La Berlinale y el peso de la responsabilidad política
Jochen Kuerten
15 de febrero de 2018
La Berlinale, el festival de cine internacional de Alemania, no solo debe exhibir las mejores películas, sino también ocuparse del mensaje político. Un privilegio que puede resultar una gran carga, opina Jochen Kürten.
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En tiempos de la Guerra Fría, todo era más fácil para la Berlinale. Dos superpotencias estaban enfrentadas. Después de la Segunda Guerra Mundial, EE. UU. y la Unión Soviética se habían establecido en el continente europeo: aquí la OTAN; allá el Pacto de Varsovia. Numerosas crisis hacían contener la respiración a la gente. La dividida ciudad de Berlín era el punto de contacto entre ambos bloques. Y en el medio de todo eso estaba la Berlinale.
El festival de cine tuvo desde sus comienzos, en 1951, una tarea clara de mediación y reconciliación con la cultura tendiendo puentes. En Berlín se proyectaron filmes del este de Europa, incluso de la RDA. En las salas se reunían gestores culturales que no podrían haberse encontrado en ninguna otra parte. Y el público veía y escuchaba. De ese modo, la Berlinale se transformó en el "festival de cine más político del mundo”. Una etiqueta que lleva puesta hasta ahora. Mientras los otros grandes festivales, como el de Cannes y el de Venecia, podían concentrarse en un ambicioso cine de autor, el lema de la Berlinale seguía siendo "Aquí se hace política”, mostrando películas de contenido social relevante.
Eso no ha cambiado hasta ahora, lo cual es, a un tiempo, un privilegio y una desventaja. Un privilegio, porque la Berlinale se ha ganado de ese modo un distintivo único, aunque Venecia y Cannes también exhiban muchos filmes de contenido político. Pero en cuanto a su magnitud, ambos quedan a la zaga del festival de cine de Berlín, que, con sus diversas secciones, logra que la política, el cine y los cambios sociales sean objeto de debate, también más allá de sus límites.
Casi todos los años, la Berlinale presenta un tema central. A veces se trata del cambio climático, a veces de la crisis financiera. Hace dos años fue la discusión sobre los refugiados. En 2018, será el escándalo en torno a Harvey Weinstein y sus consecuencias. Siempre se espera que el festival refleje las crisis y debates más actuales en su programación.
Y así es como llegamos a la desventaja que eso representa. El festival internacional de cine de Alemania carga desde hace tiempo con ese peso, por lo cual algunos expertos lo critican, así como a su director, Dieter Kosslick. Las críticas más comunes podrían resumirse así: la Berlinale, y en especial la competición por el Oso de Oro, presenta demasiadas películas de dudosa calidad artística, que solo transmiten un mensaje político. Es por eso que, con esos filmes, la Berlinale no puede competir con Cannes ni con Venecia. Incluso festivales de cine como el de Toronto y el Sundance estarían, entretanto, a la altura de la Berlinale, según los críticos, y el tamaño descomunal del festival internacional alemán hace que su programación sea arbitraria, carente de concepto y de un perfil definido.
Esta discusión, que ya lleva varios años, refleja un dilema fundamental de toda manifestación cultural: cuando se abunda en mensajes, en apelaciones a la moral y en buenas intenciones, se daña la calidad artística. Eso vale tanto para el cine como para la literatura, el teatro, las artes plásticas y la música.
Las directoras y los directores que llegan a esta edición de la Berlinale para presentar sus nuevas obras realmente dan pena. Luego de haber trabajado durante años en sus proyectos, serán arrastrados en los próximos días por la poderosa corriente de los debates más candentes, a pesar de que sus cintas no tengan nada que ver con esos temas. También da pena Dieter Kosslick, que hace un par de días tuvo que responder al respecto. Kosslick, que siempre parece estar de buen humor, parecía agobiado por el peso que carga sobre los hombros. "No haremos tantos chistes, el humor se reducirá un poco, ya que los aguafiestas lo quieren así”, dijo, algo crispado, el director de la Berlinale.
No se trata de asfixiar los debates por la igualdad de derechos. Estos, definitivamente, tendrán lugar. La Berlinale participa de esos debates y aporta eventos propios en esa dirección, y está bien que así sea. Pero no se debe olvidar que las películas que se exhibirán en los próximos diez días en las pantallas de Berlín en realidad deberían hablar por sí mismas a través de sus temas, su estilo y su estética.
Autor: Jochen Kürten (CP/ VT)
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La 68ª Berlinale: el festival en imágenes
Tras el telón: la Berlinale es el mayor festival de cine alemán. Estas son las películas más destacadas, las estrellas y los temas de la 68 edición.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Kalaene
Inaguración: Isla de Perros
Un viejo conocido de la Berlinale abre el festival. El director estadounidense Wes Anderson ha participado en la competencia ya tres veces. Lo novedoso de la película de apertura de este año es que "Isle of Dogs", de Anderson, es una película animada con títeres. Además, los perros son el centro del cuento de hadas en esta película socialmente crítica: un preludio animal en la Berlinale.
Imagen: Twentieth Century Fox Film Corporation/Fox Searchlight Pictures
El concurso: las estrellas de Hollywood también están allí
En los grandes festivales de cine una pregunta provocadora siempre está presente: ¿qué directores famosos vienen de Hollywood? La Berlinale realmente tiene algo que ofrecer al respecto en 2018. Además de Wes Anderson, los directores estadounidenses Steven Soderbergh ("Unsane") y Gus van Sant ("No te preocupes, no se va a ir muy lejos") presentan sus nuevos largometrajes.
