Opinión: Francia, Alemania y la respuesta que no fue
Rupert Wiederwald
11 de marzo de 2019
El presidente de Francia volvió a hacer recomendaciones ambiciosas para reformar la UE y su aliado más importante, Alemania, volvió a exhibir su incapacidad para darle una respuesta apropiada, lamenta Rupert Wiederwald.
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¿Cuándo le responderá Alemania a Emmanuel Macron? Esa pregunta resuena en Berlín desde la primera vez que el presidente de Francia hiciera recomendaciones para optimizar a la Unión Europea y a sus instituciones, durante su alocución de septiembre de 2017 en la Sorbona. Desde entonces se ha consolidado la imagen de un mandatario galo de talante reformista que fracasa al estrellarse contra una canciller alemana indispuesta a hacer cambios. La réplica cabal de Angela Merkel sigue brillando por su ausencia; sus contestaciones han sido muy vagas hasta ahora.
"No ajustado al código de indumentaria”
Esa imagen vuelve a hacerse presente por estos días: acostumbrado a causar alto impacto mediático, el presidente francés publicó un artículo en medios de los 28 Estados miembros del bloque comunitario la semana pasada. Allí describía su visión para una mayor cooperación europea. Para variar, esta vez Macron recibió pronta respuesta desde Alemania; pero no de la canciller, sino de su sucesora en la presidencia de la Unión Demócrata Cristiana (CDU). Así es: la jefa de un partido sin cargo ejecutivo alguno le responde a un jefe de Gobierno. A los ojos de sus opositores, ese es un acto "no ajustado al código de indumentaria”.
El único consuelo es que al menos se le respondió a Macron. Además, Annegret Kramp-Karrenbauer no es una política cualquiera: ella lidera el partido de la canciller y sus ambiciones de suceder a Merkel en el Gobierno alemán no son secretas para nadie. Tampoco es secreta la cercanía que existe entre ambas. Por eso no sorprendió que Merkel dijera este lunes, que las ideas de Kramp-Karrenbauer para Europa estaban "en sintonía” con las suyas.
Ese es precisamente el problema. Y es que lo que Kramp-Karrenbauer tiene en mente para Europa no es una visión, sino una oda al statu quo, en el mejor de los casos. Sí, Europa debe ser más fuerte. Sí, es necesario que haya mayor cooperación política en la protección de las fronteras y en materia de seguridad. Y sí, debemos mantenernos unidos contra los enemigos de la democracia y de Europa. Más interesante es lo que la distingue de Macron: la reticencia a cooperar profundamente en las políticas sociales y a diseñar políticas económicas y financieras comunes. A eso se suman algunas ideas como la exigencia de que el Parlamento Europeo deje de sesionar en la ciudad francesa de Estrasburgo.
Intereses completamente distintos
Está claro lo que diferencia al texto de Macron del de Kramp-Karrenbauer. El presidente francés intenta consolidarse como el motor de la reforma entre los timoneles europeos; ese es un papel que los alemanes se ufanan de jugar, pero que no juegan desde hace un buen tiempo. En cambio, en este instante, Annegret Kramp-Karrenbauer está dirigiendo sus mensajes a los miembros de su partido. Ella lleva apenas tres meses en la presidencia de la CDU y se propone, ante todo, recuperar el voto de los electores conservadores. Y proponer "más Europa” no es la estrategia más prometedora para lograrlo. En otras palabras, da igual lo que proponga el presidente francés; esos planes no se implementarán con esta presidenta de la CDU y potencial sucesora de Merkel en la jefatura del Gobierno alemán.
(erc/jov)
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Merkel y su relación con algunos hombres poderosos
Nadie puede envidiar a Angela Merkel cuando visita la Casa Blanca: aranceles, Irán, etc. La postura del presidente Donald Trump es la confrontación. La relación de Merkel con sus antecesores fue mejor.
Imagen: picture-alliance/dpa/ M. Kappeler
¿Nos damos la mano?
La canciller preguntó amablemente en marzo de 2017 y durante su primera cita al recién estrenado presidente estadounidense, Donald Trump. Su anfitrión no reaccionó y miró claramente hacia otro lado. Más tarde este dijo que no había oído la pregunta.
Imagen: Reuters/J. Ernst
Situación desesperante
En la Cumbre del G20 en Hamburgo, el rechazo obstinado de Trump con respecto a la protección climática fue muy agotador para Merkel. Tras intentar convencerlo en vano dándole explicaciones lógicas, solo le quedó una opción: documentar las diferencias con palabras claras.
Imagen: Reuters/P. Wojazer
Al final, ambos estaban muy, muy cerca
En cambio, la canciller y Barack Obama tenían una relación de mucha confianza, como se puede ver en la imagen durante la última visita a Berlín de Obama como presidente. En noviembre de 2016, pocos días tras la victoria de Trump, Obama cedió la responsabilidad de la democracia occidental a Merkel. Los medios de comunicación de EE.UU. dijeron entonces que ella era la nueva líder del mundo libre.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Condecoración para Merkel en la Casa Blanca
En 2011 y elegantemente vestida para la ocasión, Merkel recibió de Obama la Medalla Presidencial de la Libertad en la Casa Blanca, la condecoración civil más importante de Estados Unidos. Obtuvo este premio por su compromiso con la política europea. Los analistas evaluaron dicha condecoración como señal de excelente relación entre ambos países.
Imagen: picture-alliance/dpa
Invitado y casi amigo
En la Cumbre del G7 en los Alpes bávaros en junio de 2015, ya se podía observar una relación casi amistosa entre ambos mandatarios. La canciller podía contar entonces con el apoyo estadounidense para luchar contra el cambio climático. Con el nuevo presidente, Donald Trump, la situación cambió totalmente.
Imagen: Reuters/M. Kappeler
De visita en Texas
Con su esposo, Joachim Sauer, la canciller alemana visitó George W. Bush en su rancho en Crawford, Texas, en noviembre de 2007. Les mostró un pequeño cañón. Entoces había un tema muy candente, que con Trump vuelve a estarlo: Irán.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Kugler
De barbacoa en casa
George W. Bush disfrutó visiblemente en julio de 2006 al servirle a Merkel un lechón recién salido de la barbacoa. Merkel lo invitó a conocer el lugar donde ella reside, cuando no está en Berlín, en la costa de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
Imagen: picture-alliance/dpa/BPA/G. Bergmann
De manos con Bill Clinton
Durante el funeral del excanciller alemán Helmut Kohl en julio de 2017, el expresidente Bill Clinton habló con melaconlía y humor sobre el fallecido. "Yo le tuve mucho cariño", dijo Clinton. Cuando se sentó, le tomó la mano a Merkel y estaba visiblemente muy conmovido.
Imagen: picture alliance/dpa/M. Murat
¿Hablando con la hija para poder relacionarse mejor con el padre?
La canciller alemana también conoció a la hija de Trump, Ivanka Trump, en marzo de 2017 en la Casa Blanca. Para Merkel fue más fácil entablar conversación con la hija que con el padre.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha sabido cómo relacionarse con Trump, según los medios de comunicación estadounidenses. Sin embargo, Macron no es capaz de hacer cambiar de opinión a Trump sobre los aranceles y el acuerdo con Irán. Mientras siga siendo así, Alemania y Francia comparten las mismas preocupaciones.