Islámico (EI), que con orgullo repugnante se atribuyeron los atentados. Los musulmanes se posicionan al respecto y dicen claramente: ¡El terrorismo contra otras confesiones religiosas no tiene nada, pero absolutamente nada que ver con nuestras creencias!
Al Sisi, con prudencia
Ahora le toca el turno a la política. El presidente Abdelfatah Al Sisi declaró tres meses de estado de emergencia y anunció más medidas de seguridad. Los egipcios cristianos necesitan protección con urgencia. A estos no les queda otro remedio que dejar su seguridad en manos del gobierno egipcio e intentar cooperar con él de la mejor manera posible, aunque por ello se hallen más aún bajo la mira de los islamistas radicales, quienes los consideran vasallos del odiado régimen de Al Sisi.
Sin embargo, el Gobierno no ha sido capaz aún de proteger a los cristianos y de detener la expulsión y asesinato de los coptos de la península del Sinaí. Al Sisi tiene que hacer más al respecto, incluyendo los medios militares, pero también debe actuar con precaución.
Sería fatal si se aplicaran medidas más duras contra los críticos y opositores al actual Gobierno y, sobre todo, tuviesen lugar más violaciones de los derechos humanos. Todo esto podría causar la división de la sociedad, y la situación de los cristianos sería aún más peligrosa.
Rainer Sollich (RMR/DZC)
Costumbres de Semana Santa
Semana Santa es una de las festividades más importantes para los cristianos alemanes. No obstante, no todas las costumbres emblemáticas de esta fecha tienen un trasfondo religioso.
Viernes Santo
En este día se conmemora la muerte de Jesucristo. En algunas comunidades tienen lugar procesiones que escenifican su camino hacia el calvario en distintas formas, unas más dramáticas que otras. La Iglesia católica insta a sus fieles a no comer carne en esta fecha.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huevos de Pascua
El Domingo de Pascua celebra la resurrección de Jesús de Nazaret y los huevos de Pascua constituyen una representación simbólica de ese suceso, al menos para la mayoría de los cristianos. Para muchos otros, los huevos cocidos y pintados no pasan de ser un entretenimiento para niños.
Imagen: Fotolia/anoli
El conejito de Pascua
Aunque tiene poco sentido que sea un conejo quien traiga los huevos de Pascua y los esconda para que los niños se diviertan buscándolos, este simpático animalito es representativo de la primavera, la estación del año en que tiene lugar la Semana Santa. Hace siglos, también las gallinas y las cigüeñas solían traer regalos en esta fecha.
Imagen: picture-alliance/ZB
Cordero pascual
El símbolo del cordero pascual tiene su origen en la costumbre judía de sacrificar a un cordero durante la fiesta del Pésaj. Los cristianos ven en el animal la encarnación de una de las virtudes de Jesús de Nazareth: su inocencia. Sin embargo, es poco probable que quienes hornean tortas de Pascua con forma de cordero tengan esta asociación en mente.
Imagen: Fotolia/Thomas Geuking
Velas de Pascua
Originalmente, la vela pascual alumbraba el lugar de la misa en la noche del Domingo de Gloria. Su llama representa la iluminación de los creyentes gracias a la resurrección de Jesucristo y simboliza el triunfo de Jesús sobre la muerte. Con la vela de Pascua se encienden las demás velas, con miras a perpetuar la iluminación divina.
Imagen: AFP/Getty Images
La fogata de Pascua
La costumbre de encender una gran fogata en la fecha que coincide con el Domingo de Pascua ya era practicada por los Germanos para espantar al invierno, con sus penurias y demonios, y atraer la suerte que viene con las estaciones más cálidas. Hoy, ese rito pagano convive sin problemas con las ceremonias cristianas más conservadoras.
Imagen: picture-alliance/dpa
Campanas de Pascua
En los templos católicos, las campanas enmudecen desde el Jueves Santo. Al llegar el Domingo de Gloria, las campanas de las iglesias vuelven a sonar, anunciando la buena nueva: la resurrección de Jesucristo. En algunas comunidades se llama a los feligreses a la misa golpeando bloques de madera entre el Jueves Santo y el Domingo de Pascua.
Imagen: picture-alliance/dpa
Agua de Pascua
La minoría eslava de Sorben, en el este de Alemania, practica una costumbre que ha desaparecido en otros lugares: la de recoger el agua de Pascua. Ella debe ser tomada de un río por doncellas vírgenes en la noche del Domingo de Gloria y ser transportada en una jarra haciendo silencio absoluto, si se quiere que el vital líquido mantenga jóvenes, bellas y fértiles a quienes la beben.
Imagen: picture-alliance/dpa
Marchas de Pascua
La primera Marcha de Pascua tuvo lugar en Alemania en 1960. Al principio, sus participantes protestaban contra los planes de la Bundeswehr de apertrecharse con armas atómicas. Hoy, los más diversos grupos pacifistas y ecologistas se involucran activamente en su organización.