La partida de póker para formar gobierno continúa este lunes en Roma. Los mercados financieros todavía están tranquilos, pero podrían dejar de estarlo ante cualquier coalición de populistas, dice Bernd Riegert.
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Dos meses después de las elecciones parlamentarias, nada ha cambiado en Italia. Las dos agrupaciones populistas de izquierda, Movimento 5 Estrellas (M5S), y de derecha, Liga Norte, se bloquean entre sí. Los hasta ahora gobernantes socialdemócratas, fuertemente golpeados, se resisten a pasar a la oposición. Todos los intentos de forjar cualquier coalición entre los descontentos, los radicales de derecha o izquierda y los más o menos moderados, han fracasado. El presidente italiano, Sergio Mattarella, sintió la frustración de ver que, pese a sus esfuerzos, las partes no ceden.
Un último intento antes de nuevas elecciones
El Movimento 5 Estrellas exige ahora nuevas elecciones en junio. Los extremistas de derecha preferirían votar a fin de año. Cada partido tiene su propio calendario y calcula cuándo sus posibilidades de obtener más votos podrían ser más altas. Mattarella no es amigo de repetir las elecciones. Siente la misma frustración que muchos italianos, que no están muy desencaminados al decir que la próxima votación probablemente produzca el mismo resultado: es decir, un bloqueo. Además, una nueva elección se percibe como un despilfarro de dinero. Y con una irresponsablemente alta deuda pública, el Estado italiano no está para reglar dinero.
El presidente quiere, por tanto, hacer este lunes un último intento de forzar a los vanidosos gallitos de la izquierda y la derecha a sentarse en la mesa de negociación. Todavía es posible un acuerdo entre los socialdemócratas y el Movimiento 5 Estrellas, o al menos, entre partes de estos partidos venidos a menos. Otra posibilidad sería una alianza entre el "Movimento" y la derecha nacionalista "Lega". En ese caso, sin embargo, el ex primer ministro y todavía gran aglutinador de los conservadores, Silvio Berlusconi, tendría que ser sacrificado. Pero el octogenario no está todavía listo para retirarse.
De fallar también el último intento del presidente italiano, podría poner un gobierno de transición de "tecnócratas" que aprobara el presupuesto para 2019 y prepare las nuevas elecciones para la próxima primavera. Sin embargo, incluso los "tecnócratas" tendrían que disponer de un voto de confianza del parlamento totalmente dividido. También es posible que el actual primer ministro Paolo Gentiloni simplemente siga en el cargo. Sin una mayoría parlamentaria, sin embargo, se vuelve muy difícil acordar un presupuesto.
Tregua de los mercados
Italia solo puede permitirse este circo político porque a la economía italiana le está yendo, en un momento de débil crecimiento, relativamente bien. Los mercados financieros no se están viendo muy afectados por la incertidumbre política. Las tasas de interés para refinanciar la enorme deuda pública son asumibles. Para los mercados y la estabilidad de la zona del euro, donde Italia es un miembro clave, sería mejor que un gobierno de transición tomara el timón. Sería más estable y fiable que cualquier alianza de populismos de izquierda y derecha. Si los populistas euroescépticos se hicieran cargo del gobierno en algún momento, el ambiente podría de disfrutar de esta calma rápidamente.
Si los mercados retiraran su confianza a un Luigi Di Maio, del M5S, o de un Matteo Salvini, de la 'Lega', se podría caer en una crisis en la que la deuda financiera no pudiera ser refinanciada, teniendo que intervenir un paquete de rescate del euro. La incertidumbre se ve agravada por la perspectiva de que el Banco Central Europeo finalmente vaya a elevar las tasas de interés, lo que automáticamente significa que el costo de los bonos del gobierno italiano también aumentará. Las consecuencias para una Italia debilitada y políticamente inestable podrían ser fatales. La UE tendría que inundar Italia con cientos de miles de millones de euros. El rescate a Grecia habría sido un mero ensayo pequeño.
Con todo esto, Italia baila políticamente sobre un volcán virtual que se comporta como el verdadero Vesubio cerca de Nápoles: se mantiene en silencio, pero puede explotar en cualquier momento.
