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Opinión: Israel y los límites de la democracia

7 de agosto de 2017

Israel quiere retirar la licencia a la cadena de televisión Al Yazira. Esta medida acerca al país a otros regímenes autoritarios en la región, opina Kersten Knipp. Además socava la libertad de prensa.

Imagen: picture alliance/dpa/T.Brakemeier

Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Egipto – y ahora, al parecer, también Israel. Estos países conforman una extraña alianza en contra de la cadena de televisión qatarí Al Yazira. Hace algunos días, los tres países del golfo Pérsico y Egipto prohibieron el trabajo de la emisora en sus territorios. Aparentemente Israel ha seguido su ejemplo. 

Más información:

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En julio, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusó a la cadena de atizar la violencia en Jerusalén a través de sus informes. Este domingo (06.08.2017), el ministro de Comunicaciones, Ayoub Kara, explicó que pretende retirar la acreditación a los periodistas de ese medio e impedir la transmisión de sus contenidos vía cable y satélite. "El hecho de que haya libertad de expresión no significa que haya libertad para atizar", explicó, y añadió que "la democracia tiene límites".

"Los límites de la democracia"

Pero, ¿cuáles son los límites de la democracia? ¿Y quién los define? De acuerdo con el periódico liberal de izquierda israelí Haaretz, que cita a Al Yazira, Kara no fue capaz de comprobar ni una sola acusación en la rueda de prensa.

Kersten Knipp, de DW.

Es verdad que Al Yazira no trata a Israel con guantes de seda. En la página web en árabe de la emisora, actualmente se puede leer un artículo de opinión, en el que se describe a Israel como un "Estado apartheid" y un "país ocupante apoyado por Occidente". Además, se acusa al gobierno de querer "judaizar" a Jerusalén. Sin embargo, las palabras duras de ese tipo se repiten de forma similar en casi todos los medios de habla árabe.        

De ahí que cueste entender por qué Israel desea silenciar precisamente a Al Yazira: está claro que de esa forma no evitará comentarios indeseados en el mundo árabe. Al contrario: el cierre de la emisora podría atizar el descontento en la región.   

Una alianza extraña

Israel se ha unido simbólicamente a Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto - países que no destacan precisamente por el respeto a los derechos humanos. La única democracia en Oriente Próximo, como suele definirse Israel, ha seguido el ejemplo de estos Estados árabes.

Además, la decisión israelí no respalda la libertad de prensa en la región. El hecho de que los tres países del golfo Pérsico y Egipto cerraran las oficinas de Al Yazira habla bien del trabajo periodístico de la emisora. La cadena de televisión y sus empleados no le temen a los conflictos con algunos de los países más ricos de la región del Golfo.

Cuesta creer que Israel se quiera acercar a regímenes como Arabia Saudita y Egipto e impedir el trabajo de la prensa. Como si Israel no tuviera ya una mala fama en el mundo árabe.

Esta se debe en parte a la política de asentamientos, que es condenada rigurosamente a nivel internacional, pero también a la costumbre de responsabilizar a Israel de casi todos los problemas en la región.

Al Yazira llama a los problemas en el mundo árabe por su nombre. De ahí que en realidad hubiera sido un excelente socio -aunque a veces algo incómodo- para Israel.

Autor: Kersten Knipp (VT/ERS) 

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