La nominación de David Friedman como embajador de EE. UU. en Israel es un mal augurio. Con un extremista en un lugar tan explosivo, Washington pone en riesgo su rol de mediador en el Medio Oriente, opina Maya Shwayder.
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Durante las gestiones de otros presidentes estadounidenses el escenario lucía así: cuando el Senado sometía a votación la ratificación del nombramiento de un embajador para Israel, ese proceso era la evidencia de un acuerdo que estaba por encima de las divergencias entre demócratas y republicanos. Tirios y troyanos se reunían para intercambiar palmadas en los hombros y demostrar que, juntos, respaldaban la democracia en el país mediterráneo.
Desde hace décadas, a escala internacional, Estados Unidos es el país ejemplar a la hora de apoyar claramente a Israel. Muchos Estados usan la política pro-israelí de Washington para orientarse cuando se discute sobre el conflicto entre palestinos e israelíes, la madre de todas las discordias en el Cercano Oriente.
Fuerte resistencia entre los lobbyistas y en el Senado
Sin embargo, algo ha cambiado tras la nominación de David Friedman como embajador de EE. UU. en el país regido por Benjamin Netanyahu; Friedman es un pro-israelí de línea dura, un hombre de derecha, un entusiasta de los asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados, un abogado ortodoxo que hasta ahora ha sobresalido como asesor de Donald Trump, el nuevo "hombre fuerte” de Washington, en todo lo concerniente a Israel. Raras veces ha sido tan controvertida en el Senado la selección de un embajador estadounidense para ese país.
Tanto los demócratas como los republicanos comenzaron a removerse en sus asientos tras la primera confirmación de su nominación por parte de una comisión del Senado. Sólo un demócrata votó por Friedman. Los lobbyistas liberales hicieron todo lo que estuvo a su alcance para impedir la ratificación de Friedman. La resistencia se hizo sentir –en una votación que culminó con 52 voluntades contra 46 en el Senado–, pero no pudo frenar el nombramiento de Friedman.
Eso va a traer consecuencias: el significado de la expresión "pro-israelí” va a cambiar bajo la batuta de un embajador que defiende posiciones tan extremas como las suyas, independientemente de que Friedman tenga su oficina en Tel Aviv o mude su despacho a Jerusalén, como lo tienen planeado tanto él como el presidente Donald Trump. Eso va a influir sobre toda la política para el Cercano Oriente. Es poco probable que se vuelvan a iniciar conversaciones de paz con el presidente palestino Abás. En cambio, es posible que el status quo de Netanyahu y su coalición de derecha se consolide y que los intereses de los palestinos sean desestimados por Friedman, con el visto bueno de Trump.
Estados Unidos, del lado de los extremistas de derecha
Así, el Gobierno de Estados Unidos pone su peso del lado de los extremistas de derecha en Israel. La solución de dos Estados será abandonada, la construcción de asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados continuará su curso, la presencia israelí en Cisjordania se acentuará y en Washington se multiplicarán las pugnas en torno a si esa realmente puede ser la política "pro-israelí" correcta.
Las discusiones previas y los resultados justos en las votaciones del Senado demuestran que se ha roto el consenso entre republicanos y demócratas en lo alusivo a Israel. Esta brecha sólo puede crecer con Friedman como embajador de Estados Unidos en Israel. Y en este momento es imposible prever qué país podría sustituir a Estados Unidos como mediador en el Cercano Oriente.
Shimon Peres: toda una vida por Israel
Shimon Peres trabajó casi siete décadas al servicio del estado israelí, desempeñándose en casi todos los cargos políticos. Su objetivo hasta el final fue lograr la paz con Palestina. A continuación, su vida en imágenes.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Büttner
Emigración a Palestina
Shimon Peres nació en 1923. Su padre era comerciante de madera en el este de Polonia. En 1934 emigró a Palestina. Al principio de su juventud fue pastor y tesorero de una comunidad colectiva, luego se convertiría en miembro del ejército clandestino judío Haganá.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/O. Messinger
Ministro
En 1946, Peres comenzó su carrera política en el Partido de los Trabajadores. Tras la llegada al poder del fundador del fundador del estado israelí David Ben Gurion, Peres integró los siguientes 16 gobiernos. Fue ministro de Defensa, Relaciones Exteriores, Transporte, Inmigración e Información. En 1975 trabajó para el primer ministro Isaac Rabin.
Imagen: Getty Images/AFP/Ippa
Primer ministro
Peres fue primer ministro de Israel tres veces: en cada ocasión, sin disputar una elección. En 1977, se hace cargo del país durante unos meses tras la renuncia de Rabin, a la espera de nuevas elecciones. Su gobierno de 1984 a 1986 estuvo basado en acuerdos (foto: visita al presidente Ronald Reagan en Washington). Después, volvió a ser primer ministro tras el asesinato de Isaac Rabin en 1995.
Imagen: Getty Images/Herman Chanania/GPO
Proceso de Paz de Oslo
La cúspide de su carrera política tuvo lugar el 13 de septiembre de 1993 con la declaración de principios firmada por Israel y la Organización de Liberación de Palestina (OLP). Los Acuerdos de Oslo son considerados un hito del proceso de paz, ya que ambas partes se reconocieron oficialmente por primera vez. Los palestinos recibirían su propio Estado y a cambio Israel recibiría la paz.
Imagen: AFP/Getty Images
Premio Nobel de la Paz
En diciembre de 1994, Peres recibió un galardón muy especial: le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz, junto con Yasir Arafat (izq.) Y Yitzhak Rabin (d.). El trío fue honrado por sus méritos en el proceso de paz de Oslo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Israeli Government Press Office
La muerte de Rabin
El 4 de noviembre 1995 fue asesinado el primer ministro Rabin en una manifestación por la paz en Tel Aviv. Peres tomó el cargo de su compañero político y sólo un día después llevó a cabo una reunión de gabinete. La silla de Rabin permaneció vacia. Seis meses despues, Peres perdió la elección que vio a Benjamin Netanyahu convertirse en primer ministro.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Delay
Presidente
En un segundo intento, Peres fue elegido por la Knésset como presidente de Israel en 2007. Siete años atrás había sido superado en la disputa del mismo cargo por el novato Moshe Katsav. Luego Katzav tuvo que renunciar a la presidencia tras ser acusado de violación y acoso sexual, dejando libre el camino para la postulación de Peres.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Silverman
Familia
En 1945 se casó con Sonja Gelman. La pareja tuvo tres niños y varios nietos. Después de 62 años a su lado, Sonja dejó a su marido en 2007. La mujer, que prefería la privacidad, optó por una vida más tranquila y rechazó acompañar a Peres en su nuevo cargo de presidente en Jerusalén. Sonja murió en 2011.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Chanania
Escándalo en Davos
En enero de 2009, en el Foro Económico Mundial de Davos ocurre un escándalo grave entre Turquía e Israel. Peres se dirigió al panel defendiendo la guerra en la Franja de Gaza. Cuando el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan quiso responder, el moderador cortó de la discusión por falta de tiempo, lo cual causó la salida de Erdogan, furioso, de la sala de conferencias.
Imagen: Getty Images/AFP/F. Coffrini
La paz como misión de vida
Hacia el final de su mandato, en junio de 2014, Peres demostró nuevamente su interés en lograr la paz con los palestinos. Invitado por el Papa Francisco, se reunió en el Vaticano con el presidente palestino, Mahmoud Abbas. En ese momento, Peres era el presidente de mayor edad del mundo. Estaba dispuesto a trabajar por la paz en el Medio Oriente hasta después de concluir su carrera política.