Autor: Bernd Riegert (LGC/CP)
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Diez razones poderosas para visitar Venecia
Es una de las ciudades más románticas e intrigantes del planeta. Por si tiene dudas, acá le presentamos una decena de argumentos que ponen en relieve la importancia de ir a Venecia.
Imagen: picture-alliance/robertharding/N. Clark
Ciudad de canales
Venecia, también conocida como la "ciudad flotante", en varios sectores no tiene calles para automóviles. Es un archipiélago de 118 islas conectado por canales y puentes. Dentro de la urbe, el transporte se realiza por ferries y botes. El Gran Canal, la mayor vía acuática de Venecia, tiene 3,8 kilómetros de extensión y atraviesa toda la ciudad.
Imagen: picture-alliance/robertharding/N. Clark
Paseos en góndola
Con tranquilidad, sin alteraciones de ningún tipo, el gondolero maniobra a través de los pintorescos canales venecianos, deslizándose por lugares históricos y edificios dignos de admiración. Aunque es una experiencia turística onerosa, un viaje de estos difícilmente se olvida, especialmente cuando el gondolero anda feliz y empieza a cantar.
Esta intrincada rama de la arquitectura se originó en Venecia en el siglo XIV y surge de la influencia de las culturas bizantina y otomana visible en los arcos góticos de la ciudad. Algunos ejemplos de esto pueden apreciarse también en el Palacio Ducal, el Palazzo Cavalli-Franchetti y en Ca' d'Oro, entre otros.
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Teatro La Fenice
Venecia es hogar de una de las óperas más prominentes de Italia. La Fenice, también conocida como "El Fénix", se remonta a 1792 y ha renacido de las cenizas tres veces, tras sufrir otros tantos incendios. Adoptando una aproximación moderna a la ópera, este recinto suele programar espectáculos como "La Traviata", de Giuseppe Verdi, o "Madame Butterfly", de Giacomo Puccini, para atraer turistas.
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Ciudad de las máscaras
Venecia es llamada de muchas formas, pero ninguna de ellas es tan llamativa como "Ciudad de las Máscaras". El nombre se origina en las máscaras que se usan durante el carnaval. Hay una amplia variedad de ellas para elegir, dependiendo de los intereses de cada uno. Y de la billetera también, claro. La singularidad de cada máscara se pone a prueba cada año durante la fiesta de la ciudad.
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Paraíso culinario
Los amantes de los mariscos y pescados pueden hacer un tour por Venecia con confianza. Gracias a su ubicación, la urbe tiene una oferta siempre fresca de productos del mar. Una especialidad de la región se llama "Sarde in Saor", que es un plato sencillo pero delicioso de sardinas fritas agridulces. Creado en el siglo XIII, el plato es popular y se encuentra con facilidad en cualquier restaurante.
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Isla de Burano
El pequeño pueblo de pescadores de Burano, ubicado en la laguna veneciana, es un lugar ideal para pasar un día de diversión. Sus pequeñas casas están pintadas en tonos coloridos, lo que crea un fondo ideal para sacar buenas fotografías y lucirse en Instagram, por ejemplo. A Burano se llega fácilmente gracias al bus acuático veneciano que se toma en la Plaza de San Marcos.
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Lido, la isla dorada
Lido es la isla de barrera que existe entre la laguna veneciana y el mar Adriático. Con dunas de arena dorada y playas privadas, Lido ofrece un ambiente relajado. El lugar es famoso por albergar cada año el Festival Internacional de Cine de Venecia, el más antiguo del mundo.
Imagen: Imago/Imagebroker/A. Friedel
Cristal veneciano
Soplar vidrio es un viejo arte en Venecia, cuya práctica se concentra en la isla de Murano. La habilidad y detallada artesanía de los vidrieros se muestra en jarrones de cristal y también en su exquisita joyería y candelabros. Estos objetos de vidrio son un regalo perfecto que, de paso, ayuda a sostener la industria local y permite llevarse una parte de Venecia a casa.
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Destino turístico muy popular
Cada año millones de turistas de todo el mundo llegan a Venecia en unos cruceros gigantescos. Esto ha llevado a una disputa con los vecinos de la ciudad, que consideran la presencia de estos barcos como un exceso. También hay preocupación por el impacto ambiental que tienen estas embarcaciones, lo que ha llevado a que se exija la construcción de puntos de atraque en otro lugar.