El líder norcoreano tiene una estrategia que persigue persistentemente. Él interpreta las señales contradictorias de Washington como una amenaza, lo que hace aún más difícil resolver el conflicto, opina Peter Sturm.
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Mucho se ha escrito acerca de Kim Jong-un, y con razón, rara vez algo positivo. Pero en la situación actual algo se puede decir a favor del líder norcoreano: Kim Jong-un no actúa de forma irracional. Todo lo contrario, tiene una estrategia, y la persigue con gran tenacidad, similar a su padre Kim Jong-il y su abuelo Kim Il-sung. Sin embargo, en contraste con sus antepasados, Kim Jong-un tiene claramente una gran presión de tiempo. Lo que ciertamente está relacionado con el cambio de Gobierno en Washington.
La Administración Trump ha anunciado que la estrategia de Obama de "paciencia estratégica" en el trato con Corea del Norte ha llegado a su fin. Y es probable que Kim Jong-un no considere las señales contradictorias de Washington –desde que Trump se posicionó en enero– por lo que son: un desorden gubernamental. Por el contrario, debe especular que todo lo que se dice públicamente está sincronizado hasta el más mínimo detalle. Y desde este punto de vista, al otro lado de la página, este desorden constituye rápidamente una amenaza, ya que confunde al potencial oponente (presuntamente calculado).
Por esta razón, Kim Jong-un ve una "ventana de vulnerabilidad" para sí mismo. Sobretodo porque solo puede actuar a la misma altura que Estados Unidos a nivel propagandístico, ya que Corea del Norte no está, militarmente hablando –a pesar de dos pruebas atómicas y numerosas pruebas de cohetes–, a la misma altura que el país norteamericano. Así, Kim Jong-un busca completar su programa de armas nucleares tan rápido como sea técnicamente posible, porque solo así se sentirá seguro de un eventual ataque.
Una cuestión muy diferente es si el buen consejo de, por ejemplo, China a Estados Unidos de entablar un diálogo con Pyongyang realmente puede resolver el conflicto. Si hay una constante en los 33 años de vida de Kim Jong-un es el no confiar en nada y en nadie, sobre todo si ese alguien es extranjero o es un pedazo de papel. Es por eso que aunque un acuerdo con Corea del Norte es teóricamente posible, es casi utópico confiar en que Kim Jong-un se apegue a las reglas. La racionalidad del líder norcoreano no va tan lejos.
Corea del Norte: sin escape
Corea del norte es la mayor cárcel del mundo. La gente no puede salir del país. La información del exterior casi no llega a los ciudadanos. Los hechos recientes sugieren que a Pyongyang no le importa aislarse aún más.
Imagen: Daily NK
Muy buenos enemigos
Por largo tiempo China y Corea del Norte mantuvieron relaciones diplomáticas cercanas, pero en los últimos años la relación se ha ido deteriorando. Lo tenso de la situación se traduce, por ejemplo, en estrictos controles fronterizos al sur de la provincia de China, Jilin: los viajeros no sólo deben identificarse, sino que deben someterse a una completa revisión de su equipaje.
Imagen: Daily NK
¿Puente de la esperanza?
A pesar de las tensiones, Corea del Norte necesita una conexión con China. El Puente de la Amistad entre chinos y coreanos sirve como ruta de transporte para el 70 por ciento del comercio bilateral. Ahora el puente está en mal estado, se necesita un nuevo puente, pero del lado norcoreano suspendieron los trabajos por falta de dinero, a pesar de la inversión privada China.
Imagen: Daily NK
Disparar a la frontera
Hasta hace poco, una cerca de alambre de púas separaba a Corea del Norte de China y Rusia. Esta cerca impedía el paso de personas y el contrabando de drogas. El año pasado la fortificación fue dañada por una inundación que se llevó parte del alambrado. El gobierno local ordenó la construcción de nuevas vallas, además de dipararle a los eventuales desertores del régimen norcoreano.
Imagen: Daily NK
Regreso sospechoso
Durante años el número de norcoreanos que huyen al extranjero ha disminuido. Sin embargo, para el régimen los "desertores" siguen siendo un tema delicado. En esta imagen se ve a la estrella de televisión de Corea del Sur, Lim Ji Hyun, que volvió a su país, según informó el Gobierno, en julio pasado. La noticia se transmitió por la televisión estatal y el regreso se debería al "infierno del sur".
Imagen: Uriminzokkiri TV
Chantaje y secuestro
Muchos "retornados" norcoreanos regresan cuando son chantajeados o apresan a sus familiares. Según un informe, el gobierno de Pyongyang ahora va un paso más allá. Envían a agentes a la región fronteriza con China para encontrar norcoreanos fuera del país y secuestrarlos. Los agentes deben permanecer en dos hoteles de Dangdong.
Imagen: Wikipedia Commons
Sabrosa experiencia turística
A pesar del aislamiento, el régimen norcoreano invita a los turistas extranjeros a recorrer el país. El antiguo sitio web de la agencia de viajes estatal ofrece excursiones de algunos días a diferentes partes del país. Los interesados también pueden optar por viajes con enfoques temáticos. Así, se puede elegir entre arquitectura, deportes y, aunque suena absurdo, trabajo.