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Opinión: Fuerte mensaje desde Lesbos

Bernd Riegert 17 de abril de 2016

Besar niños, personas que lloran, son imágenes que tocan. La visita a los refugiados en Lesbos ha sido también una buena oportunidad para la imagen del Papa, opina Bernd Riegert.

Griechenland Papst Franziskus auf Lesbos mit Flüchtlingen
Imagen: Reuters/F. Monteforte

La emocionante visita de carácter político del Papa a Lesbos ha dejado exactamente la imagen que se necesitaba. Francisco se atrevió, y junto con líderes de la Iglesia ortodoxa, se puso al frente de la crisis de refugiados. Con palabras y gestos simples, el Papa ha puesto el dedo en la llaga de la Unión Europea (UE), que quiere almacenar en Turquía su responsabilidad sobre los refugiados y los migrantes.

Refugiados llorando, gritos desesperados de ayuda y las protestas de muchas personas en Lesbos en contra de la política de refugiados de la UE, han sido utilizados por Francisco para hacer un llamado enfático a Europa y al mundo entero. El pontífice se dirigió directamente a la conciencia de los responsables: ¡Demuestren más humanidad!, dijo. Algo que, aparentemente, es muy necesario ya que, como siempre, los políticos de la UE, del mundo árabe, de los Estados Unidos y de otros lugares, agachan la cabeza cuando se trata de organizar una recepción solidaria de refugiados.

Así como ya habían criticado organizaciones humanitarias y las Naciones Unidas, ahora fue el turno de la crítica en voz alta de los líderes de la iglesia Católica y Ortodoxa, no sólo por los campamentos de deportación de Moria, sino en toda Grecia y en las fronteras de la Unión Europea.

Riegert Bernd

Las advertencias y pedidos del Papa son, por desgracia, claramente necesarios. Porque después del acuerdo de deportación entre la UE y Turquía, no solo los políticos, sino también muchas personas en Europa, se están alejando de la crisis de refugiados. El hecho de que a Europa Central solo lleguen, por ahora, algunas pocas personas desde Siria, Irak o Afganistán, no puede hacer que se ignore el tema. Con una simple frase, aclarando que los migrantes son seres humanos y no números, el Papa ha llegado así a dar un mensaje central: ¡Más misericordia! Este pedido debería ser tomado en serio por los líderes políticos. También ellos deberían ser humanos, y no sólo contadores de números.

De hecho, la visita de los tres líderes de la iglesia cristiana ha despertado falsas esperanzas entre los migrantes en Lesbos. El Papa no tiene ningún cargo político y por eso no puede tomar decisiones políticas de forma activa. Que la UE vaya a cambiar la reciente política de cerrar las fronteras del sureste es poco probable. Sin embargo, el Papa ha tenido que usar su autoridad moral para advertir, al menos, las consecuencias de esta política inhumana.

Como señal de buena voluntad, el Vaticano acordó con Grecia dejar viajar a 12 refugiados sirios. El mensaje del Papa no sólo queda en palabras, sino que también muestra que la acogida es posible si realmente se quiere.

Sobre muchos puntos de vista de la iglesia Católica en temas controversiales se puede, obviamente, debatir, pero en esta crisis de refugiados, Francisco es especialmente indispensable con sus declaraciones y actos claros. Los políticos de la UE deberían ir a ver directamente lo que ocasionan con sus decisiones. A la canciller Angela Merkel y a los líderes de la UE, que viajarán la próxima semana a Turquía para supervisar los campos de refugiados, no les vendría mal hacer una parada corta en Lesbos o en Idomeni.

Para aprender alemán: aquí puede leer usted la versión original de este artículo

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