La canciller y su ministro se enfrentan en televisión nuevamente sobre la crisis de refugiados. Ya cansa. El líder del SPD habla al menos sin rodeos. Eso se agradece, dice Marcel Fürstenau.
Publicidad
Dos entrevistas en dos canales de televisión distintos. Ambas el domingo por la noche. Primero, la canciller Angela Merkel en ARD, poco después, el vicecanciller, Sigmar Gabriel, a través de ZDF. Se tocaron los mismos temas, pero, como era de esperar, el lo predominante fue la crisis de refugiados. Y ambos dieron la impresión de que desde el comienzo de este reto, hace un año, no han hecho más que distanciarse.
Para Gabriel no es suficiente que Merkel diga "lo lograremos". Merkel no quiso discutir sobre "quién ha tenido más dudas". Otro pequeño roce que ambos políticos ofrecen al público, fortaleciendo la percepción de quienes están convencidos de que la coalición de CDU y SPD es un caótico cúmulo de enfrentamientos.
¿Entrevistas? ¡Campaña anticipada!
Poco antes de las elecciones en la región de Mecklenburgo-Pomerania Occidental (el 4 de septiembre), y en la ciudad de Berlín (18 de septiembre), la derecha, en particular Alternativa para Alemania (AfD), se alegrará de esta imagen de división. Aunque internamente, de hecho, este partido protesta está mucho más dividido que socialdemócratas y cristianodemócratas, sacará provecho. El 2017 probablemente crezca hasta entrar en el Parlamento. Merkel y Gabriel deben prepararse para una cámara con cinco o seis facciones. Incluso están reapareciendo los demócratas liberales del FDP.
Como sólo se tragan mutuamente con esfuerzo, el dúo dirigente Merkel-Gabriel cada vez se distancia más. Esto no es otra cosa que una campaña electoral anticipada en tiempos difíciles. Junto a la crisis de refugiados está también la de la Unión Europea, cuyas fuerzas centrífugas se han vigorizado aún más tras el referéndum del brexit. En una situación así, sería especialmente útil si al menos la élite política alemana mostrara unidad. Pero no parece que vaya a ser el caso.
Gabriel sobre el TTIP
A esto se suma otro problema: los acuerdos de libre comercio, largamente negociados pero aún no cerrados, con Canadá (CETA) y los Estados Unidos (TTIP). Merkel siempre los apoyó, Gabriel no está tan claro. Como ministro de Economía del principal país exportador europeo debía hacerlo, pero nunca mostró convencimiento. En su entrevista de verano con ZDF Gabriel aclaró su visión: "de hecho, ya fracasaron". Así todos saben a qué atenerse.
Si su anuncio es un mero cálculo electoral del partido o una convicción genuina es opinable. En un tema tan complicado y que desde un inicio ha tenido un déficit democrático y de transparencia tan grande, es de agradecer la afirmación de Gabriel. Para su relación con Merkel, sin embargo, supone un nuevo problema. Dado los escasos puntos de coincidencia entre ambos políticos, podría incluso romperla. Durante el último año de su coalición, la canciller y su segundo podrían todavía de alguna forma cambiar de opinión. Ambos dejan abierta la cuestión de si van a ser candidatos de sus respectivos partidos en 2017. Al menos en eso, están de acuerdo.
Para aprender: aquí puede Usted leer la versión original de este artículo en alemán.
Políticos en la mira de la sátira
Trátese de Merkel, Putin, Trump o Bush: cada quien tiene su propio estilo de hacer política y también reacciona de forma diferente a la sátira.
Imagen: ZDF Neo Magazin Royale
Angela Merkel
Durante el apogeo de la crisis del euro, muchas revistas y periódicos griegos retrataron a la canciller alemana, Angela Merkel, con símbolos nazis. En la portada que se puede ver en la imagen, la revista satírica "Mystiki Ellada" mostró en 2012 a Merkel vestida con el uniforme de soldado del Ejército de la Alemania nazi. En ningún momento la canciller sopesó proceder legalmente contra el medio.