Imagen: 2018 AMAZON CONTENT SERVICES LLC/S. P. Green
Petzold-Gröning: realizadores alemanes en participación
El cine alemán tiene mucho que ofrecer. Participan no menos de diez coproducciones. Películas de directores prominentes como Christian Petzold y Philip Gröning se unen en la lucha por el Oso de Oro. Petzold llevó a la pantalla un libro de Anna Seghers ("Transit"), Groening muestra un enlace entre el amor y el odio: "El nombre de mi hermano es Robert y él es un idiota".
Imagen: 2017 P. Gröning
Rodajes excepcionales de todo el mundo
La atracción de un festival radica en el hecho de que se muestran películas de todos los continentes. Por lo tanto, además de los Estados Unidos, Alemania y las naciones cinematográficas europeas, América Latina también está fuertemente representada en la competencia de este año. Irán ha hecho algunas contribuciones fuertes en los últimos años, envía la comedia "Khook" ("Cerdo") de Mani Haghighi.
Imagen: M. H. Majuni
El jurado: Tom Tykwer y los otros ...
Al frente del Jurado Internacional, que decide sobre las estatuillas de oro y plata, está el director Tom Tykwer, quien es apoyado por la actriz belga-francesa Cécile de France, la productora estadounidense Adele Romanski y el compositor japonés Ryūichi Sakamoto.
Imagen: picture alliance/dpa/C. Seidel
Los temas: Harvey Weinstein y los resultados
La Berlinale es considerada el festival más "político" de su tipo. Sin duda es el festival de cine público más grande del mundo. Su jefe, Dieter Kosslick, ya anunció que el debate #MeToo jugará un papel central en muchos podios. Otro tema en boga: el problema de los refugiados.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Pedersen
Estrellas de Hollywood y de todo el mundo
Después de que la actriz alemana Anna Brüggemann iniciara un debate sobre el código de vestimenta en la alfombra roja, surgen varias preguntas: ¿Isabelle Huppert y Emily Watson vendrán de negro? ¿Y actores como Robert Pattinson y Willem Dafoe, los cuales recibieron un premio honorario, harán caso a estos códigos de vestimenta?
Imagen: ORION PICTURES CORPORATION
El foro internacional
El cine independiente de todo el mundo se encuentra tradicionalmente en el "Foro de Cine Internacional". Aquí, directores de países que normalmente tienen su primer contacto con el cine alemán presentan sus nuevos trabajos. Como el director tailandés Nawapol Thamrongrattanarit, quien en su quinto largometraje, "El mañana", aborda un tema que concierne a cada ser humano: la muerte.
Imagen: N. Thamrongrattanarit/J. Joonkiat
Panorama
También hay mucho por descubrir en la sección del programa "Panorama", que fue compilada por tres curadores este año, después de la salida de su antiguo director Wieland Speck. Por ejemplo, el poema "Obscuro Barroco", de la directora griega Evangelia Kranioti, retratando a Luana Muniz (1961-2017), una figura de la subcultura en el cine brasileño.
Imagen: E. Kranioti
Restrospectiva
Los visitantes de la retrospectiva de la Berlinale también pueden emprender un viaje de descubrimiento a mundos distantes. "Weimar - Newly Seen" es el nombre del histórico show de cine en 2018. Muestra películas y obras de archivo que no se han realizado durante mucho tiempo, como la película "Opium", de Robert Reinert de 1919, que juega en China.
Imagen: Filmmuseum München
Restaurando clásicos alemanes
Además de las muchas películas nuevas y las retrospectivas, hay algunos estrenos especiales en la Berlinale: clásicos restaurados. Habrá siete de estos "estrenos mundiales" en los próximos días. Restaurar una película digitalmente es muy costoso, por lo que estas actuaciones son un placer para todos los cineastas. Uno de ellos es "El cielo Sobre Berlin" de Wim Wenders.
Imagen: Wim Wenders Stiftung 2017
Talentos en la Berlinale
En el evento "Berlinale Talents" tiene lugar una reunión de jóvenes realizadores. 250 talentos de 81 países están invitados esta vez: principalmente directores, pero también camarógrafos y maestros de edición. Los talentos suelen estar en el quinto o décimo año de su carrera y ya tienen experiencia profesional. Para los directores del festival, el objetivo es: iniciar y desarrollar proyectos.
Imagen: D. Ausserhofer
Cine indígena nativo
En la todavía joven sección de la Berlinale "Native", el foco está en las películas de los pueblos indígenas. En 2018, el festival se centrará en las islas del Océano Pacífico. Se puede ver subtitulado el estreno mundial del documental "MA'OHI NUI, au coeur de l'océan mon pays", que repasa los devastadores efectos de las pruebas nucleares hasta 1996 en la Polinesia Francesa.
Imagen: Iota Production
Cine culinario
"Cine Culinario": donde la comida y la política van de la mano. "En la cultura y la política, frecuentemente se toman las decisiones más delicadas. Similar a la cocina, donde las cosas son complicadas", explicó Dieter Kosslick. Entre las diez películas se encuentra "Lorello e Brunello", de Jacopo Quadri, que aborda los problemas de los pequeños agricultores de la Toscana.