Hans-Georg Maaßen, el controvertido jefe del servicio de inteligencia nacional, ahora es "asesor especial" en el Ministerio del Interior. Eso salva a la coalición. Pero el daño hecho es inmenso, dice Jens Thurau.
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¿Qué es exactamente lo que sucede cuando los políticos hablan de "soluciones para salvar las apariencias"? Digamos que es algo que no deja a nadie como un perdedor después de una larga pelea por lo que sea. ¿Es este realmente el caso?
La odisea de Hans-Georg Maaßen
¿Qué aprendimos? Hans-Georg Maaßen, el polémico jefe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución de Alemania, debe renunciar a su cargo, eso ya estaba claro. Es debido a que contradijo a la Canciller en la evaluación de los incidentes xenófobos en Chemnitz en una entrevista con un periódico.
De este modo, se excedió en sus poderes, lo que despertó enojos sobre todo entre los socialdemócratas (SPD). Ahora no será ascendido a secretario de Estado en el Ministerio del Interior, como inicialmente se había planteado en la coalición.
Era una decisión que indignaba a los políticos del SPD, pero también a representantes de la CDU de Merkel e incluso a los ciudadanos, atónitos ante los hechos. Es que en ese cargo Maaßen habría ganado mucho más dinero que en su antigua posición, de la que fue desplazado.
Soluciones para salvar las apariencias: ni más dinero ni secretario de Estado
Ahora todo es diferente, la coalición ha mejorado: Maaßen puede mudarse al Ministerio, como "asesor especial" al lado de su amigo, el ministro del Interior de la CSU, Horst Seehofer. Pero no va a ganar más dinero.
De esto se trata, básicamente, la "solución para salvar las apariencias". Así no pierde Seehofer, ni tampoco el SPD.
Una y otra vez lo mismo: la política de asilo
En realidad, la disputa absurda sobre Maaßen se debe a un conflicto permanente en el Gobierno sobre la política de asilo, una cuestión para nada resuelta. Las fuerzas conservadoras, especialmente la CSU con el ministro del Interior Seehofer a la cabeza, siempre consideraron erradas las políticas en torno a los refugiados de la canciller Angela Merkel.
Hay que tener en cuenta que esto se da en un contexto en el que acecha por todas partes el populismo de derecha del partido Alternativa para Alemania (AfD), que con sus críticas aún más duras a la canciller tiene cada vez más éxito. Es importante tener esto en cuenta.
Un Gobierno a toda velocidad, bloqueado por el tema del asilo
Y así sucedió que la coalición casi se rompe por el futuro de un funcionario. La desunión es enorme, los nervios se tensan al máximo. Al mismo tiempo, es un Gobierno que trabaja a toda velocidad: mejora la situación en los guarderías para niños, presenta un nuevo subsidio para que las familias construyan sus hogares mientras finalmente se da cuenta de que Alemania tiene un déficit en términos de vivienda.
¿Pero de qué sirve toda esta dedicación, si puede venir en cualquier momento la derecha en la sociedad para abrir una grieta en temas como la inmigración o la política de asilo? Porque después de cada crisis el desencuentro es mayor. Y la gente se aleja, horrorizada. Por todo esto, el futuro solo se puede mejorar.
Autor: Jens Thurau (DG/FEW)
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¿Por qué toda Alemania habla tanto de AfD? (15.03.2016)
El partido de extrema derecha apeló a un discurso antiinmigración y obtuvo excelentes resultados en las últimas elecciones regionales alemanas.
Imagen: Getty Images/A. Hassenstein
Al comienzo era el euro
En abril de 2013 se realizó en Berlín el primer congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD), que acababa de ser fundado en febrero. Bajo el liderazgo del profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke, el partido surgió como una variante un poco a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y tuvo como principal tema la crítica a la política de rescate del euro.
Imagen: Reuters
Los "euroescépticos"
El objetivo de AfD era convertirse en una alternativa real a los partidos de centro. Numerosos militantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), del partido liberal FDP e incluso de La Izquierda se plegaron a la propuesta, que buscaba el fin de los millonarios rescates financieros, el retorno de las monedas nacionales y la disolución de la eurozona. La prensa empezó a llamarlos "euroescépticos".
Imagen: Reuters
Los tres presidentes
Lucke compartió la presidencia del partido con la empresaria Frauke Petry y Konrad Adam, un reconocido periodista que había trabajado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Con las bases listas para competir, se presentaron en las elecciones federales de 2013 con Lucke como principal rostro. Obtuvieron el 4,7 por ciento, muy poco por debajo del 5 por ciento necesario para ingresar al Bundestag.
Imagen: picture-alliance/dpa
Los primeros éxitos electorales
Tras un fracaso en las elecciones regionales de Hesse, AfD comenzó a dar sus primeros golpes electorales en 2014, cuando obtuvo el 7 por ciento en las elecciones al Parlamento Europeo, lo que permitió que Lucke y otros seis militantes se convirtieran en eurodiputados. Luego obtuvo asientos en los parlamentos de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, donde alcanzó un 12,2 por ciento de la votación.
Imagen: picture-alliance/dpa
Las dos almas se separan
Pese a nuevos éxitos en Bremen y Hamburgo, las dos almas del partido poco a poco empezaban a chocar. Por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke, y, por el otro, los ultraconservadores tutelados por Frauke Petry. En el congreso de julio de 2015, Petry fue elegida presidenta y se produjo un cisma. Cinco de los siete europarlamentarios dejaron el partido, entre ellos Lucke.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Giro a la derecha
Lucke se llevó consigo a unos dos mil militantes de AfD, algo así como el 10 por ciento del total. Con muchos de ellos fundó ALFA, Alianza para el Progreso y el Resurgir. Petry organizó el giro hacia la derecha de Alternativa para Alemania. Hubo reuniones con los islamófobos de Pegida e incluso Petry dijo que la policía debería usar armas de fuego, como último recurso, para proteger las fronteras.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
Discurso antiinmigración rinde frutos
El discurso contra la política de refugiados propugnada por la canciller Angela Merkel, así como la radicalización en distintas áreas, las soflamas nacionalistas y la cercanía con la ultraderecha rindió sus frutos. En las elecciones regionales de Baden-Wurttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt (13.03.2016), la AfD obtuvo sus mejores resultados históricos.
Imagen: picture alliance/dpa/S. Willnow
El tiempo hablará
Nadie quiere negociar con ellos. Pero la AfD se ha convertido en un actor de la política alemana, sin que le afectaran las críticas por la cercanía con Pegida o las apariciones de miembros del partido en manifestaciones junto a neonazis.