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Opinión: La catástrofe diplomática de Vladimir Putin

28 de marzo de 2018

El Kremlin continuará luchando sin reglas contra Occidente y un boicot diplomático no lo detendrá, escribe el periodista ruso Konstantin Eggert. En lo que concierne a Moscú, la retirada significaría una derrota.

Russland Putin bei TV-Rede
Imagen: Getty Images/AFP/M. Klimentyev

"¡Es mentira!". Este es el mensaje detrás de una expulsión sin precedentes de diplomáticos rusos por parte de países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Australia. Esto se incluirá ahora en todos los libros de texto sobre la historia de las relaciones internacionales. Incluso Saddam Hussein y la dinastía Kim en Corea del Norte fueron librados de tal humillación pública. Esta es una importante victoria política y diplomática para la primera ministra británica, Theresa May.

Dos elementos de este drama llamaron mi atención. La pequeña Islandia desafió una vez a la poderosa Unión Soviética cuando fue la primera en reconocer la restauración de la independencia de Lituania en 1990. El lunes, Reikiavik anunció un boicot político y diplomático contra Moscú, aunque Islandia no es miembro de la UE y no tiene ninguna relación especial con Reino Unido, a diferencia de, por ejemplo, Canadá, Australia y Estados Unidos. En segundo lugar, el "mejor amigo" del Kremlin, el primer ministro húngaro Viktor Orbán, decidió expulsar a un diplomático ruso. El líder populista detractor de la UE, conocido por sus buenas relaciones con el presidente ruso Vladimir Putin, mostró dónde están sus verdaderas prioridades.

 

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Y puede que este no sea el final del asunto. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que los países miembros de la UE podrían tomar medidas adicionales. Es decir, aquellos que todavía no han expulsado a personal diplomático ruso, como Eslovaquia o Portugal, aún pueden hacerlo. Los expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas están analizando la sustancia que se utilizó para envenenar al exespía británico Sergei Skripal y su hija Yulia. Si concluyen que la sustancia es de origen ruso, esto podría ocasionar más expulsiones. Tokio también está esperando el momento adecuado. El Ministerio de Relaciones Exteriores japonés dice que está monitoreando la situación de cerca, pero evita responder si el principal aliado asiático de Washington apoyaría la posición de los británicos y estadounidenses.

Konstantin Eggert, periodista ruso

Los títeres del Kremlin responden con burlas

En una democracia normal, un desastre diplomático público y de gran escala como este habría llevado a la renuncia de altos mandos de la cancillería y de los servicios especiales, como también a una investigación parlamentaria inmediata. También habría socavado en gran medida la posición del Ejecutivo.

Pero Rusia no es una democracia. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, fue desafiante el lunes a jugar fútbol con veteranos del FC Spartak. La embajada rusa en Washington respondió a la expulsión de Estados Unidos de 60 agentes rusos con una broma en Twitter. Pidió a sus seguidores que eligieran en línea cuál de los tres consulados estadounidenses en Rusia debía cerrar Moscú en respuesta al cierre del consulado ruso en Seattle.

 

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No tengo dudas de que el Kremlin responderá: expulsará personal diplomático, cerrará otro consulado estadounidense. Podría también cerrar la oficina de la BBC en Moscú si el Ofcom, el organismo regulador de medios del Reino Unido, suspende la licencia de RT, el canal de propaganda del Kremlin.

Reino Unido tiene más armas políticas que Rusia

Aparte de esto, las opciones políticas y diplomáticas estándar de Moscú son limitadas, mientras que el Reino Unido tiene muchas más: confiscar "propiedades sospechosas" -en otras palabras, los bienes de los oligarcas rusos en el Reino Unido-, despojarlos a ellos y a sus familiares de la ciudadanía británica, incluir a funcionarios rusos en la versión británica de la lista "Magnitsky". Ni siquiera se puede descartar un boicot a gran escala del Mundial de Fútbol por parte del Reino Unido, si la investigación revela nueva evidencia significativa de la participación del Estado ruso en el ataque de Salisbury.

Pero el Kremlin no cederá. Percibe cualquier retirada como una derrota. Estoy seguro de que Moscú ya está pensando en la llamada "respuesta asimétrica". Para esto hay hackers, propagandistas y, si es necesario, las fuerzas armadas rusas. La Guerra Fría se pareció una vez a un combate de boxeo. Tenía reglas. En su nueva confrontación con el mundo global, no habrá ninguna. La Rusia de Putin escoge las artes marciales mixtas.

Autor: Konstantin Eggert (RRR/DZC)

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