Imagen: picture-alliance/Rolf Haid
Vladímir Putin
Las fotos vacacionales del presidente ruso, Vladímir Putin, sirven de inspiración a humoristas satíricos de todo el mundo. Desde que el hombre fuerte del Kremlin se dejó fotografiar montando a caballo a pecho descubierto, el torso desnudo del presidente es un motivo muy popular, por ejemplo en el Carnaval de Colonia de 2015.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Weihrauch
Donald Trump
El precandidato presidencial republicano Donald Trump es el blanco predilecto de muchos caricaturistas y humoristas. No obstante, el magnate es muy sensible a las críticas. El periódico Boston Globe publicó un encabezado ficticio, en el que hace parodia de las propuestas del precandidato en torno a la política de inmigración. Trump calificó al diario de “estúpido” y “despreciable”.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/The Boston Globe
Kim Jong-Un
El dirigente comunista de Corea del Norte no tiene mucho sentido del humor. Para impedir que la película satírica “La entrevista” se estrenara en 2012 en los cines estadounidenses, el régimen norcoreano lanzó una serie de ataques cibernéticos. Los estudios cinematográficos Sony fueron hackeados, y también se registraron muchas amenazas de atentados contra cines estadounidenses.
El expresidente estadounidense George W. Bush es uno de los políticos que más ha inspirado a los cómicos en Estados Unidos. La supuesta falta de intelecto del exmandatario de origen tejano ha sido motivo de burla por parte de los humoristas.
Imagen: Getty Images/M. Tama
Jaroslaw Kaczynski
A principios de año, un carro alegórico del desfile del Carnaval de Dusseldorf provocó tensiones diplomáticas entre Alemania y Polonia. Esta es representada como una mujer maltratada y pisoteada por el líder del partido de los nacionalconservadores, Jaroslaw Kaczynski. El ministro de Relaciones Exteriores polaco dijo que el carro mostraba el “desprecio hacia Polonia y los políticos polacos”.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Benjamín Netanjahu
El primer ministro israelí suele ser objeto de burla del programa de televisión “Eretz Nehederet” (Un país hermoso). En esta escena, los cómicos hacen una parodia de las negociaciones entre el jefe de Estado de Israel y la organización palestina Hamás. No obstante, Netanyahu nunca se ha indignado. Al contrario, en 2013 visitó el programa como invitado estelar.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Guez
Winston Churchill
La sátira política tiene una larga tradición: esta caricatura británica de 1915 muestra a Winston Churchill, que en aquel entonces era ministro de Marina, como un Aquiles desaliñado en la guerra de Troya. El dibujo que lleva el título “La lucha de los barcos” hace alusión a la guerra marítima por los Dardanelos, que perdió Churchill.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Hugo Chávez
El difunto expresidente venezolano Hugo Chávez tampoco se salvó de la sátira, como se puede apreciar en esta caricatura de 2012. Muchas personas cercanas al exmandatario aseguran que tenía un excelente sentido del humor y que sus bromas estaban cargadas de metáforas. Por ejemplo, se hizo famosa su frase “huele a azufre” con la que se refirió a George W. Bush.
Imagen: Roberto Weil
Jamenei y Carrell
En 1987 una sátira del líder de la revolución iraní, el ayatolá Jamenei, provocó un escándalo en la televisión alemana. El moderador Rudi Carrel había mostrado un montaje fotográfico de Jamenei: durante una visita de Estado a Alemania manifestantes supuestamente lanzan ropa interior contra el ayatolá. Como consecuencia, dos diplomáticos alemanes fueron expulsados de Teherán.
Imagen: picture-alliance/dpa/I. Wagner
Erdogan y Böhmermann
Aún está por verse si el poema del cómico alemán Böhmermann sobre el presidente turco llevará a una crisis diplomática parecida a la de 1987. Está claro que no es la primera ni la última vez que la sátira política provoca tensiones diplomáticas a nivel internacional.