El ascenso de la Alternativa para Alemania no debería sorprender a nadie. Y si ningún otro partido se distancia de la política de refugiados de Merkel, los populistas seguirán ganando votos, opina Christoph Hasselbach.
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Cuando disminuya el número de refugiados, también caerá la aprobación del partido Alternativa para Alemania (AfD), dijo la canciller alemana en marzo pasado antes de que se celebraran tres elecciones regionales. No obstante, los tres comicios contribuyeron al ascenso meteórico de los populistas. En las elecciones de Mecklemburgo-Antepomerania, la AfD fue el segundo partido más votado -incluso delante de los cristianodemócratas de Merkel-, a pesar de que últimamente el número de refugiados realmente ha disminuido.
Lo único sorprendente es que todavía haya gente a la que esto le sorprenda. Al parecer, Merkel y muchos otros líderes políticos no se han enterado de los cambios que se han producido en Alemania a nivel psicológico en el último año. Es momento de recordárselo: durante meses la canciller alemana y el Gobierno alemán renunciaron conscientemente al control estatal sobre la inmigración, pese a que ninguna ley se los impidió.
Nadie consultó a los alemanes
Merkel experimentó con toda una nación. Este experimento aún no ha terminado y sus consecuencias sociales afectarán a generaciones; y después de todo lo que sabemos, el cambio social será más bien negativo.
Nunca se preguntó a la población qué es lo que quería: si estaba dispuesta a hacer el sacrificio financiero necesario y si quería soportar las inevitables tensiones culturales. Y aquellos que se sienten desbordados por la “cultura de la bienvenida” y ya no se sienten en casa en su propio país suelen escuchar que sus sentimientos están fuera de lugar.
Más irritante aún que el lema “lo lograremos” fue lo que Merkel dijo después: “Tenemos que superar los obstáculos que se nos presentan en el camino”. Si bien se refería a la parte administrativa de la acogida de los refugiados, esta frase también se puede interpretar en el sentido de que la oposición a su política debe ser superada.
Un referendo sobre la política de Merkel
Tanto la política de la fronteras abiertas como confrontar a los alemanes con hechos consumados son vistos por muchos como un enorme error. No obstante, muchos se quedaron callados para no ser tildados de extremistas de derecha. Sin embargo, desde entonces han aprovechado cada elección para expresar su descontento.
Apenas hace poco, Merkel dijo que la AfD no aporta soluciones adecuadas para los problemas. Puede que tenga razón, pero sin la política de refugiados de la canciller no tendríamos tantos problemas, por lo menos no de estas dimensiones.
Una encuesta de principios de año reveló que muchos votantes de la AfD ni siquiera quieren que el partido gobierne. Pero están contentos de que exista la Alternativa para Alemania, porque –aparte de la Unión Social Cristiana de Baviera- es el único partido que aborda los problemas abiertamente.
Al igual que en Mecklemburgo-Antepomerania, de ahora en adelante cada elección regional se convertirá en un referendo atrasado sobre la política migratoria. El referendo definitivo llegará el próximo año con las elecciones federales de Alemania.
¿Se volverá a presentar Merkel?
Si la AfD sigue siendo el único partido digno de ser tomado en serio que rechaza la actual política de refugiados, entonces tiene asegurados muchos votos. No obstante, algo está empezando a cambiar. El jefe de los socialdemócratas, Sigmar Gabriel, se está distanciando de Merkel.
Lo interesante será ver si la canciller será nuevamente la candidata de los cristianodemócratas. Y es que sus críticos dentro de sus propias filas saben que la política de Merkel no cambiará mucho. Hará todo para minimizar las consecuencias de su política de refugiados, pero seguirá defendiendo las fronteras abiertas y rechazando poner límite a la inmigración. A cambio, aceptará perder algunos votos. Después de todo, también hay que reconocer que la canciller es una persona con carácter fuerte.
Angela Merkel: hacia el cuarto mandato
Los alemanes la llaman “Mutti”: Angela Merkel, una muchacha de provincia que ahora es la mujer más poderosa del mundo, irá por un nuevo mandato como canciller. Aquí los capítulos más importantes de su vida.
Imagen: Reuters
Y de pronto apareció Angela
Angela Merkel, una mujer de la Alemania del Este sin grandes contactos políticos, fue primero presidenta del partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU) y luego se convirtió en canciller. Fue reelecta tres veces, y este domingo anunció que buscará un cuarto mandato. ¿Cómo llegó a la cima de la política alemana?
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Cuando "Mutti" todavía era "Angie"
¿Quién hubiera pensado entonces que Angela Dorothea Kasner sería alguna vez la mujer más influyente del mundo? Disciplina, objetividad, moderación y sensatez: la pequeña Angela creció en un hogar protestante en Templin, Brandeburgo. Su padre era pastor, su madre, ama de casa. Angela tiene dos hermanos más pequeños.
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La familia
En la foto vemos a los abuelos de Angela Merkel, la “Oma” Greta y el “Opa” Ludwig, con su hijo, Horst Kazmierczak, quien luego sería el padre de Angela. La familia, de raíces polacas, vive en Poznan, Prusia Occidental (luego Polonia) y más tarde se traslada a Berlín, donde cambia su apellido por el de Kasner.
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Alumna ejemplar
Angela va a la escuela en Brandeburgo. En la foto se la ve en un campamento, poco después de recibirse de Bachiller, en 1973, con un promedio de 1,0, el más alto en Alemania. Se destaca en matemáticas y en ruso. Durante su etapa escolar, Angela es miembro de la Juventud Socialista.
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Los 70: ciencia, no rock & roll
Merkel comienza su carrera de Física en Leipzig, y luego pasa a trabajar en la Academia de las Ciencias de la RDA en Química. Se doctora con una tesis sobre reacciones de desintegración. "Angela me llamó la atención por su forma de ser abierta, amable y natural”, recuerda su primer marido, Ulrich Merkel. La canciller gusta mucho de viajar. En la foto, en una estadía en Praga.
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Cambio de vida
“Un día empacó sus cosas y se fue de la habitación en la que vivíamos, de 10 metros cuadrados”, cuenta Ulrich Merkel. “Ella se llevó el lavarropas; yo me quedé con los muebles”. Años más tarde, Angela Merkel comienza su actividad en la política en la CDU. Un nuevo hombre entra en su vida política: Helmut Kohl, su mentor.
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Contra viento y marea
De la mano de Kohl, alguna vez llamado "el canciller eterno", Merkel asciende en su carrera política: en 1990 se convierte en diputada del Parlamento alemán. Kohl la nombra ministra de Mujer y Familia. Cuatro años más tarde será ministra de Medio Ambiente en el gabinete de Kohl, responsable de la seguridad nuclear. Merkel podría estar más tiempo como canciller que Kohl, que estuvo 16 años.
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La ganadora
Wolfgang Schäuble, que presidía la CDU, la propone como secretaria general del partido en 1998. Dos años más tarde ya es ella la jefa del partido. En 2005 gana las elecciones con la CDU y es la primera canciller alemana, muy a pesar de Gerhard Schröder, que hubiera querido seguir en el cargo. Bajo el mando de Merkel, la CDU toma un giro hacia el centro y se vuelve menos conservadora.
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Su segundo marido
Angela Merkel se casó con su segundo esposo, Joachim Sauer, en 1998, antes de su ascenso en la política. Sauer es profesor de Química y tiene dos hijos de su primer matrimonio. Se lo considera poco afecto a aparecer en público.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una vida sin lujos
Lo que para otros jefes de Estado es la Casa Blanca o el Elíseo es para el matrimonio Merkel-Sauer su departamento en Berlín. Angela Merkel no vive una vida de lujos. Va al supermercado, como todo el mundo. Y se dice que su esposo cocina para ella.
Imagen: picture-alliance/dpa
El escote de la canciller
Este escote dio mucho que hablar: la canciller se presentó así en la Ópera de Oslo. En la foto, junto al expresidente noruego, Jens Stoltenberg. Angela Merkel es una amante de la música clásica y visita regularmente los Festivales Wagner en Bayreuth.
Imagen: Bjorn Sigurdson/AFP/Getty Images
Emoción futbolística
Angela Merkel estuvo presente durante el Mundial de Fútbol en Brasil y hasta se sacó fotos con jugadores de la selección alemana. Según una encuesta de la cadena ARD, en Alemania un 70 por ciento de la gente estaba muy contenta con su canciller. Pero eso era en 2014...
Imagen: Reuters
"Lo lograremos"
El 31 de agosto de 2015, Merkel pronuncia su célebre frase "Lo lograremos" ("Wir schaffen das"), en cuanto a la llegada de cientos de miles de refugiados a Alemania, en medio de una crisis humanitaria. La frase fue mal recibida en círculos conservadores. En septiembre de 2016, la CDU registró grandes pérdidas en la elección de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Sauer
Crisis entre aliados
Algunas de las críticas más fuertes a Merkel por su política de refugiados provienen de su partido aliado, la CSU de Baviera, dirigida por Horst Seehofer (izq.). Pero incluso en medio de la controversia, el partido bávaro no ve otra alternativa que apoyar a Angela Merkel de cara a las próximas elecciones generales.
Imagen: picture alliance/dpa/R. Hirschberger
¿Merkel hasta 2021?
Tras mucho hacerse esperar, finalmente el 20 de noviembre de 2016 la canciller anunció que buscará la reelección para gobernar "toda la legislatura" hasta el año 2021. Dijo haber reflexionado mucho sobre el tema, pero que siente la responsabilidad de mantener el mando en tiempos difíciles. Además, manifestó estar feliz de poder devolver a Alemania algo de lo mucho que el país le ha dado a ella.